Luz era una niña de escasos siete años que cierto día iba de paseo con sus padres y de repente observo en una tienda de regalos un conejo de peluche que costaba quince dólares. Entonces decidió convencerlos para que se lo compraran y después de suplicarles logro que lo adquirieran.
Al llegar a su casa fue a jugar a su cuarto con su conejo de peluche, pero tuvo que salir y cuando regreso se dio cuenta que su peluche estaba en el suelo, pero ella recordaba que lo había dejado guardado en su armario y como era pequeña no sospecho nada.
Escucharon que comenzó a llover y se fue la luz, y pensaron que era por la tormenta, pero después de un rato miraron por la ventana y vieron que no llovía. Se sorprendieron mucho y hasta su madre dijo: “¡pero yo misma escuche la lluvia!”. Su padre también concordó que así era.
Durante toda la semana tuvieron mala suerte: caídas, torceduras, golpes y hasta quemaduras. Sí, el peluche estaba maldito y ahora los haría sufrir.