Capítulo 28

El auto se estaciona a una esquina de la plaza, parece que hay algún evento, hay un escenario donde esta tocando una banda y claro hay bastante gente que disfruta del ambiente festivo y, ya que Julius no especifico el lugar donde nos veríamos saco el teléfono de mi bolso y pienso en mandarle un mensaje al mismo número con el que logro contactarme, pero algo, interiormente me dice que lo más apropiado sería desbloquear su número para demostrarle que realmente creo que las cosas entre nuestras familias pueden cambiar así como ocurrió con nosotros.

"Ya estoy en la plaza de las hierbas, pero no especificaste donde nos veríamos ¿Donde debería esperarte?", escribo el mensaje y se lo envió, esperando que no tarde mucho. Por supuesto no es impaciencia, pero supongo que fue por este evento que me invito, así que puede que no encontremos un buen lugar.

Unos segundo más tarde, recibo un nuevo mensaje y aunque me alegra que este al tanto de su teléfono, al mirar el texto sobre la pantalla de mi teléfono, la alegría que antes me invadía, desaparece y es reemplazada por el desconcierto:

"¿De que hablas, Romy? ¿Como que nos veríamos?", responde. Por supuesto su mensaje me deja un tanto confundida, se supone que fue el quién me invito a venir aquí ¿Como se le pudo haber olvidado?

Camino por la plaza buscando un lugar seguro, hay bastantes personas caminando alrededor y quedarme ahí parada, podría ser peligroso.

"¿Lo olvidaste? Pero si fuiste tú el que me invito a venir hoy a la plaza ¿Esto es una especie de broma para ti? Finjo molestia en mi mensaje, aunque lo que realmente siento es ansiedad, sobre todo porque estoy parada en un sitio peligroso, yo no debería estar aquí, pero lo hice por él. Me parece que algo no anda bien.

"No, yo no lo hice. No olvidaría algo tan importante como el encontrarme contigo" enseguida responde y eso me hace tragar saliva para después preguntarme que diablos esta pasando. Sin pensarlo dos veces, me atrevo a enviarle una captura de pantalla de aquel extraño mensaje que se suponía venía de su parte y luego de unos instantes recibo una respuesta que me alarma.

"Yo no lo envié, Romy. Será mejor que te vayas de ahí, puede ser alguna trampa. Por favor corre"

Cuando comprendo lo que esta pasando, me doy media vuelta con la intención de irme de ese lugar, pero enseguida siento que alguien me toma del hombro, por supuesto, mi cuerpo se paraliza enseguida y el único movimiento que logro hacer es girar para averiguar quien me ha engañado para venir aquí y enseguida reconozco a esa persona.

Se trata de Leonardo, el primo de Julius. El tipo me muestra una sonrisa siniestra e incluso se atreve a mirarme de arriba abajo como si estuviera burlándose de mí.

—¿Así que tú eres la famosa Romy Montteci?—dice en voz alta debido a la música que proviene del escenario y claro, ni siquiera tengo la fuerza o mejor dicho, el valor para hablar. Parece que mi cuerpo trata de asimilar lo que esta ocurriendo, ya que, se suponía que me vería con Julius, pero claramente fue tan solo una trampa para hacerme venir hasta aquí, fue como si el ratón fuese a meterse a la casa del gato por voluntad propia.

—¿Que es lo que quieres, Carusso?—logro decir, una vez que comienzo a tener fuerza para defenderme, el que me haya hecho venir aquí, significa que lo sabe.

Sabe que Julius ha estado frecuentándome de otro modo. ¿Como habría encontrado mi número de teléfono? ¿Y como sabría que vendría sin oponer resistencia?

—Ahora entiendo por qué le interesas tanto a Julius—expresa mientras da un par de pasos como si estuviera rodeándome— eres audaz a pesar de ser el enemigo.

—¿Que es lo que pretendes?—me veo obligada a decir, pero tipo únicamente suelta una risa maliciosa.

—Lo que Julius no se atreve hacer, tal vez con un poco de suerte, su padre terminara cediéndome su lugar—le escucho decir y enseguida me toma del brazo para obligarme a caminar entre la gente, me sujeta con tal fuerza que no me queda más remedio que seguirle el paso, por supuesto, pienso en la posibilidad de gritar y llamar la atención de la gente, ya que el evento parece ser del gobierno, intuyo que debe haber policías en algún punto de la plaza, aquí no solo hay italianos sino también turistas, así que no creo que este lugar este desprotegido, pero al sentir algo duro sobre mi espalda, como si estuvieran apuntándome con algo, quizás un arma, decido evitar el escándalo.

Si lo que pretende es hacerle daño a mi padre, o más lógico es que pretenda secuestrarme, quizás para negociar mi libertad con mi padre, no debería alterarlo o terminaré a mitad de la plaza muerta.

Mientras caminamos observo que en vez de sacarme de la plaza hacia un auto, en realidad me lleva hacia una capilla que no esta muy lejos, justo de este lado de la plaza, casi no hay mucha gente, todo el mundo se dirige en dirección hacia el escenario. Enseguida me obliga a entrar y aquí, observo con horror que el lugar está más que vació, de hecho, parece que esta en reparaciones.

Las bancas, que usualmente ocupan todo el espacio del recinto, no están y en su lugar hay todo tipo de herramientas para remodelación y restauración de espacios como este, pero aquí tampoco hay nadie que pueda ayudarte o al menos quiera hacerlo, estoy sola en esto.

De súbito, Leonardo me empuja contra el suelo con tal fuerza que termino golpeándome el rostro contra el suelo, cuestión que termina por sacarle una carcajada a ese imbécil.

—Mirate, ese es el lugar al que perteneces—expresa y al momento de girarme, para soltarle todo lo que pienso de él, me percato que tal y como sospeche antes, él lleva un arma consigo y por si fuera poco, reconozco que el cañón de su arma lleva lo que comúnmente se le conoce como silenciador.

Me apunta y no solo eso, también se digna a quitarle el seguro a su arma, quizás con la intención de dispararme, pienso que Leonardo no es para nada como Julius, en cambio, él es un imbécil que hace muchas cosas impulsivas, entre ellas, causar la guerra en Verona únicamente para demostrar que es mejor que Julius, incluso me atrevería a decir que siente envidia por él.