Mi semana resulta ser lo que yo esperaba desde un principio, relajada. Me dedico a ponerme al corriente con algunos libros que deje pendientes.
También acomodo mi equipaje y elijo ropa vieja para donarla, hago mil y un cosas que estando en mis cinco sentidos no haría jamas, quizás por que quiero mantener mi mente ocupada, de lo contrario comenzaría a sobre pensar las cosas, buscaría excusas para no ver a Julius, pero ya he tomado una decisión que no pienso desaprovechar.
Cuando llega el sábado, me preparo para salir, ya que iré a un sitio que desconozco, me decido por un par de jeans y unos zapatos deportivos cómodos, solo en caso de que tenga que salir corriendo, aunque espero que mis imaginaciones fatídicas solo sean eso, delirios míos porque temo con encontrarme en peligro, pero no quiero desconfiar de Julius.
También elijo una camiseta blanca de manga corta y una chaqueta azul que me regalo Vittoria antes de irme a la universidad. Esta vez me sujeto el cabello en una cola de caballo y dejo caer mi flequillo. Me tomo mi tiempo para elegir un maquillaje y mientras busco ideas en internet, recibo un mensaje:
«¿Salimos? Estoy aburrida» veo el nombre de Vittoria, ya que tuvo que trabajar supongo que desea salir y distraerse conmigo. No sé que es lo que ha estado haciendo sin mi todo este tiempo.
«Lo siento, tengo planes» respondo y enseguida miro el reloj en mi pantalla, solo falta una hora para ver a Julius.
«¿Con quien?» responde enseguida.
Medito mi respuesta, decirle la verdad, implica que probablemente ella venga a interrogarme despues como solo ella sabe hacerlo, pero también pienso que necesito una excusa para salir durante todo el día.
«Con Julius» admito y me pongo manos a la obra. Pasan varios minutos sin que ella responda el siguiente mensaje, eso es de preocuparse, pero cuando me concentro en mi maquillaje, varios mensajes llegan al mismo tiempo ocasionando que el sonido de mi tono de notificaciones se escuche extraño.
Durante un par de minutos, decido ignorarla para apresurarme, pero al no contestar a la misma velocidad que ella, recibo una llamada.
—¿Que?—digo al colocar el teléfono justo sobre mi oído.
—¿Así que has estado haciendo cosas a mis espaldas?—menciona como un reclamo— pensé que no tenías ninguna intención de escuchar lo que tenía que decir.
—Su propuesta no me agrado, pero eso no significa que no podamos ponernos de acuerdo para tratar de calmar la situación de Verona—justifico.
—¿Vas a salir con él por esa razón?—cuestiona, pero me parece escuchar cierto tono insinuante en su voz— ¿Solo por el bien de Verona?
—Si, solo eso— respondo de mala gana, aunque por la forma en que lo menciona, me parece que Vittoria sabe mas de lo que dice— ¿Tendria alguna otra razon para frecuentar a un hombre tan peligroso como él?
Vittoria suelta una carcajada.
—¿De que te ríes?—me quejo.
—Por favor, Julius no podría matar...—se queda en silencio— bueno pensándolo bien creo que si podría hacerlo, pero es tan peligroso...si no lo provocas.
—Solo dices puras tonterías—objeto a punto de colgar, pero entonces recuerdo algo importante, no tengo una excusa que darle a mi padre para salir— pero ya que tanto te emociona tanto que salga con él, necesito pedirte un favor.
—Dime—dice tratando de imitar un tono serio, aunque sé perfectamente que debe estar gozando este momento.
—Solo en caso de que mi padre haga preguntas, necesito que...
—Mienta y diga que estuve contigo todo el día—me quita las palabras de la boca.
—Si, eso—acepto.
—No te preocupes Romy, sabes que puedes confiar en mi para esas cosas, pero a cambio necesito que me des detalles de tu cita—solicita y no puedo dejar de pensar que es probable que este sonriendo satisfecha.
No puedo dejar de pensar que Vittoria oculta algo, lo único que se me ocurre es que en realidad ella fue la de la idea de emparejarme con Julius porque de otro modo. ¿Porqué me diría tan salvaje atrevimiento?
—Si, pero te contare siempre y cuando cumplas tu parte del trato—le amenazo.
—Claro, claro, haré que nuestra tarde de chicas parezca tan real que nadie notara que estuviste del otro lado de la ciudad con el hijo mayor de los Carusso—menciona Vittoria, pero esas palabras suenan mucho peor para mi.
De pequeña siempre le tuve terror a ese apellido, era como el monstruo debajo de mi cama listo para acecharme y claro, de adolescente, aunque claramente era rebelde, no lo era lo bastante para atreverme a cruzar la ciudad y ahora siendo adulta, no varia mucho la sensacion que me provoca saber que finalmente lo hare.
—Dilo mas alto para que tu madre se entere o mejor aun, toda Verona— me quejo, parece que olvida que en nuestras casas, los muros son como de papel y cualquier cosa que digamos o incluso pensemos siempre llega a oídos de nuestros padres de una forma inexplicable.
—No te alteres, solo quería bromear contigo un rato nada mas. Después de todo tendré que salir y perder el tiempo en la calle todo el día por tu culpa— dice esta vez con un tono de voz menos relajada, parece que ha entendido que no me encuentro con el animo para bromas, estoy nerviosa— en todo caso avísame cuando termines para pasar por ti y así llevarte a tu casa, para que nadie sospeche nada ¿Esta bien?
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Editado: 14.11.2024