Rey Rojo

Ethan

Cuando era niño, mamá solía cantar mientras cocinaba su pasta favorita. Siempre nos recibía de la escuela con una cálida sonrisa, mientras repetía que a ella jamás le había gustado la escuela, que estaba bien si no nos gustaba o si nos aburrimos de ella. Aunque siempre nos regañaba si nos metimos en problemas en la escuela

 

— Ethan Walker —Sophie frunció levemente su frente mientras leía lo que decía el papel— ¿Te suspendieron porque le contestaste a una profesora?

 

— Es estupidó —la castaña mayor le díó una mirada de reproche— Solo le deje en claro que no estaba bien humillar a los que no entiendan su clase. Ella debería mejor su método para darnos clase

 

— Cariño —Le extendió su mano para que se acercara un poco más a ella— En la vida siempre habrá personas que te quieran humillar y personas que no pueden hablar por sí mismos. Es parte de la vida, pero tu decides si te involucras en las peleas de otras personas —el castaño le dió una mirada sin comprender el punto— Lo que digo es que a veces no puedes luchar por otras personas cuando no son tu pelea 

— Sigue siendo estupidó —la castaña soltó una risilla mientras sobaba la cabeza de su hijo mayor

 

Mi madre era la mejor. Tenía un corazón tan puro que el mismo dios se arrepentía de dárselo en este mundo. Ella era un ángel rodeada de caos y desorden. Sus ojos siempre estaban llenos de calidez, sus abrazos te llenaban el corazón de puro amor. Sin duda mi madre era la mejor, pero como el ángel mayor, ella cayó directo al infierno. Directo a las manos de él 

 

Fue en un día lluvioso, pero sin ningún rastro de rayos en el cielo. Era tranquilo. El primero de Octubre, fue cuando el infierno cobró su recompensa y mi madre había sido ella 

 

— ¡Sophie! —Recuerdo a la perfección este día. Juraba que mis piernas temblaban y que con solo que él me mirara me quebraría. Pero el solo veía el cuerpo inerte de mi madre frente mió, yo en cambio ni siquiera podía levantar la mirada— No, no, no… Sophie, por favor despierta —Edward tomó delicadamente entre sus brazos a la castaña que ahora era pálida— amore mio, despierta

 

— ¿M-mamá? —Esa voz me hizo darme cuenta de la situación. Mi madre había muerto y mi padre solo se aferraba a ella e ignore por completo lo que mi madre me había dicho. Yo jamás dejaría que Jackson y Olivia lucharán sus peleas solos, porque es lo que hace un hermano mayor— ¿Por qué no despierta? —Cuando lo vi acercarse, lo detuve— ¿Qué sucede Ethan?

 

— Mamá… ella murió, Jack  

 

Y como un niño de catorce años. Enfrente la cruda realidad de mi vida. En esta casa de cientos de cuartos, con paredes tan altas como un árbol, con el suelo tan frío como un hielo, con las cortinas oscuras como sus secretos y sus mentiras. Solo estaban ocho niños atrapados en el infierno, porque eso era esta casa; Un infierno vivo 

 

Porqué tal vez si mi madre jamás hubiera conocido a Edward Walker. Ella jamás me hubiera tenido. Ella jamás hubiera entrado al infierno y así jamás hubiera caído en él

 

Como el infierno también cobró la vida del mismo creador. Todos tenían que ser cobrados, tarde o temprano caerían al igual que mi madre. Tal vez por eso no dudé ni un segundo cuando vi la oportunidad de destruir por completo este infierno y porque no también destruir…


Esta estupido familia




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