Relojero del tiempo

Capítulo 2 || Un día de trabajo

Corrí por en medio de la multitud, desesperada. Tratando de llegar a tiempo a mi trabajo, pasando por tiendas y puestos por las calles de Arcelia, sentía que acaba vez mi respiración se iba, me estaba agotando. Me había levantando tarde tras haber llegado el día anterior a mi hogar toda empapada y confusa por todo lo sucedido, era claro que las dudas todavia me consumían pero primero tenia que llegar a tiempo a mi destino. Sentí un alivio al dar la vuelta a una esquina y mirar a unos cuantos metros la caverna.

Tome aire, y sonreí ampliamente. Me apure rápidamente... No sabia como habia pasado, cerré mis ojos por un segundo y cuando me di cuenta estaba por cochar con alguien. Pude oír su quejido, no sabia si era de color o por el impacto repentino.

—¿Neoma? —esa voz tan frágil. femenina, como masculina. Supe al instante quien era el portador de esa voz. Levante mi cabeza de su pecho, me sentía avergonzada de saber que estaba arriba de el.

Susurre. —William —me miro con algo de vergüenza, su rostro tan suave, una piel palida y un pelo tan hermoso que me encantaban esos rizos que se le formaban—. ¿Te puedes quitar de encima? —me tartamudeo.

Me sobresalte y asentí, quitándome de encima. Le ayude a levantarse, mientras miraba como se sacudía la ropa. —¿Estas bien? —solo me sonrio y lo tome como un "si". El silencio entre nosotros se estaba volviendo incomodo, había algunas personas que nos miraban raro por lo sucedido y eso me avergonzaba mas—. ¿Por qué corrías? —me pregunto, no antes de soltar un suspiro. Se inclino hacia a un con esa sonrisa coqueta de todos los días.

—Voy tarde al trabajo.

«Esta muy cerca. No, solo son alucinaciones mias»

—Bueno, supongo que ahora ya no tendrás tiempo para mi —porque tenia que hablarme de esa manera todo el tiempo, esto hacia que mi corazón se derritiera con cada palabra que salía de su boca.

«No, No puedo pensar así, debo concentrarme»

Aunque no me molestaba que me hablara de esa manera, al contrario, me encanta.

—Y bien. ¿No piensas responder? Te comieron la lengua los ratones —Dijo con su risa burlona, haciendo que me sintiera avergonzada por la situación y mis pensamientos cuales no ayudaban a responder.

—Callate...

La risa burlona que empezó a salir de sus labios me hacia avergonzarme a un mas. Bufe y me cruce de brazos esperando a que terminara de reírse—. Que es tan gracioso —me queje.

—No es nada.

Chasquee mi lengua y mire a mi alrededor, aparte mi mirada, tratando de encontrar las palabras correctas para mantener la conversación, pero no se me ocurría nada y tampoco tenia tiempo para hablar tenia que volver a lo importante, ir al trabajo.— Yo tengo que irme... —levante mi cabeza, manteniendo contacto visual con William.

—¿Nos vemos luego? hace tiempo que no pasamos tiempo juntos —me miro con algo de esperanza a que aceptara su petición.

Solo mire como se aparto de mi y me dedico una sonrisa de lado—. Si, nos vemos luego —dije antes de pasar a lado suyo escuchando un "Cuidate" susurrado.

Camine un poco a un consumida por los pensamientos vergonsozos, suspire. Mire hacia atrás para ver si William todavia seguia cerca, pero al parecer ya no lo estaba, parecía algo despreocupado, eso era algo que se me hacia raro. Casi siempre lo miraba estresado o preocupado, decidí no tomarle mas importancia y mejor concentrarme en lo que debia, ya tendría tiempo para pensar en el. Entre en la cabaña y pude escuchar mi nombre entre la boca de algunos hombres. Sonreí y salude, camine cerca de algunas mesas, la mayoría con una cerveza en mano, la música haciendo juego y ambientando mas el lugar.

—Llegas tarde —me dijo aquel chico que atendía la barra con cerveza—. vaya, ¿a que viene esa sonrisa?

—Hola Michael.

—Que seriedad. ¿Me dirás que te pasa?

Suspire y me recargue en la Bara mirando como serbia una cerveza para un cliente, espere a que terminara para que me prestara completamente su atención, no me queria sentirme ignorada solo porque esta haciendo su trabajo—. No es nada, solo cosas.

—¿Solo cosas? Eso no suena muy convincente, necesitas ayuda Neoma —suspiro —. Deberías ponerte a trabajar. El jefe salió no tarda en llegar, tienes suerte hoy

—¿A donde fue?

Michael me miro fijamente recargando su rostro en mano, solo mantuvo el silencio y no me respondió, miraba con una sonrisa de lado y un destello brilloso en sus ojos. Solo me reí suavemente y aparte la mirada por algunos segundos antes de volver a mirarle como si nada.

—¿Que? —sonreí.

—Nada —suspiro. Le mire aparte de la barra mientras se dirigia hacia la el almacén, seguro ya se había acabo el bote de cerveza.

—¡Oye! No respondiste a mi pregunta —solo pude escuchar un risita de el, segui sin recibir alguna respuesta. Le ignore y decidí primero hacerme cargo del trabajo que tenia atrasado, había algunas mesas sucias cuales tenia que limpiar antes de que el jefe pensara que esta holgazaneando. Entre en la barra y tome lo necesario para limpiar todo este desastre.

Mientras limpiaba algunas mesas, intercambiaba palabras con algunos clientes cuales conocía a ser constantes visitantes de la caverna, las risas no faltaban nunca en este lugar a pesar de que era un lugar donde las personas venían ahogar sus penas o a festejar sin razon alguna. Algo que decía mucho mi abuelo era: "Quien necesita una razón para festejar" tal vez sus palabras tenían algo de sentido, recordarlo a el y a sus palabras me ponían melancólica, me llegaba de tristeza y de alegría a la misma vez de tan solo recordar los buenos momentos que pasamos juntos.

Pase las ultimas horas limpiando las mesas y entregando las cervezas a cada mesa correspondiente. Aunque por las mañanas el lugar no era muy visitado, por la noche era todo lo contrario

Mientras barría por el lado de los barriles decorativos escuche una voz no tan lejana levante mi cabeza, reconocí la voz al instante.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.