Capítulo 03: Te Amo

JOSE EMILIO

Jueves 20 de Abril 2000

Han pasado dos meses desde que lo dejé con Isabella. Me fue infiel con Leonardo y me afectó más saber que Vanessa había sido engañada por el hombre que decía amarla. A ambos nos engañaron quienes decían que éramos el amor de sus vidas. Ambos nos engañamos pensando que de verdad nos querían y nos terminaron causando daño. Ambos nos engañamos creyendo que esas personas a nuestro lado eran las correctas y creyendo que eran quienes amábamos.

Hace un mes y medio, me atreví y le dije a Vanessa lo que por tantas noches había pensado y sentido por ella desde que la conocí. Le confesé que la amo. Que la extraño en las frías noches de Bogotá, de esta fría ciudad que fue testigo de su llegada a mi vida y su repentina partida desde ese día. Hace un mes y medio que le dije que la amo y me abandonó. Se fue huyendo cual cobarde la persona que por primera vez he amado. Me ha dejado el corazón hecho pedazos.

No sé porque huyó después de que dijera que también me amaba. La confusión y el dolor de mi alma es cada vez más intensa desde esa noche. Esa misma noche el cantinero me tuvo que sacar cargado del bar de mala muerte al cual me había llevado el desamor. ¿Por qué es tan cruel el amor?. Me falta ella, me falta ella en mis días y en mi vida entera.

“ESTIMADOS PASAJEROS, HEMOS LLEGADO A NUESTRO DESTINO. BIENVENIDOS A MADRID, ESPAÑA. ”

He viajado a España con la esperanza de olvidarme de ella. Ahora me dispondré a bajar de este avión que me ha traído desde Bogotá a mi y a mi roto corazón.

¿Dónde estará ella en este momento? ¿Habrá encontrado el amor? ¿Recordara eso que tuvimos con algo de dolor igual que yo?

Espero España me haga olvidar a esa dama de ojos cafés que se llevó mi alma.

VANESSA

Viernes 10 de Marzo 2000

Emilio me dijo que me ama. Que soy la mujer que cada noche le arrebata el sueño y que desea que sea yo la mujer que duerme junto a él en su cama. Me dijo que me ama, que soy la dueña de su alma. Le dije que lo amo. No le iba a mentir. Desde que lo conocí mi corazón comenzó a latir al son del amor por él. Ambos estábamos felices de que sintiéramos lo mismo por el otro. Mi felicidad desapareció cuando observé el periódico que yacía sobre el tocador de mi camerino. En una nota en la portada, se especulaba que me había separado de Leonardo porque yo había sido la infiel de la relación. Odiaba que mi vida privada estuviera en boca de todos y peor aun que me culparan de algo que no había hecho.

Me fui huyendo del lado de Emilio y busqué a Leonardo, el artífice de la primera mentira. Le reclamé que haya dicho esas mentiras. Poco le importó lo que eso significaba para mi. Al salir de su apartamento, los paparazzi no paraban de seguirme y cuestionarme si era verdad. Lo negué pero seguían sin creer que el gran y pulcro actor Leonardo Rodríguez haya sido el infiel. Me refugié en mi auto y salí corriendo del parqueo prometiendo no volver a ese apartamento ni a esa ciudad.

Si. Salí huyendo como cobarde del lado de Emilio cuando me dijo que me amaba. Hui porque estaba sofocada con la prensa. Hui porque tenía miedo de que Emilio me rompiera el corazón. Hui porque no quería volver a confiar tan rápido en quien dice amarme para después abandonarme. Todo sucedió tan rápido que el miedo me hizo dudar y tambalear en mi decisión de quedarme a su lado. Sé que él no es igual a Leonardo pero no puedo negarlo: recordar el como siempre me traicionan las personas que más amo hizo que sintiera temor de que Emilio hiciera lo mismo y me dejara con todo el amor en las manos. Así que decidí irme lejos a sanar y pensar si esto que siento es lo correcto. El miedo me nubló la cabeza y ahora estoy subida en un avión rumbo a… Madrid.

VANESSA

Viernes 21 de Abril 2000

Hace mes y medio hui de Bogotá. Hui por miedo. Huí para pensar todo lo que sucedía en mi vida a la velocidad del viento. Hui para procesar lo que sentía por Emilio. Huí por todas las mentiras de Leonardo. Hui porque es como un patrón que tengo de escapar de aquello que altera mi calma. No utilice la razón, me dejé llevar por el temor y ahora no sé si fue la mejor decisión.

“Emilio, mi corazón, te amo. Perdoname el haberte abandonado por traumas del pasado. Perdoname por amarte como te amo y salir huyendo como una cobarde. Te amo, no he dejado de hacerlo ni un solo día desde que me fuí de tu lado. Espero que el amor que decías tenerme aún esté guardado para mi porque no sabes cuanto deseo que estés aquí. Estoy en Madrid. Si deseas puedes venir y hablar si todavía me amas.

Vanessa Ocampo.”

Esa carta no llegó, porque él no volvió. Quizá dejó de amarme. Quiero creer que la carta no llegó. Quiero creer que no me ha olvidado. Quiero creer que el tiempo perfecto llegará cuando haya sanado esos traumas. Quiero creer que el destino nos juntará en un futuro. Quiero creer que nuestras almas están destinadas a estar juntas en esta y todas las vidas. Quiero creer que un hilo rojo lo traerá a Madrid y nos encontraremos para no volver a separarnos. Quiero creer que nos espera nuestro romance en el set.