Abro mis ojos, siento una gran opresión en mi pecho, no lo logro estabilizar mi respiración.
—¿Nick?
No sé en dónde estoy, todo está a oscuras. Lo último que recuerdo es que estaba con Nick en la playa y luego todo se desvaneció.
—Richard…
Escucho una voz llamarme, es suave, femenina y hace eco en todo el lugar.
Comienzo a caminar sin rumbo, hasta dar con una puerta; giro la manilla y un destello de luz hace que se me dificulte abrir mis ojos.
—Por aquí.
Es la misma voz de hace rato, siento que me está hablando a mí, así que, intentando cubrir mi rostro con mis manos para que los rayos de luz no afecten mi visión, trato de seguir la voz.
De un momento a otro, todo a mi alrededor cambió. Ahora estoy en mi casa de la infancia. ¿Cómo es esto posible?
—Finalmente, te estábamos esperando para comer. Ven hijo, antes de que se enfríe la comida, ¿por qué te quedas ahí parado?
—¿Mamá? ¿Papá?
Tienen una expresión de felicidad enorme en sus rostros, jamás los vi sonreír de esta forma, es como si por primera vez se alegraran de verme.
En estado de shock, caminé hasta ellos y me les uní en la mesa.
Comenzaron a hacerme preguntas sobre mí, ¿cuándo comenzaron a preocuparse por mí?
Respondí cada una de sus inquietudes, a pesar de que me extrañé por su repentino interés hacia mí, irónicamente, sentí una pizca de felicidad en mi interior, por el hecho de que finalmente me traten como su hijo.
—Lamentamos todo, Richard —anunció mi mamá, poniendo su mano encima de la mía.
Una ola de escalofríos recorrió todo mi cuerpo al sentir su mano, estaba tan fría.
—Está todo bien ahora, no tienes que preocuparte, mamá —le aseguré.
—Nunca fue nuestra intención arrastrarte a nuestro mundo —declaró, papá.
—Te queremos.
Siento un gran nudo formarse en mi garganta. Todo estaba yendo bien hace un momento, ¿por qué todo se siente diferente tan de repente?
—Es hora de dejarte ir —agregó, mamá.
Sus últimas frases se escucharon en modo de susurros.
—¿Dejarme ir? ¿A dónde? No, esperen.
Siento que alguien empuja mi silla y, ¿por qué va en reversa como si tuviera ruedas?
No sé cómo describirlo, todo pasa muy rápido, voy en reversa a gran velocidad, mientras veo a mis padres desaparecer en la distancia.
“Alguien te espera” —susurra la misma voz de antes.
Abro mis ojos repentinamente como si todo lo anterior hubiera sido parte de un sueño, mientras mi corazón late fuerte y lentamente. Todo luce blanco ahora.
¿Dónde estoy? No puedo mover mi cuerpo, todo lo que puedo mover son mis ojos.
***
—El paciente, Richard Brown ha despertado —informó una enfermera.
Casi dos semanas habían transcurrido después de aquel incidente.
Estuvo cerca de morir, pero afortunadamente, la ayuda llegó a tiempo y pudieron salvarlo.
Estuvo en estado de coma por unos días, días que fueron tormentosos para, Nick.
El enfrentamiento entre clanes aquel día, alertó a las autoridades, por lo que rápidamente una gran cantidad de oficiales armados se lanzaron al lugar.
La policía lleva un largo tiempo siguiéndole la pista a estos criminales, sin embargo, cada operación termina siendo un fracaso, pero esta vez, sin haber sido algo planeado, habían dado un gran paso en su investigación.
Entre muertos, heridos y algunos detenidos, Nick y Frank fueron llevados a declarar, esto por el cuerpo sin vida de Samanta que se encontró en el apartamento.
Tras haber sido interrogados, ambos fueron exonerados de los cargos, ya que, se comprobó que fue en defensa propia, ya que, se encontraron las huellas dactilares de, Samanta, en el arma con la que, Richard, fue herido.
Sin embargo, fueron citados nuevamente, esta vez, porque se descubrió que estaban relacionados con la mafia.
Pensaron que era su fin, todo fue muy frustrante, sobre todo para Nick; Richard estaba hospitalizado y lo único que quería era estar cerca de él en esos momentos, y no poder estarlo, definitivamente el proceso estaba siendo una tortura.
Pero vieron la luz al final del túnel, tras pasar una noche en detención, fueron llamados, los dos.
A la policía no le interesaba tenerlos detenidos, después de todo, no son más que dos simples subordinados, su encarcelamiento no haría ninguna marca en el mundo de la mafia, así que, optaron por un trato en el que todos salieran beneficiados.
Le ofrecieron absorción, a cambio de información.
Frank aceptó con mucha facilidad, pues su jefe y casi todos los chicos del clan estaban muertos, así que, no le importaba demasiado. Nick, puso una condición: aceptaría colaborar, pero la absorción debía extenderse hasta Richard también.