Richard Brown

05. NICK

—¿No vienes al club, Richard? —pregunta uno de los chicos con los que comparto dormitorio.

Aparte de que recibes dinero y un teléfono, después de los quince, también te otorgan el beneficio de poder asistir al club a divertirte como quieras, ¿recuerdan el bar que vi el día en el que me trajeron aquí? Pues, ese es el famoso club al que podemos ir a recrearnos por las noches cuando estemos libres.

Quiero ir, pero a la vez no. Nick, aún no cumple sus quince años, por lo que todavía no ha cumplido con su primera misión y por lo tanto, no tiene permitido asistir al club; solo le faltan unos días para poder hacerlo, así que, lo esperaré para que vayamos juntos.

—Será otro día —respondo bostezando, dando la impresión de que estoy cansado.

—Como quieras —dice el chico antes de salir.

No estoy cansado, solo no quiero ir sin, Nick.

***

—¿Vas a comer o le seguirás dando vueltas a la comida? —interrumpe, Nick, mis pensamientos.

Hoy le toca su misión de, y no sé por qué estoy sintiendo esta angustia dentro de mí, siento como si me fuera a desprender de algo, ¿preocupación? Sí, definitivamente eso es lo que estoy sintiendo.

Al principio, él solía ser muy bueno en el campo de entrenamiento, pero de poco tiempo acá solo se toma en serio las clases, mientras que yo solo me concentro en lo relacionado con el campo. Se ha descuidado, además, su tarea no es tan simple como la que me tocó a mí, él tiene que recibir mercancía personalmente y eso es muy arriesgado para un novato, por eso me asusta tanto el hecho de que pueda ser lastimado, lo veo como una persona débil en ese sentido. Ojalá pudiera tomar su lugar.

—Perdí el apetito —contesto con un tono de voz bajo.

—¿Un glotón como tú perdió el apetito? ¡Ja! Eso ni tú te lo crees.

—Los que irán a la misión esta noche, los espero en cinco minutos en la sala de reuniones —se escucha la voz de, Frank.

Levanto la mirada, solo para que mis ojos se crucen con los de mi amigo.

—Me llaman —comenta, Nick, mientras recoge sus cosas de la mesa para irse a la sala de reuniones.

Asiento.

Veo cómo me da la espalda y comienza a alejarse, sé que probablemente no lo volveré a ver hasta después de que regrese, lo que no sé es por qué siento una necesidad increíble de llamarlo.

—¡Nick!

Me sorprendo, creí que todo estaba en mis pensamientos, no imaginé que las palabras fueran  salir por mi boca.

Mi amigo voltea a verme, esperando a que dijera lo que tenía que decir, pero la verdad es que lo llamé por impulso, no sé qué decir.

—Mantente con vida —es lo único que se me ocurre pronunciar.

Él asiente con una sonrisa y vuelve a dirigirse a su destino.

Voy al dormitorio, me ducho e intento dormir, pero es inútil, la noche se siente tan pesada, es imposible para mí conciliar el sueño y sé que no lo lograré hasta saber que, Nick, volvió a salvo.

Iré a tomar un poco de aire fresco mientras espero.

***

«12:00a.m.»

«¿Por qué tardan tanto?»

Mis manos se están moviendo involuntariamente por la ansiedad que me ha causado la espera.

«Finalmente».

Escucho el portón abrirse y seguidamente los motores de los vehículos, por fin están aquí; suspiro aliviado y rápidamente me dirijo hacia la entrada del dormitorio de, Nick, para esperarlo.

Siento que la ansiedad y los nervios se vuelven a apoderar de mí, veo a muchos chicos entrar, pero no veo a mi amigo, miles de ideas están invadiendo mi mente y ninguna de ellas es buena.

—¿Dónde está, Nick? —pregunto mientras corro hacia, Frank.

Su rostro está tan tenso, no estoy seguro de querer escuchar su respuesta.

«Nick, no, tú no».

—Tranquilo, está vivo; recibió una bala en el abdomen, pero estará bien, está en cirugías justo ahora.

Paso mis manos por mis mejillas y me sorprende sentir que están mojadas, no me di cuenta del momento en el que las lágrimas comenzaron a rodar por ellas.

—Puedes ir a esperar noticias en la sala de espera, no tardarán una hora en retirar la bala, así podrás estar más tranquilo —sugirió, Frank.

No le contesto, en este momento siento que mi garganta está cerrada. Supongo que pensar en la posibilidad de perder a, Nick, trajo aquellos recuerdos que creí haber enterrado; las imágenes de los cuerpos de mis padres, tirados en el piso, sin vida…

—¿Eres pariente del chico que fue herido de bala? —alguien interrumpe mis divagaciones.

—Sí —me apresuro a decir, al percatarme de que aquellas palabras vienen de una enfermera.

—La cirugía fue un éxito, afortunadamente la bala no causó daños permanentes, nada que unos analgésicos y unos días de reposo no puedan solucionar.

Estoy muy aliviado.



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En el texto hay: #mafia, #romancegay, #boyslove

Editado: 22.04.2024

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