Reina Maldita

54

POV. Brandon.

Mi padre era un hombre desalmado, jamás se preocupaba por su familia y rara vez se encontraba en casa con nosotros, incluso cuando se encontraba su presencia me irritaba.

Golpeaba a nuestra madre las veces que el quería, usaba su sangre cuando el quería y la utilizaba como el quería.

Todo tenía que hacerse como el quería.

Mi madre es un ángel de luz.. o lo era antes.

Siempre siempre decía que por la familia se debía de sacrificar olvidándose por completo de su derecho como mujer, convirtiéndose en la esclava de un hombre sin corazón.

Perdiendo su felicidad y apagando su luz lentamente hasta convertirse en un ser sin emociones.

Todo era un calvario hasta que la pesadilla cobró vida.

Una noche llegaba a casa con mi hermana luego de escaparnos a causa de las discusiones de nuestros padres, cuando el silencio envolvía el interior preocupándonos.

Preocupado me dirigía hacía la habitación de mi madre encontrando su cuerpo ensangrentado en el suelo mientras mi padre golpeaba su rostro sin piedad.

Una extraña fuerza se incendió en mi interior provocando que saltara hacía su cuerpo tomándolo del cuello y estampando su cuerpo contra el suelo.

Era tanta la ira contenida de todos los años sufriendo por su culpa que luego de golpear su cuerpo con brusquedad le quite su corazón frente a mi madre y mi hermana que se encontraban estupefactas ante mi.

-Brandon..- murmuro Susan observando mi cuerpo con terror.

Desde aquel momento mi madre cambio completamente ante mi, odiándome sin piedad e incluso deseando no volver a verme.

-Estas aquí..- balbucea paralizada observando mi cuerpo.

Su rostro se encontraba con un semblante cansado, sus ojos expresaban un profunda tristeza.

No sirve de nada el arrepentimiento cuando me has provocado daño por tanto tiempo, madre.

-Si, estoy aquí- respondo con frialdad.

-¡Oh por dios!- solloza acercándose hacía mi con lentitud- Tu.. estás tan cambiado.

-Los siglos avanzan, me fui de aquí cuando apenas tenía quince años, Karla- sonrío con ironía.

-En verdad estas aquí- susurra con las lagrimas deslizándose por sus mejillas, mientras acaricia mi rostro.

-Bueno..- retrocedo observando su rostro contraerse ante mi acción- 

-Toma asiento. ¿Deseas algo de beber?- niego.

-Agradécele a tu hija, por ella estoy aquí- respondo tomando asiento frente a ella- porque si fuera por mi jamás hubiese vuelto.

-No merezco que hayas vuelto, hijo..- interrumpo.

-Preferiría que me llamaras por mi nombre, por favor- musito son suavidad.

-Esta bien- asiente.

- ¿Que ha sido de tu vida todos estos años?- pregunto con nerviosismo luego de observarnos por segundos.

-Luego de tu partida nada volvió a ser lo mismo aquí- sonríe con amargura- no ha habido un día en el cual no me arrepintiera de todo el daño que te he ocasionado..

-¿Sabes..?- sonrío con gracia girando mi rostro sintiendo la presencia de mi hermana a mis espaldas- Los días eran un infierno con el en casa, teníamos que soportar sus maltratos. ¿Sabes cuantas veces debía de escaparme de casa por las noches al oír los golpeas que te proporcionaba? ¿Cuanto sufrí luego de haber terminado con nuestro infierno para adentrarme en otro? Te había salvado de la muerte pero tu me odiabas, me despreciabas y me herias con tus palabras, observaba como aceptabas a Susan y a mi me odiabas. Agradezco que ella no sufriera tus maltratos pero.. ¿Sabes siquiera lo que sufría por tus acciones?

Su rostro se desfiguraba del dolor escuchando mis palabras mientras negaba lentamente sollozando- No lo se..

-¡Claro que no lo sabes! No lo sabes porque despreciaste a tu propio hijo para luego arrepentirte. Tendría que odiarte, Karla, pero no lo hago porque te he perdonado desde el primer momento en el cual cruce por última vez la puerta de esta casa. Te he perdonado pero jamás olvidaré como mi propia madre rompió mi corazón sin piedad. 

-Brandon..

-Debía de perdonarte para seguir mi vida sin ningún peso en mi corazón- proseguí ignorando su llamado- Dolía observar a los demás niños junto a sus madres abrazándose con cariño, anhelaba un abrazo materno, un cariño que jamás había tenido por parte de ti y creía que jamás tendría, pero estaba equivocado- ambas me observan con curiosidad.- llegue a un lugar llamado Ciudad Oscura en donde una pareja me acogió en su Palacio, me quisieron como si fuera su propio hijo, me brindaron tanto cariño que reconstruyeron mi corazón a base de amor, escucharon de donde provenía y jamás me juzgaron.. Realmente los ame con si fueran mi familia, jamás me olvidé de Susan pero sabía que ella no se iría de tu lado y no podía permitir que ella también sufriera. Un día ocurrió una guerra entre nuestras especies, había un culpable de un mal entendido que provocó la muerte de ellos dos, estaba tan desbastando sintiéndome solo nuevamente cuando descubrí un testamento que me habían dejado, en el se hallaba mi nombre como futuro Rey de la ciudad, pero también había otro nombre.. el de una mujer- sonrío recordando- Alice Camberleck, su nombre se encontraba a un lado del mio citando que ambos eramos los encargados de cuidar la ciudad y velar por la seguridad de las personas que habitaban allí.

 -¿Ella es la chica..?- pregunta Susan por primera vez.

Asiento en silencio sintiendo la mirada de Karla sobre mi.

-¿Quién es ella?

-Alice sería quien salvaría la vida de la ciudad incluso la mía, ella llego en el momento menos pensado y cambio no solo mi vida sino la de todos atrayendo la felicidad, logrando que la oscuridad conviva con la luz.

Siento mis ojos brillar al hablar de ella..

-¿Ella es tu..?- interrumpen.

-Oh vamos- Susan me sonríe con burla- ¡Claro que si!

Niego riendo suavemente antes de tornar mi rostro serio.

-Aun no has respondido a mi pregunta.. ¿Que ha sido de ti?




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