Renacer

Capitulo 11

Maya

La felicidad que siento en mi pecho es inmensa, por fin puedo decir que soy correspondida y que de paso tengo un novio guapísimo.

«Novio». Se siente raro pero no puedo negar que estoy súper feliz.

Soy súper mega y remotamente feliz.

Mauricio me abraza dándome besos en la frente mientras yo me limpió las lágrimas. Me coloca el anillo y lo vuelvo abrazar grabando este momento en mi mente.

—Asi que ahora seré tu señorito italiano— habla con picardía.

—Lo siento, es que no tuve otro apodo que pegará contigo—. Además tú me llamas Mey.

—Si pero lo hice para molestarte. Aunque de ahora en adelante te llamaré de otra forma, todavía no me viene nada a la mente, pero ten por seguro que te lo cambiaré.

—Como debería llamarte ahora. ¿Amor?, ¿Cariño?

—Como tú quieras, me conformó con que sea amor.

Me sonrojó y el sonríe.

Nos vamos al auto para irnos a casa.

—¿Como le diremos a Tom?, ¿Que crees que diga?

—Amor no te preocupes hablaremos mañana con él al igual que con los chicos, ya quiero que sepan la buena noticia.

Me quedo tranquila porque confío en que todos lo llevarán bien. Y de verdad espero que nuestra relación dure muchísimo.

Llegamos a casa y los chicos están jugando en la televisión, los saludos y subo a mi habitación dejándolos que hablen. Me cambió y busco mi teléfono para escribirles a las chic@s y darles la buena noticia.

La primera en contestar es Zoe diciéndome que mañana me llamara para hablar mejor, los demás me escriben emocionados por lo que aconteció. Lastimosamente no pueden hablar mucho porque están estudiando para un examen. Les deseó buenas noches mientras yo sigo con la emoción. También le escribo a Emma pero no me responde supongo que está ocupada.

De repente entra una llamada y me debato entre si contestar o no, al final contestó.

—Amor no cuelgues soy yo—. Tu novio.

—¡Me asustaste!. Pensé que era algún desconocido.

—Oye.. déjame hablar—. Ya te extraño sabes.

Me río, enserio está llamando para decirme éso.

—Bueno no me extrañes, además estamos cerca.

—Lo sé— me lo imagino haciendo pucheros y me resulta adorable.

—Bueno solo quería desearte una feliz noche. Que sueñes conmigo. ¡Te quiero muchísimo!

—Igualmente… Cariño.

Cuelgo antes de que diga algo.

A la mañana siguientes me levantó tempranito para poder hacer el desayuno e irme a trabajar. Tom es el único en levantarse dándome los buenos días, me ayuda con la comida. Aprovecho que está de salida para irme con él.

Me dice que ya falta poco para el mes y pues no quiere que me vaya, aunque sabe que no podría quedarme por mucho más tiempo, aunque quiera. Y hasta ahora no lo recordaba, se me había olvidado que tengo que irme dentro de poco, justo cuando por fin estoy con alguien.

«No podía ser peor»

Tom me deja en frente del trabajo diciéndome que vendrá por mí a la salida para que no me vaya sola a casa, me despido con un abrazo, entrando al café.

Mi teléfono no tiene batería se me olvidó cargarlo, bueno tocará ponerlo a cargar mientras trabajo. La jefa viene preguntando por no sé que cosa, aprovecho y me cambio, voy hasta el mostrador para comenzar mi día.

—Buenos días…

Llega una clienta a comprar unos dulces que se encuentran en el mostrador la ayudo a elegir lo que se llevará, me cuenta que tiene nietos y pues a ellos les gustan muchos los dulces que hay aquí.

Unas horas más tarde el local está lleno, me quedo ayudando con los pedidos y después a limpiar las mesas en lo que se van desocupando. Voy hasta donde están mis pertenencias viendo si mi teléfono ya se cargó. Lo reviso y encuentro varios mensajes y llamadas perdidas, respondo los mensajes y voy hasta la cocina para sacar la basura.

El teléfono vibra por un mensaje, el cuál ignoro mientras estoy afuera. Vuelve a vibrar cuando estoy entrando al local.

—Hola.

—Hola.. cómo está la novia más dulce del mundo—. Que meloso es, me encanta.

—Estoy trabajando pero estoy bien—. ¿Supongo que estás en la universidad?

—Si estoy aquí pero mentalmente estoy contigo allá, a tu lado. Después de salir de la universidad te pasaré buscando.

—Eres adorable—. Lo lamento, pero no se va a poder, Tom quedó en venir por mí. Si quieres nos vemos en casa además quedamos en que hablaríamos con ellos hoy.

—Amore esta bien—. Nos vemos en casa en un rato. Comienza a mandar besos por el teléfono mientras yo me río.

—Que lindo es estar enamorado no creés—habla mi jefa.

Ni siquiera me había percatado de que estaba aquí.

—Eh.. si bueno.

—No tienes porque ponerte nerviosa—, no cómo, además se nota que el chico es un amor contigo.

—No puedo negar que si, es guapo y es un amor conmigo.

—Cuida de ese amor, un chico así no se consigue todos los días— que te lo digo yo.

Justo en ese momento llega uno de los trabajadores y nos interrumpe, ella me dice que tiene que supervisar algo en la cocina, pero que viene en un momento.

 

[•••]

 

Los chicos están por salir a un juego que tienen y por suerte iré con ellos, Asly quedó en guardarme un puesto para ver el juego más de cerca y así ella poder ver bien, a su amor o así es que ella llama a Thiago. Por mi parte veré al chico que robó mi corazón.

El camino es largo por suerte no está el tráfico congestionado y llegamos rápido, al bajarnos Asly nos está esperando para ir todos juntos hasta las gradas. Mauricio se quiere despedir de mí con un beso pero yo le hago señas que están los chicos.

—Chicos se me olvidó algo en auto—, hablo para que puedan seguir.

Mauricio entiende la indirecta y se viene conmigo para abrir el auto. Una vez dentro vigilo que no nos vea nadie, aunque realmente no se ve nada debido a que los vidrios son polarizados.

—Lo que tengo que hacer para que puedas irte tranquilo.



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En el texto hay: romance juvenil, soledad tristeza

Editado: 24.12.2023

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