Relato: Aquella Noche De Halloween (completo)

Parte 8

Afortunadamente, Marc me dijo que no podíamos vernos hasta el día de la fiesta, así que nos vino como anillo al dedo llevar a cabo la prueba de los cristales el sábado.

Alquilamos una habitación en el Ace Hotel, y Sashira me enseñó como ocultar los cristales y cuál cuadrante debía utilizar alrededor de la habitación para que Marc y yo tuviéramos libertad de movimiento y no sospechara que estaba atrapado.

Debía ser increíblemente seductora para que se concentrara en mí y en nada más, así que la bruja se retiró y nos dijo que caminaría por los alrededores expandiendo su magia interna para ver si Tanner reconocía su presencia. Podía simular la energía de un demonio o un Venator para comprobar si el cazador podía reconocerla luego de que activara el campo de fuerza.

—Les daré una hora o un poco más, solo para que pueda recorrer varias distancias de las calles adyacentes y garantizar que Tanner no me identifique desde cualquier dirección.

Antes de salir me guiñó un ojo con una sonrisa, mi acompañante estaba distraído intentando ubicar los cristales que habías ocultado antes de que él entrara a la habitación, y no supe qué interpretar de ese gesto. La función de ese día era representar algo similar a lo que haría la noche de Halloween con Marc, pero descubrí en ese momento que yo quería llegar hasta el final con Tanner, deseaba probar mi teoría de que yo sí podía hacerlo sentir y de pronto me encontré terriblemente nerviosa, no solo porque me cosquilleaba todo el cuerpo, sino porque la señal de Sashira parecía indicar que reconocía y aprobaba lo que sentía por él

—Tratemos de imitar cómo serían los acontecimientos de esa noche —dijo Tanner de pronto provocando que diera un respingo. Se veía muy serio, incluso algo furioso.

Salimos al pasillo y entramos. Yo le ofrecí vino y él se negó sonriendo diciendo que le gustaría hacer otras cosas que no fuera beber.

Le tomé la mano y lo acerqué a la cama sin dejar de verlo a los ojos, entonces lo empujé y lo senté, di un par de pasos atrás con mirada seductora y comencé a bailar sensualmente, sabía que esa noche las calles estaría repletas de turistas y la música sonaría a todo dar entrando por la ventanas. Aproveché que Tanner mantenía los ojos fijos en mis movimientos para activar los cristales.

No era nada complicado sobre todo con todas las explicaciones que me había dado la bruja de cómo confundir el deseo sexual con la energía mágica, Marc debía saber que yo tenía sangre Pacificus y no le extrañaría que un momento pasional la despertara.

Moviendo mis caderas y mis manos empujé la magia de mi cuerpo sin dejar de ver a Tanner, los cristales se activaron y absorbieron mi poder, ya no hacía falta que me ocupara de ellos, las rocas contuvieron mi magia y ya estaban cumpliendo su función. Mi acompañante ni siquiera se inmutó, lo que quiso decir que no se percató de que había activado el campo de fuerza.

—Ven acá —ordenó con voz gutural y estuve a punto de obedecer, pero recordé que era una representación de cómo debía comportarme ante Marc, y no podía hacerle creer que caería tan fácil, porque me cuerpo quería acercarse a Tanner, jamás reaccionaría así ante el demonio.

—Shhh —repliqué posando mi dedo índice sobre mis labios de manera sensual, bajándola lentamente para luego introducirlo en mi boca y chuparlo, al sacarlo le dije—: He esperado tanto tiempo por este momento, que quisiera saborearlo, quédate ahí y observa.

Entonces comencé a desprenderme de mi ropa lentamente, llevaba un vestido porque era mi costumbre, pero tenía muchos botones, así que sin dejar de danzar y dar pausadas vueltas, desabotoné cada uno con lentitud hasta que lo deslicé al suelo.

Los ojos de Tanner brillaron como el fuego ante mi ropa interior de color blanca, y pude ver que entre sus piernas, había algo inconfundible que sobresalía y que parecía querer romper su pantalón.

Comencé a caminar despacio hacia la cama, hacia él, sin dejar de ver sus ojos, sin dejar de menear mis caderas, mordiéndome y relamiéndome los labios hasta encontrarme de pie entre sus rodillas.

—Es peligroso que te acerques tanto a Marc —masculló entre dientes—. Sobre todo en ropa interior, no sé si esto sea buena idea.

—Si estuviera con Marc alargaría más la danza, y algo me dice que para ese momento ya llegarías. Me acerqué a ti, Tanner —repliqué pasando mis dedos sobre sus labios—. Porque quiero que me beses.

No pasó ni un segundo cuando sentí sus fuertes manos en mi cintura que me haló hacia él y me sentó a horcajadas en su regazo. Bajo la fina tela de mi braga, pude sentir su dureza y mientras comenzamos a devorarnos los labios, mis caderas comenzaron a merecerse sobre él porque necesitaba ese contacto íntimo aunque fuera sobre la ropa. Entonces sus dedos se colaron entre la tela y comenzaron a acariciar mi botón, que junto con mis movimientos provocó un orgasmo explosivo que me hizo ver las estrellas, no solo estaba tocando el cielo, estaba viajando por el espacio exterior.

De pronto me vi volando por los aires para caer sobre mis espaldas, sentí como me mojaba cada vez más al ver cómo Tanner arrancaba mi braga y brasier destrozándolos por completo, me beso la boca, el cuello, mis senos y abrió su cremallera para penetrarme hasta el fondo. Yo grité, gemí, convulsioné, tuve un orgasmo detrás de otro mientras é me daba estocadas sin compasión, nos besamos, nos mordimos, cambiamos de posiciones varias veces hasta que él acabó finalmente y pude sentir algo cálido y delicioso en mi interior. Su semilla.




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