Resiliencia

Capítulo 1


Oye — renegó él cuando cambié la música que sonaba en la radio de aquel mercedes blanco. 
 

Shh — me llevé el dedo a la boca y continué — Déjame escuchar esta canción — supliqué y puse morritos, como una niña pequeña a la que no le quieren comprar ese juguete que tanto deseaba. 
 

Al final siempre consigues poner la música que tú quieres ehh, pero bueno ¿Estás nerviosa? — 
 

Un poco — confesé, pues ese día tenía una importante competición de patinaje, para la que había estado mucho tiempo practicando. 
 

Verás que te va a salir genial, como siempre, te has estado esforzando mucho cada día para que te salga lo mejor posible — aprovechó que estábamos parados en el semáforo para darme un delicado beso en la frente y después seguir conduciendo — Además... tengo una sorpresa para tí — dijo mientras se le escapaba una sonrisilla traviesa y mirándome a la vez de reojo.  

 

Uy ¿Una sorpresa para mí? Que romántico — me reí al decir aquello, le habría preguntado qué clase de sorpresa tenía preparada, pero sabía que me habría dicho que ya lo vería y me habría quedado con la intriga igualmente. 
 

 — Andy, ya ha terminado la canción, déjame poner una a mí — sonrió introduciendo un disco en la ranura de la radio y con eso dando paso a una melodía agradable, una que me causaba nostalgia, la canción que sonó aquel día en que nos conocimos en la pista de patinaje del centro de la ciudad.  

 

Fue divertida la manera que tuvimos de hablar por primera vez, pues mientras yo patinaba, él se interpuso en mi camino haciéndome caer junto con él, después de aquello estuvimos hablando y nos fuimos a tomar un café, como dos amigos que llevaban mucho tiempo sin verse. 
 

En cambio, habían pasado tantas cosas inimaginables después de eso, pero hay una que jamás olvidaré. 

 

Antes de que terminara la canción algo me hizo volver a la realidad, se oía un molesto pitido que se metió en mi cabeza resonando aún después de lo ocurrido, lo veía todo borroso y a lo lejos pude identificar el sonido de unas sirenas.

 

De pronto todo estaba en silencio y no podía ver nada, estaba completamente oscuro, al abrir los ojos recuerdo despertar en una camilla de hospital con un montón de médicos a mi alrededor.  

 

Ese día iba a ser muy importante para mí, si me salía bien la competición entraría al equipo de mis sueños, pero todo se arruinó haciendo que no olvidara nunca ese día, pero no por los motivos que yo quería, si no por el accidente que cambió mi vida, el mismo accidente que dejó a Eric, mi novio, en coma.


 

Cuando me dieron la noticia solo quería gritar y llorar y eso hice, me puse la almohada en la boca de manera que se suavizaran mis gritos, unos gritos que expresaban dolor, angustia, rabia y deseo de que él despertara.  

 

Desde ese quince de noviembre, mi vida cambió drásticamente y sin que yo lo esperase, para bien o para mal, pero lo hizo y no pude hacer nada más que luchar, luchar por volver a sonreír y por conseguir entrar en TID Academy (The Ice Dance). 

 

¿Recuerdas tu nombre? — preguntó uno de los médicos que se encontraban en ''mi habitación'' en cuanto desperté. 

 

Antes de contestar me quedé analizando todo; dónde estaba, qué día era, y lo más importante, cuál era mi nombre. Conseguí responder enseguida la primera pregunta cuando vi los goteros a mi lado, las otras me costaron algo más de rato, de hecho, lo averigüé cuando entraron mis padres por la puerta acompañados de una enfermera y me explicaron todo, junto con un par de policías. 

 

«Andrea Williams, un bonito nombre» recuerdo que pensé al recordar como me llamaba. 
 

 

Si necesitas algo solo aprieta este botón y nosotros acudiremos lo más rápido posible — dijo antes de salir por la puerta una de las médicas que vi al despertar, señalando al botón rojo chillón que había en la pared, justo encima de la cama.


 

Gracias — la chica, Rosa me dijo que se llamaba, se disponía a salir por la puerta pero yo necesitaba saber algo, una cosa que rondaba por mi cabeza desde que vi que la cama de al lado estaba vacía — Perdona, pero ¿Sabes cuándo podré ver a Eric Wilson? El chico de la habitación 202 —
 

 

Descubrí en que habitación estaba Eric porque me lo dijeron mis padres en cuanto me dijeron que él estaba en ese profundo estado de insconciencia, también llamado coma, pero no sabía nada mas de él exceptuando el número de si habitación.


Cuando pregunté, Rosa agachó la cabeza, miró a mis padres y suspiró antes de hablar. 

— No cariño, hasta que no le hagan unas pruebas no podrás verle, pero seguro que mañana sobre estas horas te dejaran visitarlo, siempre y cuando tu estado siga como ahora y no empeores. Mientras tanto es mejor que te centres en recuperar la movilidad de tu pierna — a causa de ese indeseable accidente, mi pierna izquierda se fracturó, bueno más bien la tibia, lo que me dejó completamente asustada por la incertidumbre de si iba a poder patinar de nuevo con normalidad o no.
— Pero tienes que saber que puede tardar en despertar —  finalizó su respuesta con esa frase que fué un golpe de realidad, yo no estaba preparada para afrontar aquello, cada vez que alguien decía en voz alta algo relacionado con el accidente, me quedaba en blanco por unos segundos, sin saber responder y cuando volvía a mi mente, todo estaba desordenado y me invadía una sensación amarga, como si eso solo fuera una pesadilla en la que estaba atrapada, una de esas pesadillas que hacen que te cuestiones si lo estás viviendo o es un simple sueño.

 

Y aunque fuera duro lo tenía que admitir e ir aceptándolo, porque por desgracia aquello no era un sueño, era mí vida, por mucho que yo me negara.




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