Reservado

Capítulo 17

Llegó el maravilloso día que estaba esperando – nótese la ironía –, el momento sin el cual no podía seguir viviendo. Madre mía, que pocas ganas tengo de ir. Al parecer yo siempre soy la mala porque no quiero hacer un paripé con la persona que se fue durante los dos años de mi vida que más le necesitaba sin que ni siquiera me avisase. No entiendo por qué nadie se pone en mi lugar, un día me levanto y ups mi padre ya no está, así como si nada, ni una mísera y rastrera carta tuve. Pero claro, ahora con un solo perdón tengo que hacer como si nada.

Pues básicamente no quiero, llamadme inmadura o como queráis, pero si pretende que llegue allí y se lo ponga todo super sencillo va listo.

Después de servir el desayuno en la mañana, me he quedado ayudando a Eve a preparar todo lo que necesita en la cocina ya que no tengo nada mejor que hacer hasta las doce que me vaya a la barbacoa. Ambas trabajamos en silencio con la radio de fondo donde ambas cantamos de vez en cuando.

  • Eve – la llamo a lo que ella se da la vuelta para mirarme –. ¿Sabes algo de mi madre?
  • Esta mañana llegó sobre las siete de no sé dónde con muy mala cara – dice como si nada –. Me ha llamado mucho la atención, pero ¿por qué preguntas?
  • ¿Desde cuándo sale casi a las doce y vuelve a las siete de la mañana? – pregunto con gran confusión –. ¿Dónde se supone que está metida? ¿No es muy raro?
  • Mucho de hecho, pero seguro que tiene una explicación – parece bastante pensativa y tengo la sensación de que sabe algo más que no me está contando –. Vamos, es Nora y sabes que ella nunca hace cosas raras.
  • ¿Seguro que no sabes nada? – pregunto entrecerrando los ojos.
  • Nada de nada, lo prometo.

Eve vuelve a continuar con sus cosas y unos segundo más tardes veo a mi madre entrar en la cocina tan perfecta como siempre.

  • Buenos días Kara – se acerca hasta mi posición y me da un beso en la mejilla, después continua hacia Eve y comienzan a hablar de cosas de la cocina.

Me flipa como la gente es capaz de aparentar que no pasa nada. Después de lo que me soltó anoche – no voy a negar que me molestó bastante, sobre todo teniendo en cuenta que prácticamente me paso la vida aquí metida ayudándola – no parece en absoluto que tenga nada que decir.

  • Oye mamá – la llamo consiguiendo que desvíe su atención hasta mí y se acerque a mi posición –. Siento mucho lo de anoche, no debería haber llegado tarde.
  • ¿Te lo pasaste bien en la fiesta? – pregunta con ternura en los ojos.
  • Si, más o menos.
  • Pues entonces no pasa nada – dice restándole importancia con la mano –. Eres joven y tienes que disfrutar, no estar todo el día aquí metida.
  • Pero anoche me dijiste …
  • Anoche estaba un poco alterada – aclara interrumpiéndome. Desde luego mi madre no está bien, cambia más de opinión que de ropa y mira que ya es decir –. No me hagas caso y tu disfruta.
  • ¿Dónde fuiste tan tarde? – pregunto preparándome para la reprimenda que seguro viene acompañada de su respuesta.
  • Nada del otro mundo, solo era un compromiso – se le nota en la cara que mucho no va a durar el tema y efectivamente lo cambia radicalmente –. Hoy vas a casa de tu padre a una barbacoa, ¿no?
  • Si, en un rato saldré para allá.
  • Tú no te rebajes a la altura de esa niña chica – me dice agarrando mi cara con ambas manos –. Demuéstrales lo fuerte que son las mujeres de esta familia, que no te vea ni una grieta ¿entendido?
  • Si mamá – digo tratando de zafarme del agarre que se vuelve más fuerte –. Además no voy a ir sola, así que algo de apoyo tengo.
  • ¿Vas con Tony? – pregunta con una sonrisa. Creo que hubiese preferido tenerlo a él de hijo que a mí.
  • No puede – aclaro provocando un halo de decepción en su mirada –. Va a venir Henry.
  • Con que Henry eh – algo en su semblante cambia a uno mucho más divertido, oh, oh –. ¿Qué os traéis vosotros dos?
  • ¿Cómo? – pregunto descolocada a la vez que me pongo roja viendo como la mirada de Eve aparece por detrás entre divertida e incrédula –. Yo no me traigo nada con nadie.
  • Kara que nos conocemos, para algo soy tu madre – dice con una cejar arqueada –. Cuéntamelo todo que estamos aquí en confianza.
  • ¿Ha pasado algo ya? – pregunta Eve soltando todo lo que estaba haciendo y poniéndose al lado de mi madre.
  • Ya lo he dicho, no hay nada – digo con los nervios atacándome, no era el interrogatorio que esperaba de hecho, iba a ser yo la que lo hiciese. Siempre me sale todo al revés.
  • Si te da miedo mi reacción, no te preocupes que te doy mi bendición – aclara mi madre con una sonrisa –. Parece un gran chico y las vistas tampoco lo desmerecen.
  • ¡Mamá! – exclamo todavía más avergonzada.
  • ¿Qué quieres? Soy mayor, pero no ciega.
  • Si quieres mi opinión – comienza Eve en un tono mucho más autoritario y decisivo –, parece bueno y se preocupa por ti, solo hay que verle la cara, pero eso no significa que no tengas que tener mucho cuidado Kara. Ya sabes que la gente nunca es lo que parece ser.
  • ¿Crees que debería intentar algo? – le pregunto directamente a Eve. Aquí entre nosotras y sabiendo que no me va a escuchar, me importa mucho más la opinión de Eve que de mi madre, es la que verdaderamente me preocupa sobre todos los demás. De hecho, es fácil de ver las dos reacciones. Eve siempre hace más el papel de protectora mientras que mi madre parece que está aconsejando a una amiga y para eso ya tengo a mis amigas, ella debería ser mi madre y actuar como tal.
  • Creo que deberías hacer lo que te haga feliz y si él lo hace pues adelante – aclara pasándome un brazo por los hombros atrayéndome a su cuerpo –. Pero siempre recuerda que hay que tener cuidado.
  • Claro por supuesto, eso siempre – exclama mi madre y ambas me abrazan formando un sándwich que me aplasta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.