En una cálida mañana estaba un agradable hombre vestido de negro, tomando café en una cafetería al lado de su casa, cada mañana tomaba lo mismo con su típico atuendo que llamaba mucho la atención, todos los habitantes de la cuidad lo miraban, él estaba acostumbrado pues su apariencia era única. Lo que las personas no sabían era que cada vez que salía la luna se convertía en un monstruo, le encantaba la carne humana, en cada mañana aparecía un cadáver en diferente lugares, las autoridades le avisaron a la ciudadanía que no salieran en las noches, en lo cual cada noche los habitantes de la cuidad se atemorizaban y no salían de sus casas por miedo a hacer atacados , ya todos sabían de la existencia de ese horrible monstruo que yacía en las calles, cuando salía el sol, el hombre de negro regresaba a su estado habitual en la misma cafetería observando cuál sería su próxima víctima cuando callera la noche.