Rhea [editando]

2

No soy un...

Axa

Abrí los ojos lentamente intentando recuperar mi posición, el aire les faltaba a mis pulmones y ni siquiera habían pasado tres minutos.

—¡Vamos Axa! ¡Mueve el culo cariño! —grito, su acento argentino salió a relucir de manera exasperante.

Gire los ojos, no termino de tragar a este tipo, acaba de subir de rango y ya se cree el jefe.

Estoy muy cansada. Aun no me acostumbro a esto. El entrenamiento que recibimos es muy pesado para jóvenes de 17, 18 y 19 años, pero es esto o salir allí afuera y terminar muertos.

—Joder Axa solo un poco más —alentó Aelin en voz baja a mi lado. Le dedique una mala mirada diciendo "¿Es enserio?" que rogué porque pudiera recibir.

Últimamente nos han presionado más, nos exigen productividad al mil y eso es extraño contando con el hecho de que tenemos un nivel avanzado en supervivencia y podemos hacer cosas en microsegundos, como:

Desactivar una bomba, manipular objetos peligrosos, mantenernos dentro del agua más de tres minutos, escalar, correr a una velocidad alta durante a un tiempo desconocido, entre otras cosas.

Aun no entramos en el área de defensa, pero eso está cerca, al menos para mí, que dentro de una semana cumplo 20.

Lo qué hacemos aquí es como un entrenamiento militar. Los profesores se han vuelto más exigentes y amargados, no soportan una falta o mal movimiento. No sé a qué se debe su nueva y fastidiosa actitud.

—Sahir, ven aquí —la voz de Arne nos obligó a detenernos, bueno yo no estaba moviéndome.

Todos observamos al mencionado en busca de alguna respuesta, tenía cara de pocos amigos, no es nada raro en él. Así es Sahir, amargado, antisocial e idiota sobretodo (guapo también, pero le sobresale lo pendejo)

—Kale te está buscando —anuncio cuando este llego a su lado para después marcharse juntos.

¿Kale? El gran y famosísimo Kale Demons lo busca, es algo nuevo.

Ese chico es como una leyenda entre nosotros, de esas que nunca se olvidan, pero cambian de palabras y sucesos según la persona que la cuente.

Se dice que es un chico raro, que nunca habla y que pocas veces sale de su habitación, otros dicen que se la vive metido entre tecnología (jugando videojuegos) como si no hubiera mañana, entre otras cosas ridículas. La apariencia de ese ser es un misterio junto con la de toda su familia.

Injusto porque a pesar de tener nuestra edad no se le pide nada, todo está a servicio de él, no tiene que entrenar con nosotros ni pasar por las cosas que vivimos día a día.

Al final nosotros somos la carnada que tienen para proteger a él y sus hermanas, Nashira y Rhea.

Toda esa familia es como un secreto, los verdaderos Demons están ocultos entre la inmensidad de las paredes de la mansión Negra. Nosotros solo somos los Demons que pertenecen al grupo que las personas del otro lado odian con toda su vida.

Todavía no entiendo muy bien el tema, solo sé que vivimos bajo muchas reglas.

Volviendo al tema inicial:

Tienes que ser importen para poder llegar a ese lugar o al menos tienes que ganarte un sitio ahí dentro, a través de un acto, o buena conducta, etc... por eso me sorprende que Sahir logre entrar ahí, y sobretodo me sorprende que conozca a Kale.

Ahora tengo una razón para odiarlo más.

—¡Axa! ¡Por tu impertinencia tendrás que repetir la rutina tres veces! —exigió la rubia desde el otro lado. Ni siquiera note cuando llego.

Mierda.

Sahir

No sé por qué la urgencia de que llegara, todavía no es hora de... —Sahir —dijo Arne deteniéndose frente a mí. Su voz era insistente ¿Qué sucedió?

Avance pasándole por el lado.

Este lugar es sumamente grande, no me magino como será por dentro. El patio es lo más parecido a un bosque, a pesar de ser como un campo de batalla es hermoso, hay muchos jardines perfectamente cuidados por todos lados, incluso he llegado a oír sobre un arroyo o algo así pero nunca he cruzado más allá de la cinta verde.

No quiero terminar colgado.

Aquí hay muchas personas, nunca terminas de conocer a nadie, a medidas avanzas te cruzas con algunas que pertenecieron aquí el mismo tiempo que tu pero nunca te topaste con ellas.

En mi caso, como la mayoría, yo nací aquí, siendo hijo de una de las sirvientas se me dieron los mismos privilegios de los demás, esos de poder se entrenados para sobrevivir en caso de una guerra con el otro lado.

Me gusta vivir aquí, admito que muchas veces he sentido curiosidad sobre el tema. Me gustaría saber que paso con los del otro lado, me gustaría saber porque estamos ocultos bajo un muro de más de 60 metros o 40 tal vez, eso no lo sé.

Todo nuestro trabajo se centra en una sola cosa: pelear. Hay que pelear porque cuando alguien quiera matarte no lo pensará, cuando uno de ellos quiera acabar contigo no se pondrá la mano en el corazón y dirá: Oh, el merece vivir.

Esa es la única razón por la que todavía sigo en esto.

Dentro de dos días avanzare al segundo plano: Aprender defensa, de cualquier manera, ya sea peleando a puños, tácticas o armas. Tengo 21, debí de haber avanzado desde hace un año, pero mi rebeldía y necedad me obligaron a quedarme en donde estoy.

Todo por la infantil de Axa y su pandilla de niñatas descerebradas.

—Procura no entrometerte más de la cuenta —dijo Arne cuando por fin llegamos a la cabaña donde suelo encontrarme con Kale. Después de eso se dio la vuelta y se fue.

Lo conozco desde que tengo memoria, imposible de creer sabiendo que solo soy un demonio más (como suelen llamarnos) Alguien que está dispuesto a dar su vida por la verdadera familia Demons (ignorando el hecho de que soy hijo de una sirvienta y eso me hace menos)

El punto es que el conocer a uno de los descendientes de los grandes jefes me hace sentir importante en siento punto.



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Editado: 09.11.2022

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