Reliquias con Alma

Un Último Soneto Estrafalario

Dado que no voy a poner mi nombre en ninguna parte, podés tomarla como una carta para vos o como un simple pedazo de literatura independiente escrita al aire, donde quien sea que la lea pueda interpretarla a su gusto, aunque por siempre y para siempre van a estar dedicadas a vos. Dicho esto, la única voluntad que tengo para con este pedazo de papel es que puedas conservarlo, aún cuando sea lejos y tan profundo como mis sentimientos hacia vos van a permanecer, pero que te sirva de recordatorio de tu importancia, tu valor y tu relevancia como persona. Así mismo, imagino que la carga dramática con la que estarán empapados estos párrafos harán que suene menos natural a la cotidianeidad, siendo, de todas maneras, lo más real que he podido escribir hasta ahora.

Si bien las cosas no se dieron de la forma en que las soñaba, o de la forma en la que aún al momento de redactar estas palabras desearía que fueran, no creo que haya habido ser humano en mi vida capaz de provocar una influencia tan especial y duradera como vos lo hiciste, y es por eso que tengo la seguridad de que no será sencillo modificar los instantes de mi vida de modo que no estés presente en cada uno de ellos.

No quiero decir con esto que voy a olvidarte para siempre, porque si es difícil modificar mis planes para que no seas mi prioridad, olvidarte me sería una tarea sumamente imposible.
Hasta el dia de hoy me aterra pensar en que no puedas verte a vos misma de la forma en que yo te veo, y que encuentres tantas razones para rebajar tu aprecio personal o autoestima, y es que si pudiera, al menos por un segundo, hacer de tu percepción un reflejo de la mía, comprenderías cada una de mis palabras, cada una de mis miradas, cada una de mis angustias y cada una de mis incertidumbres.

Escuchaba hace tiempo que hay personas que llegan a nuestra vida para cambiarla por completo, y es inevitable decir que en mí lo hiciste para bien, y lo hiciste para siempre. Y se que no estás plenamente al tanto de ello, pero anhelo que un día lo entiendas y asumas tu propia cuasi perfección. Y sí, también sé que habíamos hablado de no denominarnos perfectos el uno al otro porque no podría ser cierto, pero en ningún momento pude pensar algo distinto.

Ya no busco los por qué del cambio de circunstancias, porque creo que ya no los necesito. En todo momento decías temer lastimarme, pero mi único sufrimiento fue siempre tu propio dolor y confusión, y el hallarme impotente sobre las respuestas que buscabas, sin saber donde, y sin saber cómo. Tampoco busco disculparme, ni pretendo disculpas de ningún tipo. Todo lo sucedido forma parte del pasado y sus faenas, y si bien muy a menudo repaso en mi mente otros posibles resultados según decisiones diferentes, sé que nada lograré con ello, y que nuestras experiencias me serán recordatorios y aprendizajes de por vida.

Sos una persona encantadoramente inolvidable, y es tu chispa natural el motor que impulsó mi alma y mi espíritu en momentos en que sentía que no podía mantenerme en pie, y que con solo contemplar tu mirada sabía que podría hacer cualquier cosa por tu causa. Por sobre todas las cosas, lo que más me maravilla de tu existencia es que podés conseguir esto y mucho más sin siquiera ser consciente de tal favor.

Es por eso que en esta extraña despedida no me despido exactamente de tu persona, sino que me despido de los sentimientos, de la etapa y del ciclo tan asombroso que significó compartir con vos mis días; una despedida de palabras que no volverán a ser manifestadas de mi parte. Nuevamente digo que no significa en absoluto olvidarte, pero me es más sencillo vivir atesorando los recuerdos cual museo toma cuidado de las reliquias, que pasar mis días pensando en la improbabilidad que supone el que permanezcamos juntos.

Me entristece no poder ver el futuro, pero anteponiendome a tal carencia es que derramo mi alma en una efímera porción de materia sin la certeza de que sea adecuadamente preservada. Lo hago, quizás, para que valga de símbolo a la manera en que intenté ser casi desde el momento en que nos conocimos, poniendo de lleno a tu merced la confianza que te tengo, y dándote libertad para que procedas con ella según lo desees.

Siendo, entonces, tu presencia en mi vida un evento de tal magnitud, cómo podrían mis sentimientos ser diferentes de un momento a otro? No, no, por supuesto que no lo serán, pero podés tener la seguridad de que no volverás a saber de ellos, porque en definitiva es mejor así, para poder yo seguir adelante, y para que puedas vos vivir pacíficamente.

Sin embargo, como es mi mayor afán que grabes en tu mente y corazón que no mereces menos que todas las cosas, es que escribo esta petulante epístola desde lo profundo de mi corazón, para que sepas que hay alguien en el mundo que estuvo dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias en aras de tu bienestar, y que recuerdes que hoy, por siempre y para siempre, te amo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.