Capítulo 02: El beso

JOSE EMILIO

Lunes 28 de Febrero 2000

La besé y no lo puedo creer. Sus labios me supieron exquisitos y ese beso me volvió adicto. Le di ese beso y ya no puedo esperar más para darle el resto. Cuando acabó la escena sus ojos brillaban y probablemente los míos hacían lo mismo. Recordar ese beso me hace desear que ella esté acá y poderla besar sin parar. Ella se fue a su camerino de inmediato y desee salir corriendo tras ella y decirle que no paro de pensarla y que me acelera la respiración cada que la tengo cerca.

No lo hice. Aún estaba en shock por el beso que tanto había deseado darle desde que empezamos a grabar y convivir como compañeros en el set. Esa fue la última escena que grabamos hoy. Cuando me atreví a ir tras ella, Leonardo me había ganado. Parecía que estaban discutiendo y por eso no intervine. Quizá ese beso empeoro toda la situación entre ellos y no quería complicarlo más. Decidí mejor venir a casa y me encontré con la sorpresa de que Isabella no estaba. Siempre que llego ella está en casa, pero hoy no. Se puede notar cuan acostumbrado estoy a esta rutina. Creo que la monotonía fue otra razón para que esta relación fracasara. Observe y tome la nota que se encontraba en la mesa.

“Salí con Paula de compras. Regreso alrededor de las 8. Te amo, Isa.”

Me duele no poder decirle que la amo cuando ya no lo siento, cuando me muero por besar a otra mujer. Me duele que no sea de ella de quien esté enamorado porque me ahorraría todo el dolor y la confusión que estoy pasando en este momento.

No se que es peor: No haber aceptado el papel y nunca conocer a Vanessa o conocerla y no poder tenerla.

Qué más da, la conozco y no puedo tenerla. No paro de pensar en qué nos deparará el futuro a ambos y a quienes tenemos hoy al lado. No se si en unos cuantos años ella esté casada con Leonardo y yo nunca haya dejado de amarla. Quizá yo me case con Isabella o con cualquier otra mujer pero mi alma no podrá parar de extrañarla.

Y si, pienso en el futuro porque con un solo beso me demostró que había pasado toda mi vida esperando por ella. Que nunca llegaría alguien con el alma igual de bella. Que ella es única e irrepetible como ninguna. Que esos labios se convertirán en mi perdición total y que mi corazón ya empieza a latir fuerte cada vez que la veo partir. No puedo decir que ella sienta lo mismo por mí porque puede que no sea así. Pero su mirada, su risa nerviosa, el brillo en sus ojos y la pasión que vi en ellos cuando la bese hoy por fin, me pone a dudar si de verdad esa bella dama que me tiene endulzada el alma, también siente que me ama.

VANESSA

Lunes 28 de Febrero 2000

Lo besé. Me besó. Nos besamos. Fue increíble sentir el calor de su respiración tan cerca de mi y tocar esos labios que, desde que lo conocí, deseaba probar. Fue mejor de lo que esperaba. Sus labios al tocar los míos en un simple roce, me hicieron temblar de emoción e impresión. Lo estaba besando. Su lengua pidió paso a mis labios rosados y, aunque tarde un poco, se lo concedí.

No me puedo arrepentir porque… me hizo sentir que por fin había encontrado mi lugar en el mundo. Ese beso me hizo entender que no iba poder concebir una vida sin él. Es precipitado, lo sé. Pero dicen que para el amor no hay tiempo, que el amor no comprende que debe ir más lento, que el amor solo se siente no importa el momento. Nos conocimos hace más de tres meses y es impresionante cómo en tan poco tiempo me ha devuelto la vida que creí perdida. No sé cómo voy a hacer para verlo mañana y no lanzarme nuevamente a sus brazos suplicando que sus labios me atrapen en un dulce abrazo.

Cuando nos separamos pude apreciar en sus ojos color castaño que me miran con un amor que seguro me inventé yo. Me dió miedo enfrentarlo después de ese beso y evitar decirle … que lo amo. Que estos días se gano mas que mi cariño, mi corazón.

Corrí a mi camerino pero Leonardo se interpuso en mi camino. Me cuestionó porque salía huyendo cual pecado se tratase el besar a un simple compañero. ¿Cómo le digo que ya no lo considero solo mi compañero, que se ensaño con mi corazón y ha sido el único que ha tocado cada fibra de mi alma? Lo intenté evadir en su pregunta pero no se quedó con la duda de mi repentina huida. Me cuestiono si ya no lo amaba y no se lo pude negar ni afirmar. No sé lo que siento, ni yo misma lo entiendo. Todo acabó en una discusión terrible y le terminé diciendo hasta de lo que se va a morir. Pero tampoco quiero hacerle daño aunque ya se lo estoy causando. Ya no lo amo. Ya terminamos, probablemente ya no volvamos aunque ya lo hemos hecho miles de veces. Se largó del camerino. Una hora después yo hice lo mismo.

Camino al apartamento de Leonardo, no podía parar de pensar en ese beso.