Retos en Cuentos

Cuento 12- No hay nada

 

"Después de ti no hay nada ni sol ni madrugada ni lluvia ni tormenta ni amigos ni esperanza.

Después de ti no hay nada ni vida hay en el alma ni paz que me consuele, no hay nada si tú faltas Después de ti que, después de ti"

Lloraba desconsolada, escuchando la canción que ha sido su compañera desde el día que partió. Aún no lograba entender qué había pasado. Hasta hace unos meses, su vida era perfecta. Tenía casa propia, un negocio exitoso y un fantástico novio, que pronto sería su esposo. 

Ella era muy feliz, no sabía que las cosas podían ser tan buenas. Su vida no siempre había sido así. Su infancia fue complicada. Su padre alcohólico, había hecho de la vida de ella y de su madre un infierno. 

Al crecer, huyó lo más rápido que pudo de su hogar. Se dedicó a estudiar y trabajar duro, pues, no quería jamás ser como su madre. Ella sería una mujer independiente y libre.

Hace dos años, él llegó a su vida. Una tarde muy calurosa, iba de camino a su oficina, cuando alguien le arrancó su bolso. Ella cayó al piso y como pudo comenzó a gritar para que lo atraparan. 

Unos minutos más tarde, sentada en un banco de la acera, un oficial se le acercó. Era un hombre muy apuesto. Alto con unos hermosos ojos color miel y la más espectacular sonrisa.

Él traía su bolso, habían logrado atrapar al asaltante. Desde allí iniciaron una amistad. Xavier supo cómo irse metiendo dentro de su piel. En unos meses estaba total y absolutamente enamorada. 

Una noche la sorprendió pidiéndole matrimonio, ella se asombró cuando de su boca salió la palabra ¡Sí!

Desde ese momento, todo se movió muy rápido, los preparativos, conocer a sus padres, comenzar a buscar su futuro hogar. Eliza se sentía en las nubes, todo era perfecto. Él era perfecto.

Xavier quería sorprenderla para su luna de miel, por lo que estaba trabajando horas extras, así podría tener más vacaciones y dinero.

A solo una semana para el gran día, recibió la llamada que cambiaría su vida para siempre. Xavier había sido herido en servicio. Murió pocas horas después.

El día del matrimonio ella estaba frente a su tumba, con el corazón destruido. Su vida, su futuro y su amor habían sido enterrados junto a él.

Ahora se sentía a la deriva, con un hueco en el pecho que no se iba. Las noches eran lo peor, su cama estaba fría. La soledad era su compañera, solo deseaba estar entre sus brazos. Su amigo, amante y compañero de vida ya no estaba.

No sabía cómo continuar después de él, porque muy dentro de ella, sabía que después de él ya no había nada. No tenía familia, sus amigos no sabían cómo apoyarla. Y ella se sentía pérdida.

Observó entre lágrimas las fotos de sus mejores momentos con él, mientras el anillo de compromiso quemaba en su dedo.

Se preguntaba ¿Cómo se puede perder todo de un momento a otro? ¿Qué había pasado? ¿Cómo continuaría su vida?

La cama estaba llena de sus fotos, el vestido de novia y su último pijama, la cual no había dejado de oler desde que partió. Se acostó sobre todo y lloró desgarrada, su vida había terminado y ya nada importaba.

Lo que más deseaba era estar entre sus brazos, sentir su calor, poder oler su esencia que le transmitía calma. Solo quería estar a su lado y seguir en su burbuja de felicidad. Pero eso no iba a suceder, entonces ¿qué?

Tomó el arma de su prometido, no necesitaba pensar nada, solo dejar de sentir y existir. Y sin más jaló el gatillo.

 



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En el texto hay: terror, psicosis, humor amor

Editado: 29.09.2021

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