Relatos de Terror y Misterio

El bosque Furot

—Chicos, es la hora mi relato—dijo Henrick.

—Si es otro cuento de terror; no podré dormir esta noche, profesor—dijo Lucy bromeando

—No dormirás hoy ni mañana—respondió Henrick

—¿Qué nos contarás hoy? —preguntó Brian

—La leyenda del bosque de furot.

—Pero hay muchas leyendas sobre ese bosque.

—Yo les contaré la leyenda dio origen al resto de leyendas. ¿Preparados?

Hace setecientos años en los alrededores del bosque furot poblaban una tribu. Durante los meses de marzo realizaban una ofrenda a su dios que según ellos habitaba en el bosque. Escogían a diez personas entre ellos hombres y mujeres para que lucharan entre sí, el superviviente tenía que contar cómo había matado a los demás. Luego era conducido hacia un lago en cuyo centro se alzaba un enorme árbol. Se decía que en su tronco estaban talladas los rostros de todas las personas fallecidas. El ganador tenía el derecho de teñir el lago con su sangre hasta morir.

El ritual continuó por más de veinte años. Años de incontables muertes violentas. A tan solo unas horas del vigésimo primer ritual los elegidos gozaban del último banquete que probarían en su vida. El resto de la tribu danzaba y cantaban. Cientos de hombres montados en caballos negros rodearon a la tribu. Eran bandidos contratados por un duque que les había encargado obtener esclavos.

Los ancianos de la tribu se reunieron con los bandidos y les dijeron que si les podrían dar unas horas hasta que terminaran su ritual. El líder de los bandidos era un hombre hosco, obeso, despiadado e inflexible. Escuchó impaciente a los ancianos cuando terminaran sus explicaciones el hombre se levantó sacó su espada y les corto la cabeza en frente de toda la tribu para causarles miedo. Los bandidos decidieron acampar allí. Los que por alguna razón estaban incapacitados físicamente los mataban. El resto era apresado. El líder escogió a cuatro mujeres, dos de ellas se las ofreció a sus dos sobrinos. El mayor era alto, corpulento, de mirada impasible y orgullosa. Tenía los brazos cruzados, en ellos se observaban cicatrices. El menor era delgado, su mirada irradiaba sagacidad y no tenía ninguna cicatriz en el cuerpo. Contemplaron satisfechos a las mujeres que su tío les había escogido. Los días trascurrieron y los murmullos de la tribu iban en aumento. Una tarde cuando el sol se ocultaba el líder se despertó de su siesta cogió una botella de cerveza y la tomó, a sus espaldas escuchó a dos apresados hablar del ritual. Irritado se les acercó y les preguntó de qué tenían miedo. Respondieron que en el bosque habitaba un espíritu maligno y ellos lo apaciguaban ofreciéndole sacrificios, pero, como el ritual fue interrumpido el espíritu saldría para comerse sus almas.

El cabecilla riendo por la historia que le habían contado, reunió a veinte hombres y se adentró en el bosque, sus sobrinos intentaron persuadirlo, pero, él les dijo: enseñaré a estos esclavos ignorantes que no existen los espíritus. Al siguiente día ambos sobrinos estaban preocupados por su tío, estaba anocheciendo y no había llegado aún. Decidieron también internarse en el bosque acompañados de cincuenta hombres. Dos días después los sobrinos del líder regresaron. El mayor herido en la zona del estómago arrastraba su hermano ileso. Los atendieron, el mayor murió luego de unas horas.

Cuando el menor despertó les contó a sus compañeros lo que había pasado. Estaba conmocionado necesitó tiempo para que hablara. En cuanto lo hizo les dijo que no encontraban a nadie, no había rastro de sus compañeros. Se detuvieron en un lago para descansar. Escuchó un ruido extraño a sus espaldas cuando se giró algo lo atacó. Después contó que despertó un lugar oscuro, sin embargo, en frente de él una había una luz en donde se observaba a sí mismo matar a sus compañeros. También dijo que el bosque lo ayudaba de algo forma a matar.

El resto de los bandidos habían escuchado muy atentos al muchacho y todos llegaron a la conclusión que había enloquecido y necesitaban con urgencia elegir a otro líder. A medianoche todavía sin decidir quién sería el líder el muchacho reunió a todos y les dijo que tenían que alejarse del bosque cuanto antes, era peligroso. El resto lo miraba entristecidos aquel muchacho tenía un don natural para el mando, pero había enloquecido. Lo escuchaban muy atentos porque respetaban al muchacho y en ese preciso momento del bosque salió una sombra en forma de mano gigante y se lo llevó. Los bandidos que juraban no tener miedo nada huyeron horrorizados en diferentes direcciones. Este hecho hizo famoso al bosque hay quienes dicen que desde un principio no existía ningún espíritu maligno, sin embargo, las muertes horribles y los sacrificios además de la perversidad con la que habían sido cometidos engendraron a un ente maligno acostumbrado a que cada año le ofrecieran victimas con que alimentarse y cuando un año no le llegó victimas decidió buscarlas.



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En el texto hay: misterio, suspense, terror

Editado: 16.08.2018

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