Respira (crónicas de la mafia)

Capítulo 5

CAPÍTULO 5

 

HELENA

 

Cuando entramos en el restaurante mis amigos ya estaban allí esperándonos.

–– ¡Helena! –– exclamó Alexia corriendo hacia mí y abrazándome con fuerza.

–– Le devolví el abrazo con la misma intensidad.

–– Alexia, estás guapísima –– le dije con una gran sonrisa.

–– Estoy igual que a los diecisiete –– me devolvió la sonrisa, aunque una lágrima cayó de su ojo marrón oscuro y eso me emocionó mucho, no quería llorar.

–– Oyem que los demás también queremos saludarla.

Benja me abrazó con fuerza.

–– Estás guapísimo ¡mejoras como el vino, Benja!

Él se echó a reír y me dio dos besos en la mejilla.

–– Me toca –– comentó Daniel. Repitiendo con fuerza el abrazo.

–– Te sienta muy bien Estados Unidos.

Le sonreí con cariño. Por último, como no, Marco.

–– Hola Helena –– me dijo con una sonrisa tranquiña.

–– Podemos abrazarnos eh. Han pasado muchos años –– dije.

Él me abrazó y el olor al perfume Calvin Klein One, entró por mi nariz. Seguía usando la misma de siempre.

–– Os presento a mis amigos americanos –– había orgullo en mis palabras.

Todos comenzaron a saludarse y a sentarse cómodamente en el reservado.

–– Echaré de menos Troya esta noche–– dijo Daniel mientras pasaba su mano por la espalda desnuda de Alexia.

Llevaban juntos desde los quince años, era increíle. La definición de amor adolescente eran ellos sin duda.

–– Troya está increíble ahora, es asquerosamente glamurosa –– me dijo Alexia mirándome con felicidad en sus ojos.

–– ¿Qué es Troya? –– preguntó Ben mientras bebía un sorbo de su copa.

–– Es la discoteca que tiene mi familia, la abrieron cuando Helena y yo teníamos dieciésis años –– respondió Alexia.

–– Uuuh, una discoteca propia. Yo ligaría todas las noches en ella –– dijo Ben riéndose.

–– Por eso tú no tienes una, Ben –– le reprochó Ivy.

Mi mejor amiga americana estuovo ligando con Benja. Creo que esta noche podría porfin largar a un italiano de su cama.

Mike llegó y me levanté a presentárselo a todo el mundo. Benja se marchó excusándose de hacer una llamada.

Después de un buen rato comiendo y hablando, Mike se marchó. Tenía que despertarse pronto para ir a con su padre a una comida con un gran abogado famoso. Me hizo ilusión que solo viniera hasta aquí para estar un rato y conocer a mis amigos.

Ya en la discoteca, después de un buen rato, Marco se me acercó con una sonrisa en los labios.

–– ¿Me sigues odiando? –– pregunto yendo al grano.

–– Marco, nos besamos hace ocho años y no quisiste saber nada más de mí. Está olvidado –– dije con un tono demasiado molesto.

–– Sí, se ve que ya está olvidado –– dijo mirándome con curiosidad.

–– ¿Qué quieres que te diga?

–– Nada Helena…supongo que no era fácil salir con la hija de uno de los mayores capos de Italia –– le miré de enfadada cuando soltó esa frase ––. Y si le añades un guardaespaldas que no te dejaba sola, pues mucho peor.

Fruncí el ceño, confusa.

––¿Quíen? –– no entendía de que me estaba hablando.

–– Nada, es el acohol que ya empieza a afectarme.

Asentí sin comprender todavía.

–– Nuestras familias son lo que son Marco, yo no lo llevé nada bien cuando me enterté. Y Alexia tampoco –– dije en mi defensa y siendo sincera por primera vez.

–– La familia de alexia y la tuya, bueno, más bien su tío y tu padre no se llevan muy bien ahora, desde que te fuiste…las cosas cambiaron.



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En el texto hay: amor puro, drama y tragedia, romance

Editado: 17.05.2018

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