Renacer

Capitulo 6

Mauricio

Llegó a casa algo cansado y lo primero que veo en la cocina es a una chica totalmente desconocida, es algo pequeña por lo que veo. Decido acercarme y veo corroborando que si es pequeña.

«Sera el nuevo ligue de Matt»

Pero si ese animal no vive aquí. Así que dicido preguntar.

—¿Quien eres tú?— pregunto fuerte y claro para que me escuche.

Se voltea viéndome y hace el amago de bajar cuando de repente solo escucho el golpe y un vaso quebrándose.

—¡Auch!— logro escuchar que dice cuando intenta levantarse.

Decido acercarme para ayudarla y ver qué no se haya fracturado nada.

—¿Thiago eres tu?.. ¿Podrías ayudarme?— habla la desconocida.

¿Será familia de Thiago? No creo él me hubiese avisado.

—No soy Thiago y quieren eres tú— pregunto.

Termino de acercarme, me agachó para ayudarla y ver más de cerca donde fue que se dió el golpe. Y es allí cuando hablá.

—Soy Ma.. Maya— dice tartamudeando.

«Wow que efecto causo en las chicas que hasta sin habla las dejo»

—Un gusto— digo riendo—. Me llamo Mauricio Fabbri— puedes llamarme Mau si deseas, bueno así lo hace todo el mundo.

Mi mira y asiente pero no responde. Decido ayudarla para que se levante.

—Lo siento no fue mi intención asustarte—, le hago saber.

—De verdad que me asustaste, lo que pasa es que estaba buscando un vaso y vi que estaban arriba y como no quise molestar decide agarrarlo yo misma hasta que lo logré pero fue cuando llegaste y me asustaste—. Dice algo nerviosa.

—Por cierto soy prima de Thomas—, no sé si te ha hablado de mi.

—Ah claro eres como su hermana menor, o de esa manera es la que te ve tu primo.

—Si bueno, es una larga historia.

—Te voy ayudar buscando un vaso para que puedas beber agua. Voy hasta el estante y saco un vaso nuevo, decido llenarlo de la jarra que está allí y se lo doy.

—Gracias.. Mauricio.

Ok la idea era que me llamara Mau pero bueno no se lo voy a repetir.

Bajan los chicos por lo sucedido hace unos minutos. Thomas mira a su prima y me ve a mí.

—Amigo pensé que no vendrias hoy— llega hasta donde estoy abrazándome.

—En realidad era así pero no quise quedarme en casa, mis abuelos saldrían y pues no me iba a quedar ha esperar que llegarán.

—En ese caso, te presento a mi prima. Iba a llamarte para avisarte que vendería conmigo pero se me pasó.

—Thomas no te preocupes sabes que mi casa es tu casa.

Se va a preguntarle a Maya que, que le pasó ella explica que se asustó con mi presencia y por eso se cayó, Thiago me mira y luego a ella, le hago señas de que no fue mi intención.

Al final todos deciden ir a dormir, mientras recogo los vidrios del vaso, llevándolo hasta la papelera. Optó por lo mismo yendo hasta mi habitación y para mí sorpresa, veo que cierta chica dormirá al frente, no puedo creer la suerte que tengo.

«Gracias Dios»

Pienso pero después me reprendo mentalmente es una adolescente bueno tampoco es que yo sea un viejo, tan solo soy un dulce y sexy chico de veintidós años. Quitó todas esas cosas que me vienen a la mente.

Voy hasta la ducha me doy un baño y salgo en busca de un boxer y un mono para dormir.

Me recuesto pero en ese momento llega un mensaje veo por encima pero ni ánimos tengo de responder así que lo pongo en modo avión y decido dormir.

Suena la alarma me despierto, voy directo al baño me ducho rápidamente, busco en el closet la ropa que me pondré; busco el bolso lo engancho en mi hombro y bajo las escaleras. Lo primero que veo es cierta señorita en la cocina con su primo.

—Buenos días— dice Maya.

—Buenos días— repito con el mismo entusiasmo.

—¿Tienes tiempo para desayunar?— pregunta Thomas—. Maya hizo el favor de preparar el desayuno.

Me preguntó que hace despierta a las seis de la mañana sino está estudiando. Me dispongo a desayunar y cuando estoy por irme, baja Thiago y ella lo saluda amablemente, él le responde igual y se queda hablando con ella.

Después de desayunar le digo a Thomas que debemos irnos, tengo clases con uno de los profesores más insoportables que existe.

Nos vamos en mi auto que es un Jeep Comander gris oscuro, con los vidrios polarizados. Este auto lo cuido con mi vida, mis padres me lo regalaron cuando cumplí la mayoría de edad y desde entonces me toca cuidarlo como algo sagrado.

La universidad nos queda en Toronto que queda a unos minutos en auto, llegamos y lo que se ve desde lejos es el nombre Ryerson así es como se llama la universidad.

Bajamos y con lo primero que me topo es con alguien a quien ya con sólo verla, me daño la mañana.

—¡Mau espérame! Escucho a lo lejos pero sigo de largo haciendo de oídos sordos.

Siento que vienen detrás de mí y me agarran del brazo volteandome.

—¿Que quieres Julieta?— hago que me suelte.

—Porque no me respondiste anoche.

—Porque no quise, además ya deja de hacerlo, es molesto. Será que puedes darte por vencida y ver que ya no somos nada gracias a ti.

—Dame una oportunidad, es lo único que te pido— dice con lágrimas en los ojos. Se que me equivoqué pero me arrepiento.

—Te he dicho miles de veces y todas las maneras posibles que no volveré contigo lo nuestro ya es pasado.

—No me dejes así— Mau por favor.

Prefiero irme y no seguir teniendo esta conversación asi que me voy a clases. El profesor no ha llegado así que me voy hasta mi asiento. Los chicos del equipo me comentan que tendremos entrenamiento mañana por la tarde, les digo que allí estaré.

 

 

Maya

Desperté temprano para ayudar a Tom hacer el desayuno ya que no quiero verme como una floja.

Tom fue el primero en levantarse y fue el que me ayudó a acomodar los platos en el mesón. Se que no vine a enamorarme pero siento una extraña conexión cuando veo a Mauricio aunque la primera vez que sentí algo así fue con un chico y no funcionó.



#6333 en Otros
#1028 en Humor

En el texto hay: romance juvenil, soledad tristeza

Editado: 24.12.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.