Relatos de mi familia vampírica

Capitulo 2 Nueva misión

CALEB

Por suerte el clima del día de hoy no incluía fuertes rayos solares, si no estoy seguro que Lilith jamás me hubiera pedido encontrarnos a esta hora en el parque de este lado de la ciudad. Como hay poca gente alrededor, las bancas están desocupadas por lo que decido sentarme al frente de una chica pelirroja que se encontraba riendo para si misma. Cuando estuve justo al frente de ella pude notar que tenia pecas en la parte superior de su nariz, tenia ojos verdes y su cabello se veía suave y sedoso. Sin embargo se veía exhausta, como si hubiera corrido todo el camino hasta aquí.  Así que decidí empezar la conversación con eso en mente, intercambiamos varios oraciones y me di cuenta que era una chica graciosa. Cuando fue la hora de despedirnos porque visualice a Lilith al otro lado del parque, solté un dato que había averiguado luego de leer un poco su mente y en efecto quedo sorprendida ante mi comentario. Moría de ganas por encontrarla de nuevo y sabia muy bien como.

Atravesé el parque hasta llegar donde Lilith, mi hermana, quien a pesar de que no había tanto sol se cubría de manera que no la tocaran con largas ropas y tapando su cara con su hermoso cabello negro

- Lilith- La llame con la mano derecha- ¿A que se debe este encuentro?, creí que preferías salidas nocturnas- Y reí un poco

- No puedo negarte eso, la noche es mucho mas entretenida- Y sonrió mostrando sus colmillos- Sin embargo te he llamado porque necesito de tu carisma a los humanos

- ¿Le estas pidiendo ayuda a tu hermano mayor? ¿Cuándo fue la ultima vez que paso esto? ¿Hace como 100 años?

-Hace 120 años para ser exacta, cuando te pedí que te hicieras cargo de aquel que rompió mi corazón y mucho mas- De repente los ojos negros de mi hermana de entristecieron

-Ya, ya mi error, no debí sacar ese tema- Y la abrace- Dime que necesitas y te ayudare 

-Ese es el Caleb que conozco- Y sonrió de manera muy tierna- Es muy sencillo, según mis fuentes algo ha estado trayendo terror a la ciudad, mas bien un alguien

-NO SOY YO- Grite de inmediato haciendo que las personas de alrededor nos miraran extraño- Ups

-Claro que no eres tu tonto, vivo contigo y te conozco muy bien, sobretodo tu debilidad máxima así que calma

-Entonces si no soy yo, ¿quién crees que esta aterrorizando a los habitantes?- Pregunte mientras caminábamos por el parque

-El gremio sabe que no puede ser un novato, debe ser uno de la vieja escuela y solo se me ocurre el Conde Vladislaus

-No es bueno acusar sin pruebas pero siempre he sentido que le tiene desprecio a los humanos- Dije recordando aquel vez que casi secuestra a un recién nacido 

-Exacto-Dijo mi hermana- Y tu serás el que me ayude a conseguir esas pruebas

En ese momento entramos al café que hay cerca del parque y nos sentamos en una de las mesas

- ¿Cómo consigo las pruebas?- Le pregunte mientras miraba la carta

- Necesito que te unas al club de los nomos en el bosque y no, no te atrevas a reírte. Al parecer los sustos han ocurrido cerca de la naturaleza, a los sitios de pescas y zonas de jardinería y sabrás que a todos esos sitios van los idiotas de ese club

-Y ¿esperas que me una de un día para otro?, sabes como se toman en serio aquí las reuniones de clubes, sienten hasta envidia de un club a otro

-Lo se pero conozco a alguien que podría ayudarte a unirte así de rápido, puede ser una rubia de pelo corto, ojos azules, un poco morena y que viste muchas blusas sin mangas

A juzgar por esa descripción sabia a quien se refería- ¿Hablas de Sunny?, incluso con la relación que tenemos no creo que sea tan fácil de convencer a la hija de la dueña del club

-JAJAJAJA, Por favor Caleb, he visto como babea esa chica cada vez que se ven, siente una admiración estúpida hacia a ti- Sonrió estrechando sus manos- Sera pan comido, te lo aseguro

-Lo entiendo, la contactare en la noche, de igual forma ya era hora de mi merienda

Luego de eso hablamos de otras cosas con Lilith, aunque vivíamos juntos desde hace un par de décadas siempre estábamos en el trabajo así que solo nos veíamos un rato en las mañanas y algunos fin de de semana. Ambos bebimos granizado de café con torta de banano. Al terminar pagamos y nos dirigimos a casa en mi coche negro con vidrios polarizados.

El trayecto fue mas largo de lo esperado, hubo un accidente así que el trancón no tardo en formarse. Lilith termino quedándose dormida, se veía tan frágil y consentida, nadie imaginaria que disfruta mucho mas del plasma que yo. Finamente llegamos a casa, digo casa pero mas bien es una mansión, de 3 pisos, pisos de mármol, 6 baños con tina y decoraciones en oro, gimnasio, biblioteca, 3 cuartos de visitas, una inmensa concina, y una tv de plasma era uno de los pocos lujos que nuestro padre nos dejo antes de morir en aquel accidente

-Me duchare y luego preparo la cena, ¿te parece bien Caleb?- Pregunto Lilith aun despertando luego del viaje

-Si, no hay problema, yo llamare a Sunny un rato a ver si quedamos luego

Como ya habrás averiguado, mi hermana Lilith y yo somos vampiros. Vivimos en esta ciudad desde hace varias décadas. Nuestra mansión queda escondida entre los arboles de un bosque, nuestros padres eran vampiros de sangre pura, de igual forma nosotros. Aunque somos capaces de disfrutar de la comida humana nuestro cuerpo no puede vivir sin el plasma que en otras palabras se refiere a la sangre, por lo que debemos alimentarnos ocasionalmente de esta. Una de nuestras grandes debilidades es la luz solar, aunque nuestro cuerpo la soporta tiene un limite y puede dejarnos cicatrices de por vida llevándonos incluso a la evaporación de nuestro cuerpo, El ajo también nos puede dañar pero no es un peligro del que debamos preocuparnos constantemente. Nuestra ciclo de vida es mucho mas lento del de los humanos, entre mas plasma de buena calidad consumamos, mas tiempo viviremos. Si por el contrario consumimos plasma de mala calidad nuestro cuerpo podría tomarlo como veneno. Aparte de esos tenemos habilidad sobrenaturales como fuerza sobrehumana, rapidez, podemos convertirnos en murciélagos aunque esto debilita nuestra energía vampírica y odiamos dormir en ataúdes, preferimos dormir en camas con almohadas de plumas de algodón y sabanas suaves y con olor a canela.




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