Respira Conmigo

Debbie y Carlos Capítulo 21-25

Capítulo 21 Carlos coqueteando con Debbie

Debbie se apartó del hombre rápidamente. Cuando quiso girarse para ver quién era, él se puso a sus espaldas una vez más. Esto empezaba a hartarla, pero el juego del hombre recién había comenzado.La misma escena se repitió unas cuantas veces más y, finalmente, Debbie nofue capaz de contener su ira y gritó: "¿Estás aquí para pelear o simplemente viniste a burlarte de mí? ¡Compórtate como un hombre y enfréntame, cara a cara!".El hombre, que se estaba divirtiendo, no pudo evitar resoplar y, al escucharlo, la conmoción de Debbie fue tal que sintió cómo la piel de sus brazos se erizaba. 

'¡Oh no! ¡Carlos Huo otra vez!', pensó y se lamentó.Justo en el momento en que bajó la guardia, una silueta familiar se movió desde atrás para colocarse frente a ella. Dentro de su ser, deseaba que sus sospechas fueran equivocadas.La arrogancia que emanaba de su rostro era como un aguijón que se incrustaba en Debbie. A pesar de saber que no tenía posibilidades de ganarle en Kung Fu, aún así apretó los puños y lo retó: "¡Pelea conmigo o lárgate!". Pero eso solo le provocó un ataque de risa al hombre. 

"¡Deja de reírte como un idiota!", exigió.Al escuchar esto, Carlos metió las manos en sus bolsillos y preguntó con indiferencia: "¿Pelear contigo? No tienes la fuerza suficiente para enfrentarme".Debbie, que para su fortuna era muy ingenua, se dio cuenta de que intentaba provocarla. Sin decir otra palabra, intentó golpearlo directo en la cara.Carlos esquivó el puñetazo sin esfuerzo alguno y continuó: "¡Ay no! ¡Eres muy agresiva! Si te comportas así, ningún hombre querrá ser tu novio".

Pero ella ya no estaba poniendo atención a sus palabras. Debbie trató de golpearlo por todos los medios posibles, pero sus esfuerzos fueron en vano. "¿Y qué? ¡Eso no es de tu incumbencia!", gritó, llena de locura. "¡Aunque fueras el último hombre en el mundo, nunca estaría contigo!", respondió bruscamente."¿De verdad?", preguntó él, divirtiéndose con sus palabras. Sus ojos se oscurecían mientras sopesaba lo que acababa de decir. "Ya veo...", dijo el hombre, asintiendo levemente. "Así que quieres que estemos juntos". 

Mientras decía esto, su rostro dibujaba una sonrisa insinuante que la hizo sonrojar al instante.'¡No solo es un bastardo, sino que también es un mujeriego!¡Agh! ¡Cómo desearía poder darle una paliza!', pensó mientras lo miraba.Justo cuando se preparaba para lanzar otro ataque hacia Carlos, el teléfono en el bolsillo del hombre comenzó a sonar. Probablemente era Emmett intentando localizarlo. 

Carlos decidió ignorar la llamada, y mientras tomaba su puño con la palma de su mano, la presionó contra la pared. Con una sonrisa sugestiva en su rostro, se inclinó hacia ella.Usó de sus manos para colgar llamada y con la otra continuaba sujetando la muñeca de la chica por encima de su cabeza. Mientras aún estaba atrapada contra su voluntad, él puso su rodilla derecha entre sus piernas y con su torso la presionaba contra el muro. 

Sin importar lo que hiciera Debbie, no conseguía moverse en absoluto.Luego, él agachó la cabeza, y ahora sus rostros estaban a solo unos centímetros. La dama cuyo corazón apenas podía latir, podía sentir su respiración pesada. Esto le desencadenó una sensación de cosquilleo en su interior el cual apenas podía percibir. 

Cuando finalmente pudo liberar una de susmanos, su instinto la obligó a mitigar dicha sensación rascándose el cuello, perode inmediato él volvió a agarrar sus manos y las puso por encima de su cabeza.Sin importar lo mucho que luchara, no podía competir contra la fortaleza de aquel hombre. Con el tiempo, se quedó sin palabras.

"Justo ahora tengo un asunto pendiente contigo", dijo, entrecerrando los ojos."La última vez que estuvimos tan cerca, me golpeaste en la entrepierna. ¿Y si esaartimaña tuya me volviera impotente? Sin posibilidades de tener alguna erección en absoluto". Después hizo una pausa antes de continuar, "Tendrás que hacerteresponsable por tus actos".Para fortuna de ella, Emmett llegó justo a tiempo para escuchar yescandalizarse por lo que dijo su jefe. El cliente con el que se suponía que Carlosse debía encontrar esa noche se estaba impacientando en el club.

 Emmett trató dellamarlo un par de veces, pero él no respondió. Así que su asistente comenzó apreocuparse de inmediato y salió del club para buscar a su jefe.Buscó a Carlos durante mucho tiempo en las calles cercanas, pensando quetal vez no podía encontrar el lugar, pero entonces, recordó a Debbie. Aunquehabía pocas posibilidades, decidió regresar a donde la habían encontrado con laesperanza de hallar a su jefe.

Para su sorpresa, los dos estaban juntos... coqueteando. Al verlos desde ladistancia, sintió que estaba soñando. 'Guau', pensó Emmet en su interior, 'Noesperaba que fuera tan atrevido con Debbie.Y pensar que no tiene idea de que ella es realmente su esposa. ¡Es asombrosoque de verdad pueda sentir algo por ella! Independientemente de si es la Sra.Huo o no, parece que el destino quiere que estén juntos'.

Para disgusto de Debbie, se había sonrojado de vergüenza. De hecho, paraser honesta consigo misma, nadie le había coqueteado en el pasado. Carlos era elprimero, y ahora ella se había quedado sin palabras.Pensaba que aquel hombre era un mujeriego en toda la extensión de lapalabra, y de alguna manera eso la molestaba. 

Respiró hondo, y lo amenazó,"¡Suéltame, de lo contrario, gritaré pidiendo ayuda!"."Haz lo que quieras...", respondió Carlos con indiferencia. Justo cuandoDebbie estaba a punto de gritar a todo pulmón, vio a Emmett, que ya estabacerca de ellos.'¡Por fin, alguien que puede salvarme de este infierno!', pensó la muchachacon alegría y luego lo llamó, "¡Emmett, ven aquí y ayúdame! ¡Parece que tu jefeestá en celo!".

Alarmado, Emmett no sabía cómo reaccionar cuando de repente se vioarrastrado en este desastre. Entonces hizo lo primero que le vino a la mente ysalió corriendo, gritando: "¡No vi nada!". Lo último que quería hacer era llevarlela contraria a su jefe. Por esta razón no podía desobedecer sus órdenes y acudiren ayuda de Debbie ratos antes cuando estaba peleando con los hombres, yseguía siendo la misma razón por la que no tenía el coraje de enfrentar a Carlosaún cuando era Debbie quien le pedía ayuda.Además, esto era un asunto familiar. 



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En el texto hay: amor juvenil, amistad

Editado: 22.07.2021

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