El sol era cubierto por grises nubes que advertían de una gran tormenta que se avecinaba.
El cielo cada vez se oscureciá aún más, el pequeño niño observaba asustado la ventana, el pequeño niño le temía a las tormenta, según él, todo lo malo pasa en las tormentas, y tampoco estaba tan equivocado.
De pronto escucho un fuerte grito desde el piso inferior, él creía que era su propia imaginación intentando asustarlo. Escuchaba fuertes golpes y él simplemente se acostó en su cama mientras se tapaba hasta el rostro.
El pobre realmente no sabía que su madre estaba siendo asesinada por un completo alguien que acababa de meterse a su casa, y que pronto iría a por él.
El pequeño escuchaba pasos cerca de él, y muy temeroso intento no moverse ni hacer sonidos fuertes. De pronto su rostro fue descubierto y lo último que vio fue a su padre cubierto con sangre mientras sus labios se curbaban formando una gran sonrisa.