Reina Maldita

48

-¿Tu sabes algo que yo no?- me limito a preguntar con temor.

-Eso tendrás que comprenderlo tu, cariño- sonríe- recuerda que el miedo a sufrir nos limita de amar y el amor es nuestra principal medicina.

Trago saliva en silencio.

Y si Brandon realmente..

-¿Te gustaría caminar?- invita sonriendo con nerviosismo- Hay algo que quiero mostrarte.

Pienso unos segundos su petición asintiendo.

-Cuando era pequeña solía coleccionar insectos, pero luego de cuidarlos por largo tiempo estos morían por algun motivo, quizás era porque los encerraba dentro de una pecera y descubría que algunos no podían respirar bajo el agua- abro mis ojos sorprendida observando su rostro.

-Oh vaya..

-Realmente les tenía demasiado cariño, es por ese motivo que intente disecarlos- prosigue comentando, mientras caminabamos hacía su jardín- quería tenerlos a mi lado pero no sabía como hacerlo sin que huelan de forma asquerosa ni se desintegraran. Una noche una idea surgió en mi mente a tan solo la edad de ocho años, desde ese momento cada insecto que encontraba lo disecaba y guardaba soñando tener un jardín repletos de estos.

Qué mujer más extraña.

Vaya.. está loca.

Esperemos que tu no tengas estos deseos un tanto horribles.

-Luego de muchos años por fin pude finalizar lo que tanto anhelaba de niña- sonríe emocionada señalando el suelo frente a algunos arbustos.

Entre algunas rocas y hojas de los bosques se econtraban toda clase de insecto, desde los más feos hasta los más horrendos.

-¡Oh por dios!- chillo observando el suelo con horror- creo que tienen razón, realmenta está loca.

Gira su rostro observandome con enfado.

-¡No estoy loca! Eeres tu quien lo está- acusa.

-Yo no estoy loca.

-La unica persona que tiene demonios y no se cuantas cosas más en su interior eres tu.

Oh là là quisieras tu tener esto dentro.

Asquerosos.

-¿Realmente crees que esto es extraño?- pregunta con tristeza.

-Oh no, claro que no- intento excusarme ante su mirada- es solo que es algo que yo no haría, detesto a las arañas exceptuando que tu las amas, supongo si intento no verlo mucho se ve lindo.

-Eres pesima disculpandote- ríe.

-¡Oye! Hice mi mejor intento- fingo enfado.

Suspiro levemente observando su rostro pacífico.

Si todo hubiese sido de esta manera desde el principio.

-¡Alice!- una voz interrumpe nuestro silencio.

Giro mi rostro con confusión.

-¿Charlotte?- frunzo mi ceño al notar su intranquilidad- ¿Qué ha ocurrido?

-Debemos hablar- espeta mirando de reojo el rostro de su hermana- ahora- responde frenando abruptamente.

-¿Esos son tus insectos?- se dirige hacía Cassandra.

Esta asiente en silencio.

-Sigues igual de extraña- musita volviendo a tirar de mi.

-Pero..

-¡Ahora, Alice! Por favor- toma mi brazo.

-Ella está ocupada en estos momentos- el cuerpo de Cass intersecta sus pasos.

-Pues ya no- bufa intentando sin exito avanzar.

-Deja de tirar de mi brazo como si fuera una niña- me quejo quitandome de su lado- Y tu deja de gritar que pueden escucharnos- gruño frustrada.

-¡Necesito hablar con mi hija!- alza su voz indignada- ¿Acaso no puedo?

Abro mi boca para responder pero me interrumpen.

-¡Alice es mi hija!- chilla Cassandra con fervor.

-¿¡Tu hija!?- esta vez fue el turno Charlotte para reír, su mirada reflejaba enfado- ¡La hija que tu decidiste dejar de lado para salvar a la equivocada! La hija por la cual sacrificó su propia vida para salvar a cada uno de ustedes, esa hija que prefirió sufrir antes que lo hicieran ustedes.

-¡Lo se, maldición! Me he equivocado terriblemente y no hay un miserable día que me arrepienta de todo el dolor que le cause. Me siento una completa idiota al actuar con inmadurez- gruñe- cambie ¡lo juro! Solo.. quiero que todo vuelva a ser como antes.

-No puedes ser más estúpida porque no te dan las neuronas- sisea.

Oh vaya jamás imaginé que Charlotte sería tan graciosa.

¿¡Pueden ayudarme a terminar esta discusión!?

Espera unos minutos.. esto es entretenido.

Demonios..

¡Esta bien! Aburrida.

-¡Basta!- grité con mi voz completamente aguda, el suelo se sacudió bajo nuestro provocando que sus gritos se silencien para dejar sus miradas llenas de sorpresa.

Esto también es divertido.

-¿¡Creen que pueden discutir frente a mi como si no existiera!?- mi voz se eleva y el viento comienza a azotar nuestros cuerpos- ¿¡Acaso creen que soy una niña para decidir por mi!?

Sus corazones se aceleran con temor al verme en aquel estado.

-¡Contesten!- demando.

-No..- susurran bajando sus miradas.

-¡Miren mis ojos al hablar!- sin poder evitarlo comenzaba a actuar como en mi reino- No quiero que esto vuelva a ocurrir porque me enojare y les recomiendo que esto no suceda.

-¡No nos faltes el respeto, niña!- gruñe acercándose a mi con seguridad.

-Cassandra, no es el momento adecuado para discutir con Alice- murmura Charlotte con pánico intentando frenar sus pasos.

-¿Qué has dicho?- musito sintiendo mi enfado elevarse-

Vaya vaya..

Madre e hija enfrentadas.

Creo que esto es mejor que atemorizar a las personas.

Deberíamos ayudarla.

Espera, dejemos que ella lo resuelva.

Pero..

No estamos haciendo nada.. ¿Acaso no te das cuenta que es ella misma quien se ha enfurecido sin nuestra ayuda?

Oh maldición..

Deberían dejar de insultar, es extraño escuchar a un Ángel hacerlo.

¡Cállate!

Alza su mano intentando golpear mi mejilla pero se lo impido sosteniendo su brazo.

-Atrevete a golpearme y juro por quien más quieras que te arrancaré los brazos- gruño fuera de mi.

Su cuerpo retrocede levemente observandome con terror.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.