Relámpago sin alma

Nuevos hábitos

-Hay un silencio naufragado,

que, con nítidos sueños,

trata de recordar

su amor primero,

en el espejo de su alma.

 

Abre sus ojos

para vislumbrar

a la muerte

y no permitir

que esta

sea el mañana

de sus promesas enamoradas.

 

Jamás una estrella,

como luminosas azucenas,

permitió

que su belleza insoportable

muriera como una rosa.

 

  -¡Excelente Evans!

 -Gracias maestro; usted ha sido una ayuda invaluable. 

 -No te minimices; todo el talento es tuyo. 

-¿Puedo regresar mañana para continuar?

-¡Claro que sí! Pero, no descuides tus estudios matemáticos.

-No maestro; usted sabe que es esencial para mi concluir el doctorado. 

-Lo sé, solo te lo enfatizó.

 

Evans salió del cubículo del maestro Esaú con pasos lentos. El maestro al verlo salir se imaginó, por un instante, que la movilidad de Evans estaba deteriorada. Dio la vuelta a la derecha en el pasillo y, sí, allí estaba Samantha esperándolo con una mirada misteriosa.-

¿Qué pasa?

-Nada, solo reflexionaba sobre el poema que le recite al maestro Esaú.

-¿Dijo que estaba mal?

-Por el contrario, se deshace en alabanzas. Dice que mi perspicacia para redactar poemas es brillante; aunque pienso que día con día tengo que perfeccionarme.

 -¿Vendrás a casa conmigo?

-Aún no lo sé; necesito visitar al profesor Bernabé en su aula de ayudantía para consultarlo sobre tu proyecto de maestría.

-No te preocupes por eso. A primera hora fui a conversar con él y todo quedo resuelto.-

-En ese caso, vamos a tu departamento.

-No olvides que mamá te enseñará cómo hacer su delicioso pastel de cerezas.

 

Salieron de la facultad de Filosofía y Letras, abordaron un taxi y en cuestión de minutos ya estaban entrando al edificio de la avenida Rocher donde Samantha y su madre vivían. 

-¡Buenas tardes, madame Kelsie! 

-¡Hola Albert! ¿Cómo te sentiste hoy?

-Mucho mejor que ayer y que los días pasados. Huele delicioso, ¿qué prepara?

-Filetes de atún. Desde la infancia le encantan a mi Sami. Ella me pidió que los hiciera para que pruebes lo placentero que es degustarlos. 

-Gracias madame. Es muy grato saber que usted y Sam continúan apreciándome a pesar de mis males. 

-¿Por qué no lo haríamos Alberti? Recuerda que Dios envío a su amado hijo al mundo para salvarnos del pecado, de la muerte y para darnos sanidad espiritual y física. Conozco que no crees, pero ante los ojos del Todopoderoso todos somos dignos de su misericordia.

 

Sam observaba a su madre con gran atención, porque aún cuando no creía lo que su madre predicaba, ciertamente la compasión que manifestaba la atraía. En cuanto a Evans, desde la disrupción de la realidad que padeció habían transcurrido dos semanas y por consejo médico decidió inscribirse en el curso de escritores para distraer su atormentada mente.

El alma de Albert continuaba con sombríos pensamientos que lo tenían ante un dilema: seguir con Nelly y perdonar a su madre o definitivamente dejar a Nelly como una buena amiga. Su corazón sentía una soledad inmensa y, por el momento, anhelaba permanecer en quietud. Lo que aún le arrebataba la tranquilidad era la susurrante voz porque, inesperadamente, le hacia reclamos con consejos incluidos. Él prefería ignorarla como si fuese un ser demente que deseaba conducirlo al más obscuro sendero.

-Tu vida es aterradora; solo falta que una asquerosa bruma te arrastre hacia la nada- afirmaba la calumniosa voz. 

-¡Cállate! Únicamente profieres sandeces.

-El infierno está poblado de seres como tú, débiles y aterrados. Esa es la causa por la cual la inmunda soledad nunca dejará de cercarte con sus brazos. No tienes otro camino que tomar a Sam.

- ¿Con quién hablas? - declaro Samantha.

- Con nadie; solo reflexionaba en voz alta.

- ¿Puedo acompañarte a tu casa?

Tuvo el impulso de negarse, pero la mirada enternecedora de ella lo venció.

Salieron del departamento emprendiendo el camino a pie. Entretanto andaban gozaban del atardecer que se mostraba en toda su plenitud. El cielo lucía multicolor: amarillo, rojo y anaranjado. Caminar del brazo de ella hacía que su corazón se llenará de una paz sobrepujante. Su entero ser estaba colmado de esperanza, consuelo y de la dádiva elegante de la amistad.



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En el texto hay: misterio, personajes sobrenaturales, amor

Editado: 27.08.2023

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