Como dos especies Oto, y Rea, danzan dentro de la naturaleza, y se fueron por la vida, haciendo del amor el mayor de los sucesos, porque en definitiva la moraleja de cada historia, es que al final, el amor encierra como bien sabe hacerlo el sentimiento de las almas, que de la mano irán juntas para siempre. Este es el verdadero milagro que todos nos merecemos. El prodigio de un fenómeno del cual estamos destinados conforme vamos avanzando a merecer ese derecho consagrado en un universo tan inmenso, y pequeño a la vez. Estas son las expresiones del verbo del lenguaje que entienden los que se juran desde lo más profundo sus nombres bajo el seudónimo del cariño que se dan, y la alegría que los hace crecer hasta el infinito. Dos pulpos que cruzan sortilegios en cada sensación hasta conformar un poema propio de sus deseos tanto carnales como sentimentales. Dos pulpos, dos humanos, dos enamorados.
Ellos juntos caminaran por la vida, porque nacieron para ello. Para verse a los ojos de la verdad, y amarse en la ruta del corazón. Que así sea Oto, y Rea.
Iré, contigo, en este eterno camino, Iré por siempre, contigo mi bella,
Tomaré tu mano, tus sentimientos, y deseos,
Y tú, tomaras los míos. Lo que soy, y seré, lo salvarás,
Le darás con tu esencia la vida. Lo harás llegar hasta el fin del universo,
Eso es amor, tú, tu eres amor. Y el amor es eso, tú, el principio y fin de todas las cosas.
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Editado: 27.03.2024