Respira Conmigo

Debbie y Carlos Capítulo 6-10

Capítulo 6 ¿Quién crees que eres?

Las personas que acompañaban a Debbie estaban asombradas. Para empeorarla situación, Jeremías se acercó a Dixon. Fingiendo una voz aterrorizada, se tapó la boca, "Oye, doctor... ¿La jefa... se está volviendo loca?".¿Quién pensaría que un estudiante brillante y razonable era una desventaja? Dixon no podía entenderlo. Ya que a menudo, Jeremías bromeaba con Dixon y le llamaba "doctor". Sin embargo, en esta ocasión, Dixon coincidía con Jeremías, Debbie estaba muy extraña hoy. Por otro lado, Karen estaba calmada y enfocada en lo que ocurría, golpeando a Jeremías, lo miró y le recriminó: "Oye, Debbie es una muchacha. Se supone que las chicas deben ser mimadas, por eso actuamos como tales, acostúmbrate", luego miró a todos en la sala y continuó: "Además, la jefa va a todas partes en un auto que vale un millón de dólares. Diría que comer en el quinto piso del edificio Alioth es rutinario para ella, ¿por qué están sorprendidos?".

Entonces Jeremías pensó que Karen había mencionado algo razonable.Levantándose de su lugar y alisando su ropa, Jeremías comenzó a decir: "Seguro,ella puede pagar el lugar, pero ya sabes, se necesita reservar para entrar en el quinto piso del edificio Alioth. ¡No podemos simplemente entrar y sentarnos allí! Además, ¡ya es la hora del almuerzo! Aunque entráramos, estoy seguro deque no habrá mesas disponibles".Jeremías no quiso menospreciar a Debbie, simplemente dijo la verdad.Porque cuándo el padre de Jeremías necesitaba agasajar a clientes distinguidos, los llevaba al quinto piso, y él hacía la reservación con una semana de antelación, y en algunos casos, tres meses previos a la reunión.Mientras los demás charlaban, Debbie parecía preocupada. De hecho, antes de conocer a Carlos, el título de Sra. Huo nunca había significado nada para ella,hasta ahora. Cuando Debbie vio a Carlos con otra mujer en público, se inquietó.Él pareció gastar dinero generosamente en esa mujer.

A Debbie le llamó la atención que el estuche de pintura de labios que Carlos había comprado valía ciento treinta mil. Los otros productos que Emmett llevaba probablemente costaban decenas o cientos de miles cada uno.Carlos nunca había sido mezquino, ni tacaño con ella, siempre le había dado suficiente mensualidad; a pesar de eso, Debbie solo tomaba una parte ya que era una estudiante y no necesitaba tanto dinero. El resto del dinero era depositado por Philip y ella nunca preguntó al respecto.Debbie nunca había gastado dinero en artículos tan caros como ese estuche de pintura de labios. Sin embargo, Carlos lo había comprado apenas esa mujer lomencionó. Teniendo en cuenta esto, ¿por qué debería ella, su esposa legal, ser cuidadosa con el dinero?.Pensándolo bien, como se estaba divorciando, ¿por qué no disfrutar la vidade Sra. Huo cuando todavía podía?Mirando a sus amigos, quienes todavía estaban preocupados por ir al quinto piso del edificio Alioth, Debbie pensó que ellos merecían una comida deliciosa.'Un almuerzo para todos no era mucho gasto', sonrió Debbie. 'Está decidido.Vamos a almorzar allí mismo'

Luego sacó el teléfono de su bolsillo, marcó el número de Philip y habló conél.La conversación duró un minuto. Mientras guardaba su teléfono,deliberadamente aclaró la garganta, para llamar la atención de sus amigos.Entonces todos la miraron con curiosidad."Bueno, ¿por qué están parados allí?", preguntó Debbie mientras se dirigía ala salida. "Vamonos".Se miraron entre ellos, y luego a Debbie. La única que respondió fueKristina, quien con cautela, preguntó: "¿A dónde vamos exactamente?".Entonces Debbie volteó para mirar a Kristina y los demás, y respondió conuna sonrisa, "Al quinto piso del Edificio Alioth, por supuesto. ¿No les gustaría almorzar allí?".Un vez allí, Debbie esperaba pacientemente a que se confirmara su mesa.Cuando el ascensor se abrió, la atención de Debbie se centró en el hombre que salía. Era difícil ignorarlo, por su aspecto arrogante e intimidante. Su presencia era dominante.

"Maldición... otra vez él...", Debbie golpeó su pecho con amargura. Antes de proponer el divorcio, le era difícil coincidir con él. Pero, desde que le pidió aPhilip que le entregara a Carlos la solicitud de divorcio, era como si todo se alineara para encontrarlo. Tal vez, esta era, la tercera ocasión.Era inimaginable creer que él deliberadamente preparaba esas coincidencias,Debbie pensó que tal vez era un esfuerzo para salvar su matrimonio."¿Quién permitió a estas personas entrar aquí?", la voz de Carlos resonó con ira. "¡Sácalos!".Al escuchar ese vozarrón, Debbie disipó sus pensamientos y prestó atencióna la situación que se desarrollaba delante de sus ojos.El encargado del piso estaba pálido, respiró hondo y respondió: "Sr. Huo,estos son los invitados de Philip".

Al escuchar el nombre de su mayordomo, Carlos miró con frialdad a los estudiantes universitarios que estaba allí. "Emmett, pueden quedarse excepto ella". Emmett sabía a quién se refería Carlos.Alguien estaba desesperada por contener la risa, y no era otra que Olga,quien se divirtió cuando escuchó la orden de Carlos. 'Me ama tanto que lo hizopor mí', pensó mientras miraba al hombre a su lado. 'Él es el mejor'.'¿Por qué el Sr. Huo trata a la Sra. Huo de esa manera?', reflexionó Emmett.'¿Por qué la desprecia tanto?'.Esos pensamientos atormentaban a Emmett, quién no se movió ante la orden de su jefe.Pasado un minuto, Carlos notó que Emmett no había cumplido su orden. Al parecer, la palabra "paciencia" no existía en el diccionario de Carlos, quien inmediatamente lanzó una mirada sombría a su asistente. Era una mirada escalofriante. "¿Qué pasa, ni siquiera puedes manejar una tarea tan sencilla?"."N... No, Sr. Huo. En absoluto", Emmett se puso nervioso. "Es que ella es...".Consciente de lo que Emmett estaba a punto de pronunciar, Debbie le guiñó un ojo, esperando que no revelara su identidad.

Sin embargo, los gestos de la chica fueron vistos por Carlos y a él le pareció que coqueteaba con Emmett. 'Caramba, también tiene algo con Emmett', Carlos se burló calladamente, luego miró a su asistente, y le advirtió con tono sombrío."Emmett, las miradas pueden ser engañosas. Algunas personas parecen un ángel,pero en su interior, son un demonio.



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En el texto hay: amor juvenil, amistad

Editado: 22.07.2021

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