Reina sin reino

Capítulo 23

Némesis sigue su rutina diaria, se despierta nada más salir el sol, desayuna completamente sola en la seguridad de su habitación. Pasea por el jardín junta a Elena que le hace preguntas de vez en cuando pero por lo usual pasean la una junto a la otra en silencio. Entrena espada conmigo o con los que entrenan al príncipe Daven. Va a la biblioteca personal del rey, habla de cualquier cosa, sea importante o no con el rey. Va a la biblioteca de palacio, lee cualquier libro que la bibliotecaria le recomienda, se puede tirar allí horas e incluso los sirvientes de palacio le traen la comida. A veces Daven se presenta en la biblioteca y ella le enseña un poco de alddeo, también me enseña a mí. Cuando está cansada se levanta y se marcha nuevamente a su cuarto donde reza en un idioma que puedo jurar es más antiguo que este reino, no tengo ni idea de lo que dice pero se ha vuelto su rutina desde que esas dos personas del pueblo murieron. Cena como de costumbre, sola, después se escapa aunque sé que ella sabe que la sigo, me deja que lo haga. Si ella quisiera yo ni me entararía como muchas otras veces. Y después de un par de horas hablando con el príncipe, vuelve a su habitación. Se cambia la ropa y duerme. Parece que vive atrapada en un bucle, en uno que está comenzando a irritarme porque sé que ella no es así y no entiendo que la hace comportarse de esta forma tan, en exceso tranquila.

Némesis es tranquila, pero no en este aspecto, siempre está atenta a todo, observadora. Siempre está calculando algo en su mente, y arruga la frente cuando lo hace. Siempre está investigando para encontrar a la persona dentro de palacio que quiere acabar con su vida y con la de Daven pero ahora no hace nada, o bueno nada de lo que hacía antes. No sé que ha pasado, no sé que la ha hecho cambiar pero quiero de vuelta a la mujer que amo.

– No paras de mirarme, ¿te encuentras bien?- su voz me saca de mis pensamientos.

– Yo si, ¿y tú?

– No puedo decir que me encuentre genial, sigo de duelo, pero me encuentro viva y todavía tengo fuerzas para sonreír y bromear así que no estoy tan mal.

Su respuesta me descoloca por unos segundos, sé que está de luto y todo eso pero lo ha dicho todo a tal velocidad que me he mareado. Sé que preins es su lengua materna, a fin de cuentas nació aquí y se crió por ocho años en estas tierras pero desde hace más de once años la lengua que más frecuentemente hablaba era alddeo así que no pensé que fuese capaz de hablar a más velocidad de la que hablamos con los que solo hablamos alddeo. Me encantaría tener su habilidad para las lenguas, parezca absurdo o no, es una gran ventaja. Sé que de vez en cuando insulta a algunos con palabras en idiomas muertos, que solo existen en los libros.

– Estoy bien Krein.

– Pues no lo parece, estás tan distante Némesis.

– Bueno, estoy distante porque estoy dolida pero estoy bien. Además, si sigo tan pegada a ti jamás podré querer a otra persona.- eso me llega a lo más profundo de mi corazón, pero sé porque lo dice y es que aunque puedo complacerla en todo, no puedo complacerle en cuerpo.

– Nem.

– Krein.- me corta.- ¿Quieres la verdad?

– Por favor.

– No es solo que quiera olvidar mis profundos sentimientos por ti, sino que cada vez que estoy cerca de ti en soledad veo miles de formas en las que podrías morir, todas demasiado tempranas y ninguna de forma natural. Y eso, como comprenderás, es una tortura.- suspira antes de sentarse en su cama.- He leído un montón de libros con la esperanza de que alguno de ellos me diera una idea de porque pasa esto con mi don pero ninguno de ellos me da la respuesta.

– No… no sabía…

– Ya sé que no sabías, yo no te dije.- se cruza de brazos.- No es personal mi distancia contigo Krein, solo quiero encontrar una solución para dejar de ver todas tus posibles futuros, no quiero seguir torturando a mi mente más de lo que se ha torturado.

– Lo tendré más en cuenta.

– Gracias, ahora quiero dormir.

Salgo de su cuarto después de revisar que todo está correctamente, lo de revisar su cuarto es algo que se le ocurrió a Daven después de que dejasen una nota y la muerte de los dos amigos de Némesis. Parece que los asesinos quieren hacerle daño de forma externa, se han rendido a matarla directamente pero parece que esto le afecta mucho más que el hecho de que intentasen acabar con ella.

Al salir mi padre ya está en su puesto, es viernes por la noche así que le toca ayudarme a cuidar de Némesis, que es bastante difícil porque siempre se escapa pero hoy está tan cansada, sé que lo está. La conozco lo suficientemente bien como para saber que va a dormir.

– ¿Cómo está?

– Cansada, no creo que hoy se decida a escaparse.

– Y aunque lo haga no nos daríamos cuenta, es una experta del escape y más si se trata de nosotros.- medio ríe.- Pero te preguntaba si está bien o no.

– Bueno, ha visto mejores días pero también peores así que se podría decir que si está bien.

– Ella, me recuerda tanto a la pequeña.- suspira.- Ella con su piel oscura, sus ojos almendrados y su cabello descontrolado.

– No recuerdo a tu hija papá, y no recuerdo como era.- suspiro mintiéndole.- Pero estoy seguro que un día de estos os volveréis a encontrar.

– Tu madre también lo cree, esta semana no ha dejado de hablar de ella, de recordarla junto a las esposas del resto de cazadores.- suspira con añoranza.

– ¿Qué pasaría papá si ella volviese?

– No lo sé, todo dependería de ella, de lo que ella quisiera hacer pero podría quedarse aquí en Preim pues es aunque no nació aquí – a Némesis su padre le dijo que nació aquí, ¿cuántas mentiras le habrán dicho? - el rey la consideró una ciudadana de todo derecho, así que podría vivir libremente aquí.- sonríe.- Si ella quiere marcharse, muy seguramente la sigamos. Nosotros somos ciudadanos y duques de Preim y actualmente nuestra lealtad está con el rey pero si ella apareciese, ella es nuestra princesa Krein.




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