Relámpago sin alma

La pregunta

Salieron de la facultad por el pasillo de las aulas de los estudiantes de psicología, que es un pasillo muy largo decorado con los retratos de los iconos de la psicología. Albert y Samantha conversaban animadamente sobre diversas cuestiones académicas cuando al pasar frente a los últimos salones diviso a Nelly en charla con sus amigas. Tuvo el impulso de soltarse del brazo de Sam, pero la calidez de su piel lo incentivo a no hacerlo.

 

Por un instante tuvo la impresión que Chloe, la mejor amiga de su Nelly, los vio de reojo, así que acelero el paso, situación que sorprendió a Sam.

 

Al llegar a la puerta principal de la Superior Albert rápidamente solicito un taxi e hizo que Samantha subiera, no sin cierta prontitud.

-¿A dónde los llevo- dijo el conductor?

-A la avenida Rocher- indico ella.

-Por favor, que su novio se coloque el cinturón de seguridad- indico el taxista.

Cuando Samantha escucho la frase del conductor no pudo evitar dibujar una sonrisa en su rostro. Entretanto Albert se mostraba nervioso y distraído.

-¿Te preocupa que tu novia o sus amigas nos vean?

-Es que… bueno …

-No te angusties Alberti, estás conmigo y eso es lo importante.

El trayecto al departamento de Sam fue tan breve que Albert aún no digería el susto. Antes de arribar ella pago ambos pasajes, hecho que tomo completamente desprevenido a Albert. Al bajar no pudo ocultar su vergüenza por no pagar el costo del viaje para ambos.

-¡Vamos Albert! Espero que el ascensor no te aterrorice.

-¿Por qué?

-El año pasado sufrió un desperfecto mayúsculo y varios de mis vecinos quedaron atrapados por horas. Felizmente nadie tuvo lesiones, solo algunas crisis nerviosas.

Albert no era supersticioso así que esa anécdota no lo inquieto en lo más mínimo. El ascensor marco cuatro pisos hasta el departamento de ella, que era el 412. Samantha abrió su bolso para sacar sus llaves e inesperadamente estas cayeron al suelo. Él rápidamente se agacho para recogerlas, pero ella hizo lo mismo. Los rostros de los dos quedaron a pocos centímetros, al punto de que él podía escuchar su respiración y casi el latido de su corazón. Tantas prisas hicieron que Sam mostrara un tinte rosáceo en sus mejillas y en su boca. Sudaba levemente, pero eso, de una manera inexplicable, logro que la líbido de Albert saliera a flote. Sentía intensos deseos de besarla hasta morir, pero sus principios morales maternales se lo impidieron. Ella lo observaba con gran interés, como si fuera una ecuación matemática recién descubierta.

-Pasa.

-Gracias.

-Este es el lugar donde vivo. Como notaras es pequeño pero muy confortable. Mi madre vive dos pisos abajo, en el 222. Siéntate, voy por unas limonadas para que nos refresquemos. ¿O prefieres un whisky?

-Nunca bebo alcohol, discúlpame. Con la limonada estoy bien.

Albert se sentó y por alguna razón misteriosa se sentía como si estuviera en casa. Samantha regreso con dos limonadas de tutifruti y extendiendo el brazo le dio una a él.

-¿Puedo hacerte una pregunta?

-Sí, no te detengas- acotó él.

-¿Cuánto tiempo tienes de compromiso con Nelly?

-Cumplimos tres años el mes pasado.

-¿Puedo preguntarte algo más sin que te ofendas?

-Por supuesto.

-¿Te casaras con ella?

Albert se turbo por la pregunta, no porque sopesara que fuera incorrecto formularla, sino porque en contadas veces se había cuestionado ese punto. Por otro lado, ahora que veía a solas a Sam se daba cuenta que era una mujer inteligente, atractiva y muy franca. Nunca había reparado que algunas pecas adornaban su nariz y sus mejillas. Sus dedos eran largos; su cabello ostentaba algunos caireles que la hacían ver como una chica rebelde; sus ojos refulgían como miel platinada, mientras su conversación era ágil y con ideas bien argumentadas.

-Tengo que decirte algo, solo espero que no lo tomes de mal gusto o incoherente.

-No, como puedes pensar eso. Adelante, dime.

-La verdad, la verdad, desde que te conozco me pareciste sumamente interesante. Tu inteligencia es un factor que te hace ver super encantador. Soy una mujer con una multitud de defectos que siempre busca cualidades intelectuales en un hombre, así como un corazón empático. Teorizo que tú tienes dichos elementos admirablemente fincados en tu personalidad. Mi objetivo siempre ha sido un hombre con tus características.

Alberti no daba crédito a lo que oía, allí estaba Samantha confesándole que le gustaba.

 

-No sé que decir. Muchas personas afirman que soy muy listo, pero después de conocerme se dan cuenta que mi introspección le ha dado mucha forma a mi carácter. Y ciertamente esa introspección que ha dado curso a mi vida no agrada a una gran cantidad de personas. Además, tengo un serio compromiso con Nelly y sobre ese punto mi interés no cambiara.

 

-Sé que en este momento supones que soy una mujer de moralidad deficiente, pero todo esto que acabo de decirte lo pensé mucho y no son ideas que pensé al azar. Te pido que te otorgues un tiempo para pensarlo. Mi premisa fundamental es que ahora tienes dos opciones para evaluar, Nelly y yo. ¿Lo harás?



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En el texto hay: misterio, personajes sobrenaturales, amor

Editado: 27.08.2023

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