—¿¡Podrías tener más cuidado!?
—Estoy haciendo lo mejor que puedo —replica Ethan, con frustración.
—¿Estás seguro qué la herida no es grave? —dice Stella, preocupada.
—Solo aléjense y déjenme hacer mi trabajo.
—No es para tanto —afirmo—. Estoy bien.
Ethan termina de limpiar mi herida. Todos me miran fijamente.
—¡Estoy bien!
Me levanto del sofá y camino hacia mí habitación. Me encuentro con la pared.
—No…fue…nada —anuncio.
Toco el marco de la puerta y me recargo en la pared. Camino hacia mi cama. Pensé que la puerta estaba en esa dirección, pero creo que no.
—Por favor, Amber. Tienes el ojo morado —proclama Flynn, entrando a la habitación.
—¡Dije que estoy bien!
—¿¡Cómo vas a estar bien si acabas de estamparte contra la pared?! —se cruza de brazos. Esta molesto.
Bajo la mirada. Me intimida cuando esta así. Si, tiene razón, me he estampado con la pared, pero no ha sido la gran cosa.
—Realmente no es tan grave —dice Jared, entrando a la habitación—, pero deberás guardar reposo.
—No podré descansar lo suficiente todo el fin de semana, como para estar bien en el enfrentamiento de la O-1 —manifiesto. Me cruzo de brazos y los miro seriamente.
—Pues tendrás que poner demasiado de tu parte.
Enarco una ceja y miro a Navil. Por supuesto que pondré demasiado de mi parte para recuperarme, pero sinceramente, no creo que sea suficiente.
Por una parte, me siento bien y el ojo no me duele demasiado. Me siento satisfecha por ganarle a Daniel y a sus estúpidos hermanos. No se han salido con la suya. No del todo.
Daniel me ha disparado en el ojo. Por supuesto que uno de sus objetivos era causarme el mayor daño posible. Por suerte, es solo pintura, pero el impacto ha causado que pierda un poco la vista. La poca pintura que logro entrar ha hecho a que veo borroso, pero es todo. Esta ligeramente hinchado. Con el paso de las horas veo un poco mejor.
Después de dispararme, se ha arrojado contra mí. Ambos caíamos al suelo. Es tan ambicioso que ha intentado arrebatarme el emblema. Por supuesto que no he cedido. Me golpeó un par de veces en las costillas. El aire se fue por un momento de mis pulmones. Pude sentir que en serio estaba a punto de desmayarme. No me podía rendir. No por mis hermanos. No por mí. Es lo único en lo que pude pensar en ese momento. No permitiré que tengan que repetir esto. Es un infierno y tengo a uno de sus demonios como enemigo. Puedo verlo en sus ojos. Me mira con ira.
Unos minutos después, aparecieron mis hermanos, ellos junto a los hermanos de Jared y los hermanos de Daniel. Lograron separarlo de mí. Estaba a punto golpearme en la cara con su puño.
Hemos ganado esos cuarenta puntos por encontrar el emblema, más veinte puntos por desempeño y estrategia. Es un buen inicio en esa parte.
Ahora mismo se encuentran en la capsula Jasper, Luke y Lidia, los únicos reclutados que conozco hasta ahora y que han sido amables. Se han enterado de lo ocurrido en el enfrentamiento. La noticia no fue que Daniel me disparara en el ojo, sino el triple enfrentamiento, en el cual, dos escuadras se pusieron en su contra. Además de eso y lo más sorprendente para todos aquí, fue que él no ganara —como supongo es costumbre— el enfrentamiento.
—Eres más fuerte que cualquiera que haya conocido —anuncia Jasper, con orgullo—. Si fuera tú, presumiría mi ojo de la victoria.
—¿Pero que carajos estas diciendo? —manifiesta Ethan, divertido.
—Es una mierda lo que dices —proclama el ojimiel, molesto.
—Solo digo que tu eres la primera persona a la que Daniel realmente le ha hecho gran daño —menciona—. Además, le has ganado y eso…es para sentirse orgulloso.
—Como digas.
Miro a todos y ahora, nos hemos reunido en nuestra habitación. No quisiera que se vayan, pero realmente, necesito descansar. Ni siquiera puedo verlos bien, solo reconozco sus siluetas.
—Hora de cenar —suena en las bocinas—. Todos los reclutados repórtense en el comedor.
—Bien, supongo que nos veremos mañana —se acerca Lidia hacia mí, me toma de los hombros y deposita un beso en mi mejilla.
Todos se despiden de mí, solo agitando su mano en el aire. Les devuelvo el gesto junto con una pequeña sonrisa. Me alegra que al menos ellos tres se hayan preocupado. Todos salen de la habitación, menos Jared.
—Me alegra que se vayan —masculla, con molestia.
—Pero que grosero eres.
Tomo una pequeña almohada de mi cama y la lanzo en su dirección. Esta sentado en la cama de Flynn, mirando sus manos. Logra esquivar la almohada.
—Solo me alegra que ya puedas descansar después de todo lo ocurrido.
Se levanta y camina hacia mí. Se sienta al borde de mi cama.
—¿Por qué estuviste tan serio en todo este rato que ellos han estado aquí? —comento, sutilmente.