Rhea [editando]

1

Jaque Mate

Las luces rojas empezaron a girar por todos los sitios, la luz blanca no dejo de parpadear como si estuviera en mal estado, humo fue lo que salió de cada rincón, los altavoces cada vez sonaban más fuerte anunciando una sola cosa:

Nos habían descubierto y esta vez de verdad.

El olor a sangre se hizo presente dándole paso a los gritos y disparos.

Todos corrían buscando la manera de protegerse, chocaban unos contra otros sin saber qué hacer, el miedo salía de cada poro, el terror hacía temblar las piernas.

Nadie quería morir, pero no había escapatoria, no habían armas ni fuerza de voluntad para arriesgar su vida.

Estamos perdidos.

Al final del pasillo se oyó un estruendo que anuncio la llegada de ellos a nuestro territorio, entraron alzando sus armas, mostraban los trajes negros cubiertos de corriente eléctrica que podía matarte en segundos.

Las máscaras de oxígeno les cubría el rostro.

Después de un segundo todo fue una masacre, personas caían en tiempo lento, otras se retorcían en el suelo. Las paredes estaban completamente manchadas de sangre.

Llanto, lamentos, suplicas, todo se mezcló.

No me moví, incluso cuando supe que aún tenía una escapatoria, no lo hice porque ahí estaba ella.

Sosteniendo el arco negro que tanto la representa, ese que lleva grabado nuestro legado, nuestro apellido. El mismo que va cargando una traicionera que repugno y negó su sangre. A pesar de llevar la cara cubierta la reconocí, claro que lo hice.

Como no reconocer a la perra que vendió a su familia por un hijo de puta que al final termino usándola como carnada, ella es la única culpable de nuestras desgracias.

Ella tiene que pagar por todo lo que hizo.

Sentí algo caliente a travesar mi pierna, quemo, quemo cada parte de mi ser, debilito mis pies y me obligo a caer con fuerza, cubrí mi rostro al momento de sentir dolor, no quiero gritar, no pienso hacerlo.

Supe que estaba perdida desde el inicio.

Uno de ellos llego a mí y me apunto directamente, iba a disparar sin temor alguno, sin remordimiento, no pensaba salvarme, no a mí.

Yo no tenía ninguna posibilidad en ese lugar.

Pero entonces sucedió.

El cuerpo de ella cayó, a mis pies, no entendí lo que sucedió hasta que vi un líquido rojo salir de su abdomen. Se retorció, pero entonces otra bala atravesó su cintura, y luego otra termino en dirección a su pierna, después otra, hasta que el agresor se acercó, retiro su máscara y sin pensarlo disparo.

Justo a su frente

Ese fue mi único alivio antes de morir.

La traicionaron de la misma manera que ella lo hizo con nosotros.

A muerte.



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En el texto hay: ficcion, rheademons, supensoymisterio

Editado: 09.11.2022

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