Abro los ojos al escuchar el canto de los pájaros cerca de mi ventana, me giro sobre mi sitio y miro el cómo la luz del sol, se introduce sutilmente a la habitación permitiéndome observar las esporas de polvo que flotan en el ambiente, contemplar esa simple vista me hace recordar lo que paso la noche anterior.
"El beso"
Aún recuerdo la textura de sus labios sobre los míos, el calor que emanaban, la suavidad con la que su lengua acaricio la mía. La devoción con la que acerco mi cuerpo al suyo, hasta casi fundirse conmigo. Mis mejillas se ruborizan enseguida al rememorar el calor que todo mi cuerpo sintió a pesar de que estaba empapada en agua de lluvia, las ansias de alargar ese beso y continuar hasta la noche se hiciera de día, pero al final, aquel beso, apenas duro unos segundos.
"Julius, no es como otro hombres"
Estoy segura de que todas las mujeres del mundo han dicho las mismas palabras para definir al chico que les gusta, pero la condición de nuestras familias puede que lo obligue a comportarse como un caballero. Hacerme daño, implicaría desatar una guerra innecesaria y creo que Julius es lo bastante inteligente para no provocar tal desastre o al menos eso quiero pensar.
Suspiro, puesto que no me queda más remedio que aceptar lo que hice. Una parte de mí me dice que desista de esto que esta pasando entre los dos, pero, por otro lado, mi lado positivo que quiere poner todas mis esperanzas en Julius, piensa que de poder unirnos, quizás las familias y la guerra de poder que hay entre ambas, podrá terminarse o al menos eso es lo que quiero creer.
Me levanto y tal como lo he hecho estos días, hago mi rutina para bajar a desayunar, en esta ocasión elijo un ponerme un top blanco de mangas anchas con un par de holanes al lado de los botones, ademas de un pantalón rosa de talle alto y un par de zapatos blancos. Para después recoger mi cabello con ayuda de un moño largo.
Cuando bajo a desayunar, la Nonna me recibe con un desayuno exquisito, por supuesto a mitad de mi degustación mi padre se reúne conmigo y, ya que me encuentro de humor, me atrevo a preguntar sobre la condición de sus negocios y aunque en un principio mi padre se muestra renuente a hablar abiertamente conmigo, al final termina explicándome por qué es tan importante el envío de mercancía,
Según lo que dice mi padre, los contenedores llevan armas que estaban destinadas a ser entregadas al gobierno italiano, ya que mi padre utilizo la empresa fantasma de mi tía Marcella para poder venderles. Por supuesto, ese asunto era algo que él no hubiese aceptado negociar, pero su hermana deseaba pasarse al lado de lo legal para poder hacer negocios con muchas más empresas, era algo que no podía negarle y por ello se había arriesgado, pero ninguno de los dos contemplo que algo tan grave como la incautación de su mercancía sería descubierta tan pronto.
Mientras él habla, el sonido de una notificación suena en mi teléfono, por supuesto al mirar de reojo me percato que se trata de un mensaje de un número desconocido. Lo tomo y lo acerco a mí, mientras continuo escuchando la explicación de mi padre.
"¿Que te parece que nos reunamos hoy en la plaza de las hierbas al medio día?"
El mensaje no dice nada más, ni siquiera quien lo envía, pero mi corazón quiere pensar que se trata de Julius, después de lo que paso anoche, supongo que desea que terminemos lo que quedo pendiente, ya que el servicio de seguridad comenzó su patrullaje y él tuvo que salir prácticamente huyendo para poder salir sin ser visto, pero no sin antes decirme que volveríamos a vernos pronto, solo que no pensé que sería tan pronto.
Puesto que bloquee sus llamadas y sus mensajes, tuvo que ocupar un nuevo número para que pudiera ver este mensaje, así que le respondo enseguida:" Ahí estaré"
Dejo mi teléfono en su sitio y vuelvo la mirada hacia mi padre, quien ni siquiera se percató de la llegada de mi notificación.
—Voy a salir—le informo a mi padre cuando termina de desayunar, él me mira con cierto desconcierto.
—¿Adonde iras? ¿Y con quien?—me pregunta como si fuera una adolescente, aunque claramente sé que se trata de una pequeña broma, tal vez para vengarse por haber dudado de él.
—C-con Alessandro—miento, puesto que no me he reunido con nadie más que con Vittoria, pero sería muy sospechoso que únicamente me reúna con ella, tengo más amigo en Verona, pero no los he visto o mejor dicho, a estas alturas de mi vida es un poco complicado verlos.
—Tiene mucho tiempo que no lo veo. ¿Por qué no le dices que venga a la casa?—propone mi padre, pero ya que mis planes son otros, no puedo aceptar lo que pide.
—En realidad él quiere enseñarme algo, pero no sé a donde iremos—continuo con mi mentira, rogando porque Alessandro no se le ocurra aparecer por aquí mientras le miento descaradamente a mi padre que estaré con él todo el día
—Entiendo—comenta mi padre aceptando la idea— salúdalo de mi parte.
—Claro— respondo mientras me levanto de mi asiento y me aproximo hacia él para darle un beso sobre la mejilla.
—Dile a Alonzo que te lleve—propone y entonces siento como un extraño frío envuelve mi cuerpo.
—No es necesario papá, puedo caminar o tomar un taxi, tú puedes necesitar el auto—expongo, pero él niega con la cabeza.
—Hoy voy a dedicarme a redactar algunos correos, así que no pienso salir y, ya que ustedes piensan ir a dar una vuelta por la ciudad, lo mejor sería que Alonzo fuese con ustedes—sugiere o mejor dicho ordena, pero ir con Alonzo no es para nada una opción.
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Editado: 14.11.2024