Vittoria se estaciona en un espacio reducido, por lo que vemos hay bastantes autos estacionados, así que dudo que la fiesta sea pequeña.
—¿Lista?—me dice Vittoria emocionada, por su sonrisa y emoción supongo que ya esta familiarizada con este lugar, aunque dudo mucho que haya dado su nombre real, porque de otra forma no podríamos estar aquí.
Asiento y trago saliva. Ambas salimos del coche y una vez que coloca la alarma, ambas caminamos siguiendo un pequeño grupo de seis personas que también llevan puesto diferentes tipos de disfraces, es al llegar a la entrada de un gran enrejado que nos detenemos en una fila en donde parece ser que piden una invitación.
Presiono el brazo de Vittoria cuando me percato de ello, pero ella solo sonríe tal vez entretenida por mi angustia, es entonces que la veo sacar un papel doblado de uno de los bolsillos de su vestido cuando el guardia se lo solicita.
El guardia marca la invitación y finalmente nos permiten la entrada, es entonces que vuelvo a respirar y Vittoria se ríe de mi.
—Deberías relajarte o alguien va a sospechar que tramamos algo—sugiere en un susurro mientras caminamos por un camino lleno de piedras en los que mis tacones se entierran de vez en cuando.
Mientras avanzamos observo a la distancia un camino de antorchas enterradas sobre aquel mismo camino que nos guían hacia la puerta, si mi padre supiera que estoy haciendo seguramente mucha gente saldría lastimada esta noche, pero agradezco tener una prima bastante astuta. Si mi familia no logro descubrir que ella ha salido con un Carusso durante bastante tiempo. ¿Porque tendria que pasarme algo a mi?
Intento seguir el consejo de Vittoria cuando entramos a la casa, miro a mi alrededor, la decoración es bellisima, digna de una iglesia, aunque el tipo de música que resuena alrededor hace retumbar los enormes ventanales de un enorme vestibulo que más que eso parece un salon, el cual usan para estas ocasiones.
El deslumbrante lugar esta lleno de muchas personas, a las cuales no puedo distinguirles bien el rostro debido a los antifaces y de no ser por este estilo de fiesta, supongo que jamas me hubiese arriesgado a venir aqui, en cierto modo me siento segura.
—Ven por aquí—me dice Vittoria guiándome aun más al interior, me arrastra hasta que encontramos una estación improvisada de un bar en donde sirven bebidas por montón. Vittoria logra que nos sirvan un par de copas de vino blanco, el cual insiste en que pruebe — el negocio de los Carusso es el vino ¿Qué te parece?
Dudo mucho que eso sea cierto, pero al probar el vino este se siente dulce en mis papilas gustativas y por experiencia sé que cualquier bebida dulce y que contenga alcohol, es precisamente la que más rápido te embriaga.
—No esta nada mal—admito y ese es el problema, es tan dulce que no se siente el alcohol.
—Julius me regalo un par de botellas, pero tuve que esconderlas debajo de la cama por la etiqueta—expresa alzando la voz debido a la música. Me rio ante su declaración ya que alguien del servicio podria descubrirlas y seguramente mi tía volvería a sermonearla.
—¿Quieres bailar?—propone, así que de un trago me bebo lo que hay en el interior de mi copa, animada por la música, por el sabor del vino y también por el hecho de saber que mientras tengamos este antifaz nadie sabra que un par de Montteci están por aquí, así que asiento ante su petición.
Bailamos dos canciones muy populares entre la gente que se amontona en la pista de baile, es extraño el poder convivir con gente que podria ser mi enemigo, pero en ese momento no me importa en lo absoluto, es la primera fiesta que asisto en alguna propiedad de los Carusso y dudo mucho que vaya a repetirse de nuevo.
Mientras bailo pienso que lo único que nos hace diferentes es el apellido que representamos, pero de no tener esa limitación, solo seriamos jóvenes divirtiéndonos e incluso me animo a pensar que no habría necesidad de mascaras, pero como eso no es así, reviso que la mía este bien ajustada para evitar perderla mientras me muevo, pero mientras eso sucede pierdo de vista a Vittoria.
Dejo de bailar al instante, busco a mi alrededor y de pronto veo a Vittoria bailando con un hombre alto y por lo que se ve fornido, este le sonríe y Vittoria comparte sonrisas coquetas con él.
De pronto un grupo de chicos y chicas me rodean, de pronto me comparten un trago directamente de una botella y por el sabor que se desliza por mi lengua intuyo que es la misma bebida que Vittoria me compartió.
Continuo bailando con aquel grupo hasta de repente se une al grupo un hombre robusto y de espalda ancha que por lo visto, decidió disfrazarse del fantasma de la opera o al menos eso es lo que parece. Se puede ver parte de su rostro y cuando logro verlo, dejo de bailar y me paralizó, así que me giro sobre mi sitio.
Comienzo a avanzar entre la gente para alejarme de la pista y de Leonardo. Si alguna vez en la vida tuve la desgracia de toparme con algún Carusso ese fue Leonardo, quizás el más temible de toda esa familia.
Permanezco cerca vigilando a Vittoria, de haber recordado que existía un hombre como Leonardo, me habría negado a asistir ya que, él fue el causante de un accidente que marco la vida de la nonna y su nieto, él choco contra el auto donde viajaban sus padres y aunque Leonardo termino con tan solo un rasguño en la ceja, el hijo de la nonna y su esposa, murieron ese dia.
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Editado: 14.11.2024