Odio la falsa ingenuidad aunque Dios sabe que mi rabia es mayor cuando observo fijamente al hipócrita de turno que se atreve a observarme directamente a los ojos, como si sus palabras no se estropean con su propio ladrar, alguien que desde el inicio te da valores y te miente con palabras que al final no significan una mierda, "Eres Libre" "Te Queremos Tal Y Como Eres" y la que más han roto con ruines falacias, "Tu Vida Solo Es Tuya", puras mentiras adornadas con sonrisas y puede que alguna sea real, sin embargo cuando toca enfrentar lo que realmente eres ellos serán los primeros en juzgarte, desmienten aquel libre albedrío, oprimen lo que realmente somos y al final de todo no queda mucho que podamos salvar a la vista de ellos, sin embargo se puede crear mucho cuando no te están observando.
Una introducción confusa para algunos, leer entre líneas ayuda al contexto para quienes fueron capaces de deducirlo, felicidades, has perdido tiempo que lo mas bien podrías haber gastado en acercarte a aquella belleza que viste pasar por el pasillo de tu salon, esforzarte para mejorar en notas, aunque al final son meros números que no significan nada al ser libre de aquella responsabilidad, pero es lindo sentir que cada dia te despiertas con algo bueno en mente o esperando a que suceda aquello a lo que estás acostumbrado y atrapado, te da el síndrome de estocolmo, ¿Verdad? A mi si.
Al final todo este relato es un pequeño fragmento de lo que realmente deseo o detesto, siendo sincero no se que deseo, ni siquiera debería saberlo porque si lo hago ya no tendría sentido todo el camino que me queda por recorrer, sin embargo aquello que odio se hace cada vez más claro cada dia de mi vida… Detesto a mi familia, pero mas me odio a mi.