Últimamente, solo una persona me hace reflexionar. Sé que no debería aprovechar nuestras conversaciones para escribir, pero es inevitable.
Si retrocedo en el tiempo, solo veo a dos niñas pequeñas gritándose mutuamente. Esta es una de las razones por las que no me gusta mirar atrás. Prefiero dirigir mi mirada hacia un lado, para contemplarla a ella. La chica con la que solía gritarme hace tantos años. Ahora compartimos el camino, no solo en el sentido literal, sino también en el figurado.
Lo más seguro es que me hubiera reído en la cara de la persona que me dijera que ella y yo seríamos así.
Quiero decir, nunca pensé que volvería a tener la suficiente confianza como para volver a llorar delante de alguien.
He escuchado a mucha gente decir eso de "ella es el sol y yo la luna". En nuestro caso, ella es una nebulosa y yo solo soy una simple estrella a punto de desvanecerse.
Pero aun así, ella es la mejor amistad que he tenido en mucho tiempo.
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Editado: 26.06.2024