Prólogo
Ese primer beso que le di movió todo en mi. No sabía porque ese beso había significado tanto para mi, ella solo era mi pareja en el set pero deseaba con todas mis fuerzas que fuéramos algo más fuera de ese set y de esos personajes.
Deseaba decirle a Vanessa que no solo la veo como amiga y compañera, que mi corazon cada dia que pasaba latia solo por ella y que no sabia como ni por que ya sentía que la amaba. Tal vez ella sintiera lo mismo por mi, o tal vez solo me estaba haciendo ilusiones en mi cabeza con que algún día ella me ame tanto como yo la amo.
Me estaba olvidando de él, ese hombre que puede disfrutar de sus besos más verdaderos y que no soy yo. Al fin solo quiero verla feliz aunque eso signifique amarla en secreto y llevarla en el corazón clavada por la eternidad. Aunque eso signifique que mi amor por ella quede guardado en ese set donde la bese por primera vez. No se como carajos pero se volvió mi universo desde ese beso. Ahora que lo pienso mejor, me robó el corazón desde que la vi entrar a ese set por primera vez del brazo de Él. No se que hacer para sacarmela del corazón si cada dia que pasa me enamoro más de esa chica de ojos cafés.
Esto escribía en su diario Jose Emilio Acosta en su apartamento en Bogota, Colombia, sin sospechar que la dueña de sus desvelos, pensaba y sentía lo mismo por él. Vanessa daba vueltas en su cama sin saber porque ese hombre le robó el alma y el sueño.
Lo único que le pedían al cielo es que, aunque pareciese una loca aventura, pudieran tener…
un romance en el set.