Rey Rojo

Capitulo 02

Las calles de la ciudad se encontraban llenas había un festival cercano. Todos murmuraban sobre las recientes noticias sobre los robos, habían toque de queda desde hace tiempo, pero a nadie le importaba. Si no te metías en problemas a ti nunca te pasaba algo

Entró en la florería del centro, la campana de la puerta sonó. Eso la alarmó, pero negó al oler el dulce aroma de las margaritas 

— ¿Qué necesita? —la voz de una chica aperlada la hizo mirar el mostrador. Usaba un vestido celeste con un mandil de flores blanco— ¿Flores o semillas?

— Flores… —noto como se tensaba al escuchar su voz—...rojas 

— No tengo de eso —la miró seria mientras la pelinegra se acercaba al mostrador— Para ti no 

— Necesito un favor, Camile —la aperlada asintió mientras mantenía su mirada seria sobre la recién   llegada— Es importante 

— Cuando un Walker entra por mi florería siempre es importante, ¿no? —su tono era serio. Estaba realmente enojada— Pues hoy no puedo 

— Sabes de la revuelta que está organizando Rakushka —la aperlada apartó su vista de la pelinegra— Los herederos quieren que me infiltre para tener más información. Thomas no sabe de esto 

La aperlada la miró. Era como aquel día en donde tuvo que infiltrarse en la organización Morgan, cuando tuvo que hacer lo que tenía que hacer por la familia

— Serás una traidora

— Quiero molestar a mi hermano mayor  

Y así era, desde que tiene memoria aceptaba cualquier misión para molestar a su hermano. Era el único que sabía la verdad y el único que la utilizaba en su contra cuando tenía que hacerlo. Sin dudar nada, ella siempre aceptaría cualquier excusa para molestar a su hermano 

— Puedo hacerte llegar hasta un puesto, lo demás depende de ti —la pelinegra asintió, la siguió tras el mostrador. El pasillo era largo y extenso— Los Rakushka son una de las familias más fuertes de la ciudad, pero siempre tienen una debilidad. Su familia —abrió una de las puertas dejando ver una pequeña sala con algunas armas— Felix Rakushka, tiene tres hijos y dos sub líderes —sacó las  imágenes de debajo de la mesa, para enseñarle a sus objetivos— Su hijo mayor es Liam Rakushka, es conocido como un mujeriego que pasa todas sus noches en el bar de su padre —la pelinegra la miró incrédula, la aperlada simplemente soltó una risa divertida— Maebel Rakushka, es la segunda. Ella es la inteligente, la mayoría de los planes de ese grupo son organizados por ella 

— Es sexy —dice agarrando la foto, la aperlada rodeó los ojos— Tienen buenos genes los Rakushka 

— Lo sé —la aperlada asintió viéndola divertida— Agatha Rakushka, es la menor y como cualquier familia, ella es la adoración de su familia. Tienes que tener cuidado, ellos son impulsivos

— Lo sé, tengo un hermano impulsivo. Creo que sabré resolver la situación con una familia entera —la pelinegra la miró con los ojos entrecerrados— ¿Tiene alguna novia el varón? 

— Solo encuentros casuales. ¿Te lo quieres coger? 

— Tengo un plan —le dio una tenue sonrisa— Meteme al grupo, yo haré lo demás

La aperlada asintió mientras se giraba sobre sus talones, dándole la espalda a la pelinegra. Sonrió cuando miro él sillón del salón 

— ¿Tienes tiempo? —la aperlada se acercó hacia la pelinegra, la cual seguía viendo las fotos— He pensado últimamente en la última vez que te vi 

— oh, Cami —la pelinegra la volteo a ver— ¿Quieres acostarte conmigo? 

— Estoy aburrida, supongo 

La pelinegra negó divertida, atrayéndola con su mano puesta en la cintura. La aperlada le dio una sonrisa ladina de inmediato. No tardó mucho en que la aperlada rompiera el silencio, dándole un beso apasionado. Las caricias y los besos fueron bajando, pero la intensidad fue aumentando 

Aquella vez Emma había intentado seducirla para que la pudiera ayudar a entrar a la organización, pero la aperlada la había rechazado de primera. Todo cambió cuando Emma por accidente se había mojado la camisa, quitándosela en el proceso

Era una Walker. Todo el bajo mundo deseaba probar lo que era una noche de diversión con alguna de las personas más influyentes del bajo mundo. Todos querían un Walker, pocos lo obtenían 

Cerró sus ojos levemente al sentir un leve golpeteo en el sillón. Soltó un largo suspiro al sentir el leve aire frío del lugar.  

— Ya despierta, bella durmiente —la voz sonaba divertida, pero cansada. Abrió sus ojos al sentir una camisa sobre su cuerpo— ¿Qué haces en casa de Camile? 

— Eres mi mellizo, no mi padre —la pelinegra se puso la camisa olvidándose por completo del sujetador— ¿Tú qué haces aquí? 

— Comprando algunas flores para mamá —le enseño el ramo de flores que había comprado. La mayoría eran de colores claros, en su totalidad eran girasoles— En unos días es su cumpleaños, ¿lo olvidaste? 

— Cómo podría olvidar su cumpleaños. Es mi madre, también —la pelinegra se levantó ignorando aquella sensación de dolor— No estaré en la cena, ya se, es tradición y bla bla… —se autointerrumpio a sí misma al visualizar su sujetador sobre el sillón— ¿Qué no tengo el sujetador? —su mellizo negó— No importa. El punto es que no podré ir a la cena de todos los años 




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