Rosas rojas para Juliet

capitulo 3

 

                                          El chico de ojos grises.

 

 

El sol ilumina la habitación. Mi cabeza va a explotar me he quedado hasta tarde dibujando. Me levanto de la cama para darme una ducha, así relajar el cuerpo.  Termino de asearme bajo a prepararme algo para desayunar, l oscuridad reina en toda la casa de seguro todos están aun dormidos o ya se han ido a trabajar. Termino de bajar las escaleras cuando "Un sonido agudo y penetrante rompió el silencio” en los bolcillos de mi Jeans busco mi teléfono. Es un número no registrado así que decido contestar – Hola – suspiro al no obtener respuesta. – Quien llama - sigue sin responder la persona que este del otro lado de la línea. Cuelgo la llamada.

Que extraño…

Camino a la cocina.

Me dispuse a preparar unos deliciosos waffles, mezclando con cuidado los ingredientes en un tazón, mientras el aroma a vainilla y canela impregnaba la cocina. El sonido de la mezcla al verterse en la wafflera me llenó de anticipación, sabiendo que pronto disfrutaría de un desayuno perfecto y reconfortante. Con cuidado retiré los waffles dorados y crujientes de la wafflera, colocándolos en un plato decorado con frutas frescas y un toque de sirope de arce. Al dar el primer bocado, el sabor exquisito de la masa esponjosa y la mezcla perfecta de sabores dulces y salados inundaron mi paladar, transportándome a un momento de pura satisfacción y deleite culinario.

Dejo dos guardados para Camila y un par de frutas.

Me tome un día de descanso en mi rutina de ejercicios.

 

Era una mañana tranquila. Sentía la necesidad de salir a caminar, de liberar mi mente y disfrutar del aire fresco. Sin embargo, antes de tomar esa decisión, quería asegurarme de que todo estuviera en orden en casa. Primero, redacté un mensaje rápido a mis padres: “Saldré a dar un paseo. No se preocupen, estaré de regreso pronto”. Aunque sabía que eran adultos responsables, no quería que se preocuparan innecesariamente. Luego, tomé el teléfono y marqué el número de la niñera. Camí, nuestra pequeña traviesa, necesitaba compañía mientras yo me ausentaba. La niñera aceptó encantada y prometió cuidarla como si fuera su propia hija. Aun así, había una duda persistente: ¿mis padres estaban en casa? No quería despertarlos si estaban descansando. Así que, con cautela, me asomé a sus habitaciones. La puerta de ellos estaba entreabierta, y escuché suavemente el sonido de la respiración tranquila. Suspiré aliviado. No los molestaría.

Con todo en orden, salí a la calle, sintiendo la libertad bajo mis pies. El paseo se convirtió en una aventura, y mientras caminaba, reflexionaba sobre la importancia de tomar decisiones conscientes y consideradas. Y así, mi paseo comenzó, con Camí en buenas manos y mis padres descansando sin interrupciones. A veces, las pequeñas acciones pueden tener un gran impacto en nuestro día a día. Ellos se matan trabajando es momento de tener un descanso.

Caminaba por el parque que tanto conocía…Aquí venia de niño con mis padres todas las tardes, después de que cada uno salía de sus respectivos trabajos. 

La brisa golpeaba mi cara. Hay algunas personas aquí el parque se extendía ante ellos como un oasis de tranquilidad en medio del bullicio de la ciudad. Los árboles altos y frondosos ofrecían sombra y refugio, mientras que el suave murmullo de una fuente cercana llenaba el aire. El aroma dulce de las flores en floración impregnaba cada bocanada de aire, y el suelo cubierto de césped verde invitaba a descansar y relajarse. A lo lejos, se escuchaban risas de niños que jugaban en el área de juegos, mientras parejas paseaban tomadas de la mano bajo la cálida luz del sol de la tarde. Era un lugar donde el tiempo parecía detenerse, permitiendo a sus visitantes desconectar del mundo exterior y sumergirse en la paz y la belleza del entorno natural.

 

Esto en magnifico, veo todo esto como una obra de arte. Me encantaría disfrutar más de esta vista, pero ya es hora de regresar a casa. Camino a paso lento disfrutando de la brisa fresca aprovecho la sensación de tranquilidad para escuchar una buena música como lo es Ed- photograpt- amo esta jodida pero hermosa pieza de arte. Al llegar a casa encuentro a Camila jugando con mi madre y la niñera. – Hola mama – digo al instante de verla. La comisura de sus labios se elevó, generando algunas arrugas alrededor de sus ojos regalándome una hermosa sonrisa.  Con pasos silencios, entré en la sala de televisión. La luz tenue de la lámpara de pie apenas iluminaba el espacio. Busqué con la mirada, tratando de recordar dónde había dejado mi Tablet de dibujos. ¿Sobre la mesa de centro? ¿En el sofá? El recuerdo se desvanecía entre las sombras de la fatiga. Finalmente, mis ojos se posaron en el rincón junto al ventanal. Allí estaba, descansando sobre el cojín del sillón, como un tesoro olvidado. Sus líneas elegantes y la pantalla en blanco me llamaban, invitándome a crear una vez más. Me siento donde mismo la encontré. Comienzo a dibujar la vista hermosa que adoraba el parque esta mañana. No me encuentro en estos momentos ahí pero el recuerdo de esa vista viaja por mi mente. Sería difícil olvidar ese arte que nos enseña el mundo pero que nuestros ojos no se posan a contemplar.

 

Esta noche tengo una salida con Adams, mi mejor amigo. Supe de su plan con anticipación, aunque no sé exactamente qué tiene preparado. Sin embargo, no puedo evitar recordar la última vez que seguimos sus ideas descabelladas. Fue una aventura que casi nos lleva a enfrentarnos con la policía.




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