Renacer

Capitulo 18

Maya

Después de recibir esa noticia me quedé ida por un momento, le escribo a Emma que me cambiaré y saldré al hospital. Mauricio me lleva al departamento y busco lo que me pondré.

Salimos hasta el hospital, Emma me está esperando afuera. Cuando llegó la encuentro llorando.

—Que pasó.

—Lo encontraron deshidratado en una plaza, estaba golpeado y llevaba días sin comer y dado a eso le dió un infarto.

—Que horrible. ¿Y él no estaba viviendo con su nueva pareja?— Eso es lo que tenía entendido.

—No se que paso, despertó hace un rato y me dijo que quería verte.

Me resulta difícil de creer, ¿Después de tanto tiempo ahora sí quiere verme?, No me queda mas remedio que entrar a verlo.

—Amor si quieres puedo entrar contigo.—No tengo problema— dice Mauricio.

—No es necesario, Emma me acompañará.

Asiente y sigo con mi hermana hasta las habitaciones, nerviosa y con las manos sudadas abro la puerta, cierro los ojos y boto aire por la boca. Viendo a mi padre acostado y conectado a un montón de cables. Me acerco despacio llegando hasta su lado, le peino el cabello con los dedos mientras se despierta.

Mira a Emma y luego a mí, sus ojos se llenan de lágrimas y comienza hablar.

—Mis niñas como han crecido, el tiempo no ha pasado en vano, crecieron y se convirtieron en unas mujeres hermosas. Me recuerdan a su madre cuando la conocí, tenía ese mismo brillo en la mirada.

—Papá deberías descansar.—Habla Emma.

—Quiero decirles que las amo aunque no supe demostrarlo. Sobre todo a ti mi pequeña bebé, se que hice mal en dejarte con Noelia y no con tu hermana, supe que hice mal cuando un día llegué sin tocar y escuché como te trataba—. Luego de unos meses me encontré con uno de los vecinos de tu tía y me explico que siempre hacia lo mismo contigo, peleaba o te insultaba.

—No es necesario recordar lo que ya pasó.—digo.

—Para mi sí. No supe darte el cariño que merecías y ahora me arrepiento por no haber compartido contigo, desde la muerte de Mayra no supe que hacer con mi vida, mi hermana ya se había ofrecido a cuidarte y a Emma me la llevé porque era mayor y se que mi hermana no iba a lidiar con las dos. Tomé la decisión de dejarte con ella pensando que hacia lo correcto—. Quiero que me perdones, la vida me ha golpeado mucho y siento que no saldré de está.

Comienzo a llorar debido a sus palabras, lo abrazo fuerte, lamento no irlo a ver, pero como iba a saber de esto si nunca ví el interés y mi tía me decía que el no me quería y por eso me dejó con ella.

—Te quiero papá aunque no lo creas te quiero mucho. No te guardo rencor.

—Me siento orgulloso de la mujer en la que te has convertido mi pequeña bebé.

Emma y yo lo abrazamos y hablamos con él por un rato, lo cierto es que no puedo negar que hacer las pases con mi padre me ayudó mucho, se que siempre me quizo y que las cosas que pasaron fue producto de la tristeza y depresión que sentía por perder a mi madre.

Salgo en busca de mi novio, no lo veo y le pregunto a la enfermera si no ha visto un chico alto de cabello castaño, dice que lo vio yendo hacia fuera, le doy las gracias. Sigo mi camino y a lo lejos lo veo rescostado en el capo del Jeep.

—Como te fue.

—Bien, te confieso que hablar con el hizo que comprendiera muchas cosas— me acerco y lo abrazo inhalando su fragancia. Me devuelve el abrazo

—Me alegra escuchar eso amor.

—Si quieres puedes ir a descansar, no es necesario que te quedes. Además se nota que no dormiste bien.

—Amor estoy de vacaciones y no me molesta estar aquí. Y si no descanse fue porque cierta señorita quiso dormir conmigo y hacer cositas— levanta las cejas sonriendo de manera pícara.

Tengo recuerdos borrosos de como llegue al hotel, lo que si recuerdo fue pasarla muy bien en los brazos de mi novio.

—Pues.. le recuerdo que usted mismo me dio permiso de practicar y aprender cuando quisiera— le hago ojitos.

—Oh Claro—, se hace el sorprendido.

Me da un beso en la frente y agarra mis cachetes estrujando los con premura. Mi cara refleja confusión.

—Es que hace tiempo quería hacer eso y bueno hoy se dió la oportunidad— dice tranquilo.

—Se nota— digo sarcásticamente.

Después de hablar y persuadirlo se rinde y dice que se irá pero que estará al pendiente de todo. Me voy con Emma a la habitación, mi padre está durmiendo, aprovecho para salir por comida.

Le pregunto a mi hermana que a dónde se irá mi padre después que le den el alta. Él le comento que se irá a casa de nuestros abuelos que no nos preocupamos, cuando pueda nos visitará. Después de pasar toda la noche en el hospital, salgo por un café para Emma ya que son las seis de la mañana. La enfermera encargada entra a supervisar que todo esté bien, decide darle el alta y Julián es quien nos viene a buscar.

En el auto me quedo atrás junto con mi padre, vamos hasta el terminal para que compre el pasaje y pueda irse. Nos despedimos de él con besos y abrazos, recalcando que lo queremos. De regreso a la casa me quedo dormida.

—Maya ya llegamos—. Escucho decir a lo lejos.

Mis ganas de querer levantarme no ayudan y despierto porque mi cuñado hace el amago de cargarme, le dijo que no se preocupe. Al entrar me voy hasta mi habitación, decido ducharme y me tiró a la cama. Le escribo a mi novio que todo está bien y que me voy a dormir porque en el hospital fue imposible hacerlo.

Escribo el mensaje, escucho que llega otro, pero no le prestó atención debido a que el sueño me está venciendo.

 

[••••]

 

Despierto desorientada queriendo dormir un rato más. Busco el teléfono y veo la hora son las tres de la tarde, me voy a la cocina por algo de agua. Encuentro a los dueños de la casa viendo una película en la sala. Trato de no hacer ruido, pero me es imposible cuando dejo el vaso en el fregadero.

—Pensé que segurias de largo. Te guarde comida en el microondas— dice Emma.



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En el texto hay: romance juvenil, soledad tristeza

Editado: 24.12.2023

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