Julius alza la mano y la agita en el aire para animarme a aproximarme hacia él. Miro a mi alrededor un tanto incomoda con la situación, la cual él no parece comprender del todo bien. El hecho de haberle solicitado vernos aquí, era para tener un punto de reunión que ambos conociéramos y nos fuese sencillo encontrarnos mutuamente, pero el estar aquí también representa un problema. Pueden vernos juntos.
Camino en su dirección y conforme me aproximo mis mejillas se enrojecen, quiero imaginar que es por el calor del día y no por el hecho de que se ve bastante atractivo para mi mala suerte.
—¿Que haces?—murmuro tensando la mandibula, pero él unicamente esboza una sonrisa
—Esperándote—indica mientras se levanta de su asiento, entonces da un paso hacia mi y coloca en mis manos un cono de gelato de fresa y frambruesa— pero ya que estas aqui, sera mejor que nos vayamos, tenemos mucho por recorrer.
—¿Y esto?—cuestiono algo desconcertada.
—Para ti, hace bastante calor el día de hoy y supuse que querrias refrescarte un poco—explica, entonces bajo la mirada hacia el gelato, es bastante cortes de su parte.
Me coloco a su lado y entonces ambos caminamos, poco a poco nos alejamos de la plaza mientras intento comerme el gelato antes de que comience a derretirse, lo cual supongo que sera imposible.
En un principio Julius no dice nada, pero no me incomoda el silencio que hay entre los dos, de hecho lo disfruto porque no sé de que podriamos hablar que no sea referente al problema de nuestras familias, eso es lo único que nos une.
Al llegar a la vía, inesperadamente Julius me toma de la mano para ayudarme a cruzar del otro lado y por un lado, esa parte de mi que mi familia se ha encargado de sembrar en mi, la que desconfía de él y de cualquier otro Carusso, se siente incomoda, pero también existe algo mas, una especie de calma y serenidad al estar con él.
No digo nada, unicamente lo observo y desde mi posición contemplo la espalda ancha de Julius, su cabello castaño cenizo claro, el cual ondea un poco ante la brisa del verano y su alargado brazo, el cual no es delgado ni tan fornido, pero sé que es lo bastante fuerte para llevarme entre sus brazos y es mas que evidente al ver las venas que se asoman debajo de su piel blanca.
Del otro lado su mano suelta la mía, esboza una sonrisa y con la mano señala una moto estacionada a la distancia.
Por supuesto que, su transporte no me sorprende, de hecho, creo que va con su personalidad arrojada. La moto tiene el nombre de la marca "Ducati" sobre una superficie de color roja que es bastante vistosa.
—¿Es la primera vez que subes a una?— me pregunta al llegar al lado de la moto y por lo que logro ver, ya tiene preparado un casco para mi.
Medito su pregunta, no es la primera vez que me subo a una motocicleta, aunque estoy mas acostumbrada a las tipo "Vespa" las tipicas que se pueden ver en roma y cualquier otro sitio de italia, pero una de este estilo es diferente. Demasiado rapida y demasiado ruidosa para mi gusto.
Niego con la cabeza y entonces miro mi gelato, no quiero tirarlo, pero tampoco puedo subir a la moto si lo llevo conmigo, asi que comienzo a comerlo a mordisco enormes que en cuestion de segundos congelan mi cabeza, lo que causa que cierre los ojos y gima de dolor.
Escucho una ligera y sensual risa a un lado de mi, al mirar de reojo observo que se trata de Julius quien me mira entretenido. De un momento a otro, toma mi mano y la eleva hasta sus labios, entonces comienza a comerlo para ayudarme, pero mientras come me mira de una forma que me obliga a desviar la mirada porque de otra forma mis mejillas volverían a tornarse rojas. No se que es lo que sucede conmigo.
Julius se termina el gelato en un par de minutos, entonces me ofrece un pañuelo para limpiarme y el cual lleva sus iniciales "J. C" «Julius Carusso»
Recuerdo aquel día en que también utilizo uno para ayudar aquella anciana, no sé como no me di cuenta antes.
—¿Crees que es extraño?—cuestiona de repente y al mirarlo, intuyo que se ha dado cuenta de que he observado su pañuelo todo este tiempo.
—No—miento y miro de nuevo las iniciales, aunque la tela esta impecable, las letras bordadas parecen un poco percudidas, cosa que no había tenido oportunidad de observar antes— aunque no es común que gente de nuestra edad lleve consigo pañuelos. ¿No son mas prácticos los desechables?
—Tus palabras me ofenden muchisimo, Romy—expresa frunciendo el ceño, aunque con una sonrisa que revela que es una broma— pañuelos como estos tienen otro propósito que los desechables no pueden realizar.
—¿Y eso seria?—quise saber.
Julius alzo un poco la ceja izquierdo, sonrio y se llevo la mano hacia el mento como meditando la posibilidad de darme su respuesta.
—Podría decirtelo ahora, pero creo que lo averiguaras con el tiempo—expreso mientras me extendia un casco de color negro— pontelo.
Le devolvi su pañuelo, no entendi a que se referia, pero esperaba que no hubiese mas tiempo para averiguarlo, estar a su lado era peligroso, no solo para mi, sino tambien para él.
Con su ayuda me puse el casco y él tambien se coloco uno del mismo color que su moto, mis problemas comenzaron cuando tuve que subir detras suyo y claro, abrazarlo para sostenerme de su cuerpo.
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Editado: 14.11.2024