Reina sin reino

Capítulo 24

Némesis insiste en que intente controlar sus emociones o bueno insistía anoche en la torre, quería probarme y saber hasta que punto era capaz de llegar yo, según ella para saber si soy más o menos poderosos que Brien Nostre. Para mí al principio era absurdo porque a fin de cuenta, más o menos poderoso, mi don acaba siendo el mismo que el de la marquesa y mi efecto sobre Némesis es el mismo. No puedo sobrepasar su primera barrera aunque si puedo sentirla muy fuerte, y sorprendentemente puedo sentir de cerca a la segunda pero no puedo si quiera modificar sus emociones más fuertes. Es imposible y frustrante porque siempre he podido mitigar o enaltecer ciertas emociones y con ella nada.

– Nem, ¿qué quieres que haga ahora?¿Por qué me has traído al entrenamiento de los iniciados en la guardia?

– Por que si tu don se frustra no querrá funcionar.

– ¿Eso puede pasar?

– Como tal no, el poder no tiene identidad propia por lo que no se puede frustrar, sin en cambio tu mente si puede y si ella no quiere funcionar, tu don tampoco lo hará.

– Así que me has traído para que no piense que soy inútil.

– Lo dijiste tú, no yo.

Permanezco al lado de Némesis observando a los principiantes, los sentimientos de muchos de ellos es de emoción, hay algunos asustados y algunos que odian estar aquí. Sé porque lo odian, son los hijos menores de grandes duques o hijos del pueblo cuya mejor opción es esta, y es triste que sean obligado a ser parte de la guardia real para poder vivir adecuadamente.

– ¿Puedes contar cuantos de los que aquí presentes sienten emoción?

– Entre quince y veinte.- contesto haciendo un repaso.

– Bien, potencia sus emociones.

Me centro en todos aquellos cuyas emoción principal es la emoción, desprendo todas mis fuerzas y poco a poco sus emociones van creciendo. Algunas cambian, hay algunos emocionados pero con cierto miedo. Muchas veces ocurre, esto, una emoción más fuerte se esconde bajo otra más débil porque esa persona intenta convencerse de que, en este caso, está más emocionado que aterrado.

– ¿Cuántos quedan emocionados?

– Once, doce más o menos.- ella sonríe.- ¿Y con miedo cuantos hay?

– Unos pocos menos, diez aproximadamente.- ella asiente.- ¿Quieres que también potencie ese miedo?

– Por supuesto.

Némesis me pasa un vaso de agua que no sé cuando pidió, bebo tranquilamente, sin ningún tipo de prisa. Sonrío antes de devolvérselo y volver a concentrarme y potencio las emociones en aquellos que tienen miedo. Dos de ellos parecen aterrados, el resto están un poco emocionados pero tienen miedo de no ser suficientes, de hay proviene su miedo.

– Hay dos muy aterrados.- la aviso.

– ¿Cuáles dos?

– Esos.- los señalo, ella simplemente asiente, no hace ningún tipo de comentario sobre esos dos que aunque se ven un poco inseguros no se ven como se sienten.

– Bien, ahora ¿cuántos odian estar aquí?

– ¿Seis?

– Yo no lo sé majestad, no soy una sentidora.

Vuelvo a centrarme en las emociones y aíslo a los que odian estar aquí o más bien odian la idea de que la única forma de vivir o enorgullecer a sus padres sean estando aquí. Hay un par confusos odian estar aquí y odian algo más pero no puedo sentir el qué, es un odio más profundo.

– Hay cinco y dos que sienten un odio mucho más profundo.

– ¿Puedes señalarlos?

– Si, esos que son gemelos.- ella asiente.

Sin decir una sola palabra ella se gira hacia dos guardias, les susurra algo y van a por los cuatro iniciados que he señalado. Se queda mirándolos, y yo siento la confusión de los cuatro e incluso siento mi propia confusión.

– Vayamos dentro.

Némesis se da la vuelta y sin esperarme emprende el camino de vuelta al interior del palacio. Parece que cada día que pasa tiene más asimilado lo que es, quien es y que poder tiene. Da igual que seas rey, si eres un validus te arrodillas ante los Ilsis y les besas los pies para que no te traten a patadas. Si eres validus no eres nadie comparado con ellos.

– ¿Qué ha sido eso?

– Hablaremos cuando lleguemos a la biblioteca.

Krein viene detrás de nosotros, a penas unos pasos por detrás y parece tan confuso como yo. Al llegar a las puertas de la biblioteca de mi padre, ordena a los guardias no interrumpir sin antes llamar a la puerta. Obviamente refuerzo su orden porque para ellos sigue siendo una extraña con poder, pero una extraña a fin de cuentas.

Némesis se sienta en su usual sitio y espera a que Krein y yo hagamos lo propio y también nos sentemos. Miro por un instante al guardia que no tarda en obedecer la orden silenciosa de Némesis y yo tampoco lo hago porque no me gusta verla molesta. Nem molesta da miedo, mucho y creo que hace amenazas, que estoy muy seguro que cumple, en todos los idiomas que conoce y que por supuesto nosotros desconocemos.

– Me has preguntado que pasa.- asiento.- Bueno, desde el incendio no ha pasado nada, en absoluto.- la miro, tiene razón, todo ha estado muy tranquilo..- Así que me puse a investigar, hablando un poco con los guardias supe que pronto comenzaría la iniciación para los principiantes y pensé que sería la oportunidad.

– No lo entiendo.

– ¿Quien iba a desconfiar de adolescentes de dieciocho años que quieren servir a la guardia real? Nadie, pero a esos iniciados les puede muchas veces el poder y más si saben que nunca lo tendrán.- ríe.- Así que hablé con su padre.

– ¿Cuándo?- pregunta Krein con mucha confusión.

– Sigo escapándome.- se ríe.- Bueno, ese no es el tema, hablé con tu padre sobre esto que no dejaba de rondarme por la mente. Y bueno, me dio el permiso para utilizarte un poco. Lo siento, pero tenía curiosidad por saber como funcionaba tu don.

– Podrías habermelo pedido.

– Eso le quitaría la emoción.- ríe.- Y bueno, Krein creo que sabes la parte que te toca.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.