Reino De Monstruos (libro 1)

CAP 18: BIENVENIDOS, CADETES

CAP 18: “BIENVENIDOS, CADETES”

La rotonda que hace unas horas estaba vacía, ahora está repleta de nuevos cadetes, como nosotras. Los profesores, subidos en la tarima, discuten y hablan temas que no puedo ni adivinar. Quizá sea sobre qué quieren comer o sobre ataques futuros a Unkari. No veo a casi ningún cadete de segundo o de otros cursos, así que supongo que solo estamos en la rotonda los recién llegados. Hay gente de todo pelaje: chicos y chicas igual de pequeños o más que Inara, y algunos que tienen pinta de haber nacido ya adultos y haber entrenado duro toda su vida.

Inara se esconde un poco tras mi espalda cuando empezamos a andar entre la multitud para colocarnos más al frente de todo. La agarro por la muñeca y la voy guiando como puedo.

Sigo sin poderme creer que me haya hecho amiga de una chica. Mi idea en ningún momento fue amistar con nadie. Solo con los chicos. Y aquí estoy ahora, agarrando por el brazo a la chiquitina rubia de ojos azules. Soy la única persona en la que confía realmente aquí ahora, y soy justo la última persona con la que debería haberse puesto a hablar. Soy su maldita enemiga, y pese a eso, aquí estamos.

–¿Qué crees que van a hacer? –me pregunta con una vocecilla inocente mientras señala tímidamente la tarima.

–Quizá nos den la bienvenida y cosas así.

El mismo señor que nos ha hablado antes se planta en medio de la baja tarima y levanta una mano en el aire. Es impresionante que solo con ese gesto a los pocos segundos toda la rotonda se suma en un sepulcral silencio. Se aclara la garganta y empieza a hablar. Se acerca una piedra naranja a la garganta y su voz se amplifica al instante, haciendo posible que todos en la rotonda lo oigan. Qué guai…

–Bienvenidos, cadetes. Todos los que hoy estáis aquí sois los fuertes que habéis conseguido pasar las difíciles pruebas de acceso. Os damos la enhorabuena por ello y las gracias por querer formar parte de nuestro ejército. Al terminar esta “reunión”, pasareis por aquí para que os digamos a qué pelotón de qué sección de qué Alianza se os ha asignado–¿alianza? ¿Qué coño pinta aquí una alianza? ¿Se refiere a lo que para nosotros son las Rocas en Rashmak? Me da a mí que sí, ¿eh? –. Debéis de confiar en vuestra Alianza y, sobre todo, apoyarla y obedecerla al máximo. Ya se han asignado los líderes de cada Alianza. Los de las secciones están asignados desde el año pasado, así que serán los mismos un año más, y cuando estéis en segundo cambiarán.

Una de las mujeres de la tarima saca otra piedra y amplifica su voz.

–Tened en cuenta algo muy importante. A partir de ahora seguís normas. La jerarquía de cargos no está para saltársela, así que respetad eso. A los profesores ya nos conoceréis cuando nos vayáis teniendo en las clases. Enhorabuena por seguir vivos y por haber entrado en Gapath. Debéis estar muy contentos de saber que aprenderéis a combatir y que seréis jinetes para vuestro reino.

La verdad es que no. No me siento feliz porque este no es mi reino. Si por mi fuera, todo esto estaría quemado desde el momento uno de haber estado yo aquí, pero no puedo hacerlo y ahora no tengo tantas ganas de destrozar esto como antes.

Oigo claramente como los profesores siguen hablando de lo contentos que están de tener a tantos nuevos cadetes y de que nos dan la bienvenida, pero realmente no le presto atención a lo que dicen. Yo solo me fijo en una parte de la barandilla de los pisos superiores. Los pasillos circulares en forma de rampa espiral que rodean la rotonda, llevando a pequeñas salas o a las aulas. Pero ni siquiera me fijo en eso. Me fijo en ellos, en mis chicos que, apoyados en la barandilla con los codos, miran con aire ausente el discurso de sus profesores. Y podría decir que tampoco me fijo en ellos. Porque realmente me fijo en él. En Riot, que con ese aire desenfadado y divertido que lleva siempre encima cuando va con sus amigos hace que algo en mi pecho se remueva. Y la verdad es que no me gusta eso. Porque sé describir lo que es esa sensación, porque la he vivido, pero no quiero vivirla aquí y ahora. Porque me da miedo vivirla aquí y ahora.

Pero lo cierto es que no.

Que no es cierto decir que no me gusta.

Porque realmente me encanta esa sensación. Ese sentimiento que te acelera el pulso con tan solo verlo. Ese que hace que te derritas por dentro solo con una sonrisa suya. Ese que te arrastra hacia la muerte de tu ser independiente y solo te pide ser correspondido y complementado con la mitad que aparentemente le empezó a faltar cuando tu corazón decidió verlo con otros ojos.

–Y, dicho esto, terminamos la presentación y os pedimos que dentro de una hora vengáis aquí mismo, que os diremos dónde vais–nos indica el señor pelirrojo de bigote con un gesto amable–. Bienvenidos a todos por enésima vez y que todos los dioses os protejan.

Los cadetes aplauden, incluso Inara, pero yo no. Sinceramente ya he dicho que me da igual, así que no pienso aplaudirlos.

La gente empieza a disiparse mientras se encaminan en masas a las diferentes puertas y pasillos. Muchos van al comedor, y otros a los patios exteriores. Inara y yo nos quedamos ahí plantadas, en medio de la rotonda. Oigo un silbido y subo la cabeza hacia los chicos. Esko me sonríe mientras sujeta con fuerza a Lanah, quien se ha subido a su espalda como un mono. Suelto una risotada y, tras coger a Inara por el brazo al ver que no sabe qué hacer, me voy hacia el inicio de la rampa de los pasillos. Es increíble la arquitectura de este sitio, no más que la de Rashmak, pero sí es impresionante.

Inara y yo empezamos a subir la larguísima rampa circular de la rotonda, pero me paro en seco delante de la entrada a una de las escaleritas hacia los pasillos. Allí está Devaron, o mejor dicho Garion. Lo miro con odio, giro la cara y sigo corriendo tras Inara para llegar hasta los chicos.

Al poquito llegamos hasta los chicos, rebufando por el esfuerzo.

–Veo que has hecho amigas, ¿eh, Faye? –me dice Aitor con un tono de voz un tanto acusatorio y molesto. No le caigo muy bien y eso es más que obvio, pero me da igual.



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En el texto hay: fantasia, romace, spicy

Editado: 20.10.2024

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