Relatos de un secuestro

Capítulo 8

DÍA 13

Ayer no pude escribir nada. Algo ha pasado en la "mansión". Axel no ha dejado de gritar por celular. El día de ayer me tuvo en su habitación con el pretexto de que ya se cansaba de ir a la mía.

Escuché disparos y gente gritando y eso no pudo ocultarlo. Sé que pasó algo grave, hoy, como todos lo días debí salir al patio para tomar un poco de aire fresco pero Axel me lo impidió alegando que no quería que me fuera.

¿Ahora? estoy sentada al pie de mi cama dando la espalda hacia la puerta intentando escribir lo mejor que puedo para explicarte mi situación. ¿Respecto a las pesadillas? Siguen ahí, pero van menguando sus apariciones.

Han traído una chica nueva, ahora ocupa la habitación de al lado, la que era de Kim, ¿te acuerdas? claro que si, no dudo de tu capacidad de memoria. Si no la recuerdas vuelve al segundo día de este diario.

No tiene más de unos veinte años, tiene rostro de niña, cabello rubio y sus ojos son castaños. La he escuchado varias veces gritar y pidiendo ayuda, lo bueno es que nadie entra aa su habitación a hurtadillas como la vez pasada con Kim.

Me siento extraña. No sé si será bueno o malo. Le pregunté a Axel sobre los disparos y no me contestó, al contrario, solo me abrazó y dijo que descansara. De verdad lo he intentado pero algo me lo impide. ¿Preocupación? ¿Miedo?, no estoy muy segura pero es algo.

Últimamente está haciendo mucho más frío que lo habitual, ¿estará nevando?, me encanta la nieve, recuerdo cuando mi... ¡NO! ya no, la odio.

Cada momento que puedo escribo este diario o me pongo a leer uno de los libros que Axel me trae; a él le gusta que lea y me lo pide cada vez que estamos tranquilos y abrazados, no sé por qué.

Ya quiero que sea mañana, Axel me prometió que saldríamos pero con sola una condición, sí, la que te imaginas, con la condición de que no vaya a intentar escaparme...pero si lo hago ¿A dónde iría? ¿Qué haría? Para Axel sería fácil volver a buscarme y es por eso que no me iré.

No quiero morir en el intento por más que quiera ser libre, me conformo con salir solo un momento.

Me duelen las muñecas y la boca, por no decir todo el cuerpo, Axel se ha vuelto un poco más exigente cuando estamos juntos. Ahora le gusta amordazarme y amarrarme a la cabecera de la cama. No tiene lógica que haga eso. Axel es algo...salvaje, mucho más salvaje que las veces pasadas.

No se lo impido y me odio por eso, solo dejo que me utilice pero no niego que en cierta forma me agrada. Sí, ya estoy perdiendo el juicio. Tengo momentos en los que pasan por mi memoria unos flashback y en todas aparece Axel.

No había recordado mucho la vez pasada hace unos días pero cada vez se hace más sólido el recuerdo. Sé que estudié con Axel pero nunca lo veía detalladamente, no conversaba con él, no le prestaba mucha atención.

Ya no importa, todo ya pasó por algo. Estoy nerviosa desde hace unas dos horas, creo. Axel se ha ido para ver lo que ha pasado por el tiroteo que escuchamos. Tengo miedo de que le vayan a hacer algo si es que el que comenzó con el tiroteo siga suelto.

¿Es normal que me preocupe por la vida de mi captor? No es normal ¿verdad? Quisiera volver a ser como antes, abrirme paso a mi independencia para vivir sola. Pero ya no hay marcha atrás, tengo que ver la manera de seguir adelante y no seguir el frío impulso de acabar con todo esto yo misma.

Aunque no salga viva después de todo.

 




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