Relatos épicos

Del arte de Madox

"Sobre el valle gris de Amancindor, 
tres susurros de vientos se unieron.
Voces cálidas y serenas le contaron a las estrellas
que la luna nueva traería nuevas riquezas. 
No se trataba de nada proveniente de la tierra,
ni siquiera el oro, ni las más finas gemas. 
Sin embargo habría un castigo
ya que para vivir plenamente 
había que pelear contra uno mismo.

Había una fuerza oscura que se avecinaba con fuerzas, 
y deseaba tomar forma saliendo de las sombras.
Una de las voces quiso desistir, 
pero sus dos hermanas la obligaron a seguir. 
El susurro se apagó de pronto y el mal pensó que había vencido
pero sólo había sido una trampa cruel del destino. 
- Al fin has dejado de ser un temible eco, 
y ahora en carne y hueso
la mortalidad será tu deshonra. 
Visible te has hecho, y tu sed de poder
no te dejaron ver las fallas de tu plan codicioso. 
Te retorcerás entre paredes de piel, 
y con los años no podrás contra el alma blanca 
que acabará finalmente contigo. 
Vivir a costas fue un grave error, 
y no habrá cura ni remedio
que alivien tu dolor.

Nunca intentes burlar al destino,
pues cuando tú te crees invencible,
ellas se ríen de ti por tan ingenuo y presumido.
Pagarás la condena más alta,
te sentirás arder, 
el veneno se volverá contra ti
y yacerás sin esperanzas, ni poder"




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