Parte 6

Cuando Marc llegó, lo recibí en mi habitación donde preparé una botella de vino, encendí unas velas y ofrecí una bandeja de bocadillos. Marc era seductor con sus gestos y palabras, pero nunca tomó acciones frente a mis descarados flirteos, tenía que mantener la misma actitud para no despertar sospechas

Se tragó por completo mi mentira sobre mi creencia de que tenía un tumor y que creía tener alucinaciones, aparenté sentirme demasiado avergonzada para contarle qué fue lo que creí ver, pero sí le afirmé que pensé haberlo visto en el café y que mi mente se convirtió en una maraña de visiones que prefería no repetirlas. Le aseguré que iría al médico la semana siguiente.

—No creo que tengas un tumor, preciosa —dijo con esa voz que parecía la de un felino que hechizaba con la pronunciación de cada sílaba—. Pero debemos aprovechar el tiempo lo más que podamos.

—Estoy totalmente de acuerdo contigo —susurré tratando de imitar su tono seductor, sentí como el estómago se me revolvía, pero si no actuaba como lo había hecho hasta los momentos, sabría que algo estaba mal.

Marc comenzó a acercarse a mí, y yo mantuve mi sonrisa lo mejor que pude, cruzando los dedos para que supusiera que mis temblores se debían a los nervios y no al asco que sentía ante la idea de que me tocara.

De pronto giró la cabeza de golpe hacia la ventana, y rápidamente tomó mis manos para besar sus dorsos.

—No me había dado cuenta de la hora —dijo simulando que había visto el reloj de pared y no la ventana—. Debo irme, pero tengo una proposición para ti: la noche de Halloween habrá una gran celebración en la mansión de Antoinette Benoit, quisiera que fueras conmigo, ¿aceptas?

—¡Por supuesto! Esa mascarada anual es muy famosa en la ciudad y es muy difícil conseguir una invitación, me encantaría ir, me muero por la curiosidad —replique fingiendo una felicidad que no era del todo falsa, de verdad siempre me dio curiosidad ir a alguna de esas fiestas, aunque esa mujer fuera un misterio que de alguna forma me daba algo de miedo.

—Entonces es un trato —dijo besando de nuevo uno de los dorsos de mis manos.

—¿De verdad tienes que irte ya? ¿Y no nos veremos hasta esa fecha? Falta más de una semana —dije haciendo un puchero que esperaba pareciera convincente.

—Seguro podemos cuadrar unas cuantas citas alguna de estas tardes, ¿te parece si mañana te escribo para tomarnos un café?

—Ok —repliqué ampliando mi sonrisa y viéndolo partir con una velocidad anormal.

Unos minutos después, me asomé a la ventana a ver qué pudo haberlo espantado, y supuse que probablemente Tanner podría ofrecerme alguna teoría.

***

—¿Fuiste tú? ¿Tú lo espantaste? —pregunté confundida, habíamos acordado que no se acercaría a mí para ganarme la confianza de Marc.

—Marchosias es uno de los demonios más desconfiados que hay. Ayer en la tarde supo que estaba en esa cafetería por él, no por la Conturbator que aniquilé, si no sentía mi presencia cerca, podía sospechar considerando que él sabe, que ya yo sé, que te tiene marcada como su próxima víctima.

—Pero si apareces cada vez que nos veamos…

—Lo sé, lo sé —me interrumpió—. Perderemos una oportunidad que no sé cuándo podré volver a tener. Esta tarde no me acercaré a su lugar de encuentro, trata de tener varios para yo acercarme a otro y con eso será suficiente para despistar cualquier sospecha que pueda indicar que tú sabes lo qué es él.

—¿Cuándo crees que será tu mejor oportunidad para aniquilarlo? —pregunté.

—La noche de Halloween. Debes conseguir la manera de sacarlo de la fiesta, porque yo no puedo entrar, pero para ese momento, el ambiente de un lugar como la mansión de Antoinette Benoit, le hará creer que te engatusó lo suficiente para seducirte y empezar su proceso de corrupción. Verás cosas que jamás has visto, y debes mostrarte fascinada e intrigada, no puedes mostrar ni poquito de repulsión, debe creer que ya estás lista para caer en sus garras.

—¿Qué cosas veré? —pregunté con miedo, intriga e ilusión al mismo tiempo.

—Antoinette Benoit, como ya sabes, hace una fiesta anual que realmente es una serie de eventos donde invita a los jefes de diferentes clanes…

—¿Clanes de qué? —interrumpí de pronto.

—Vampiros —dijo tranquilamente como si hubiera dicho ingenieros o profesores—. Estas reuniones le sirven para hacer alianzas entre los de su raza, algo que le gusta considerando que es cabeza de uno de ellos. Invita todo tipo de criaturas paranormales, incluyendo humanos, y entre tantas energías mágicas y poderosas, cualquier indiscreción de algún invitado puedes ser rápidamente camuflajeada.

—Eso no explica qué cosas veré —repliqué irritada.

—Más bien debes preguntarte qué cosas no verás, la mansión y sus jardines son gigantescos, habrá orgías, sacrificios, encantamientos, manipulaciones… No sé cuánto o qué querrá Marchosias que veas, pero supongo que será lo suficiente para despertar un apetito sexual imparable que te prepare para que te seduzca, te posea, y entres en una especie de vínculo que te haga sentir que no puedes alejarte de él.