Relatos de Fútbol

Gabriel Milito

Gabriel Milito: "Le pegué en un entrenamiento del Mundial 2006 porque era imposible pararlo. No es canchero y nunca sobra, simplemente jugaba así: arrancaba y frenaba, volvía a arrancar y otra vez se frenaba."

"Un día lo hizo cuando estaban ganando por varios goles en una práctica y le pegué. Más tarde le fui a pedir perdón. Nos bailaba. A la vuelta del Mundial le dije a mi viejo que había conocido a uno que iba a ser el mejor de todos. 'Imposible, no nació uno que pueda ser mejor que Maradona', me contestó.

"Es lo que siempre habíamos creído. Pero apareció Leo".




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