En las profundidades de la psique, donde la realidad se entrelaza con la ficción,
yace un abismo, oscuro y profundo, de posibilidades sin límite.
Es el dominio de lo insondable, el taller del alma,
donde nacen universos enteros, tejidos de sombras y de luz sublime.
Aquí, en el abismo interior, la mente se revela en toda su magnitud,
un creador de bellezas y horrores, un artífice de mundos paralelos.
Es un lugar de contrastes, donde la crueldad y la maravilla coexisten,
y cada pensamiento es un sendero que se bifurca en infinitos cielos.
¿Cómo puede ser que de la oscuridad surjan tales visiones?
Lugares que despiertan el terror y a la vez, seducen con su esplendor.
Es la dualidad de nuestra naturaleza, la danza entre el miedo y la fascinación,
un anhelo de explorar, incluso cuando el peligro acecha con su tenor.
La mente humana es un abismo más vasto que cualquier fosa terrenal,
capaz de engendrar historias que desafían la frontera de lo real.
Es un pozo de creatividad, donde lo más oscuro y lo más puro
se dan la mano, creando una tapestría que a todos nos hace igual.
En este abismo interior, encontramos la esencia de lo humano,
la capacidad de soñar más allá de los confines, de crear sin cadenas.
Que cada historia, cada mundo que emerge de la penumbra,
sea un testimonio del poder ilimitado de la imaginación que nos llena.
Dedicado a Made in Abyss.
Jhon Alex Riascos Borja
·2024·