-El relámpago concluyo y con su aliento nos dejó su palabra. Su vaina es una sombra plagada de aire que todo a su paso devora. Es ardiente tu lagrima con perfume de estrellas; es una astilla iluminada por el viento. Ya no quiero que tu lengua descienda hacia mi garganta. ¡Déjame poner mi corazón en el caudal de tu colera!
-¿Qué tiene mi Albert?, preguntaba Helen al médico de guardia del hospital Andrew medical center.
-Al parecer tiene un brote psicótico. Con los exámenes que le haremos sabremos si fue inducido por drogas, alcohol en exceso o quizás razones fisiológicas.
-Mi Alberti no usa drogas y el alcohol lo detesta. Él siempre dice que las adversidades o alborozos de la vida hay que recibirlos en directo, con todos los sentidos en alerta, que hacerlo de tal modo es la mejor terapia que nuestra vida puede poseer.
-No pongo en duda su comentario, pero hasta que no tengamos los resultados no sabremos la causa exacta de su paranoia. Por cierto, ¿conoce a Nelly o a Samantha?
-Son probablemente conocidas de mi hijo en la Superior de filosofía.
Mientras tanto Albert pregonaba:
-¡Estoy aquí indistinguible como una sombra! Ven obscuridad, muéstrame tu tristeza infernal. ¡Siente mi poder! Sí, veo tus angelicales ojos. ¡Mira!, allá en la lejanía el lirio resplandece …
Al día siguiente Albert despertó con un enorme dolor de cabeza. Se esforzó por recordar qué había sucedido pero su memoria estaba sin fuerzas. En ese momento la angustia por lo de Nelly y Samantha punzo su conciencia. Su madre entro a la habitación y sin tardanza le espeto:
-¡Madre, necesito hablar con Nelly, que ella sepa que mi lealtad es integra! ¡Por favor, ayúdame a levantarme!
-No puedes salir mi Alberti, estas enfermo, tienes graves problemas.
-¡Yo no estoy enfermo! Escribí muchas horas, solo es eso.
-No, estas en el hospital y el doctor considera que es de suma seriedad que permanezcas todo el tiempo que sea imprescindible en este lugar.
-¡No Helen! Es urgente que vea a Nelly.
-¿Es Nelly una colega de filosofía?
Albert no podía creer lo que escuchaba, su madre fingía que no conocía a su novia.
-Albert, veo que estas con tus sentidos sobrios-, dijo el médico al tiempo que entraba a la habitación-. Sufriste diversos brotes psicóticos derivados de causas fisiológicas. Helen, ¿tiene ascendientes o descendientes con esquizofrenia?
-Mi abuelo materno padeció esquizofrenia paranoide. ¿Albert tiene lo mismo?
-Lamentablemente sí, de acuerdo a los resultados de sus estudios de laboratorio. En esta receta esta la dosis adecuada de Risperdal que tendrá que tomar, tanto por la mañana como antes de dormir. Por favor, es preciso que tome sus medicamentos a pie juntillas, sin olvidar ninguna dosis.
Albert se recostó sintiendo que su mente y sus recuerdos no le pertenecían porque alguien maligno había implantado recuerdos ficticios en su memoria. ¿Quien o quienes habrán sido? Nelly y Samantha quedaban descartadas por claras razones. Solo una idea lo sobresaltaba, el hecho de no ser capaz de distinguir la realidad.