Rubí, la Elegida

Capítulo 2 El descubrimiento

Cuando descubrí que podía leer la mente, también me entere que hay un mundo muy distinto al que yo creía, fantástico, con criaturas que solo veía en películas. Al principio no me lo creí, pero cuando mis amigas me enseñaron lo que eran y lo que podían hacer, entendí que todo era verdad.


 

—Chicas, puedo leer la mente!!! — les digo con miedo a que no me crean.


 

—Lo sabemos rubí, siéntate tenemos que contarte algo. — dice Amy, cuando me levanto de la cama. Me siento y les miro sorprendida.


 

— cuando tuviste el accidente, activaste tu lado mágico….— dice Amy, sin terminar la frase, porque la corto.


 

— Que active que??? —le digo con cara de no entender nada.


 

— Espera te lo cuento yo, existe todo un mundo de criaturas mágicas, como: hadas, ángeles, elfos, oráculos, y tu eres una de ellos, pero todavía no sabemos cual eres. — Me dice Natalie tan directa como es ella.


 

— Y ha morir y volver a la vida, despertaste tu lado mágico. — Me sigue contando ella, cuando empieza no para.


 

— Te preguntaras que como sabemos todo esto, pues nosotras también somos criaturas mágicas, y estamos para ayudarte con tus poderes.— me dice terminando ya su relato.


 

Yo me quedo sin palabras durante unos minutos, va en serio??. Estoy flipando en colores, tengo mil preguntas, pero no se ni por donde empezar. Las miro a las 3 y entonces digo:


 

— Es una broma?— Le suelto de repente.


 

— No, es todo verdad, Amy es una hada, Natalie una elfo y yo soy un oráculo. — Dice Kayla.


 

— De verdad??? Haber enseñarme algún poder o algo. — les digo emocionada por ver algo mágico. Entonces Amy cierra la puerta de la habitación, para que no nos vea nadie, me mira y de repente le salen unas alas grandes y preciosas, son de color morado con unas rayas rosas, empieza a aletear un poco. Yo me quedo mirándola alucinada, parece salida de un cuento de hadas, nunca mejor dicho.


 

— Hala!!! Que guay!!! —digo casi chillando de la emoción.


 

prepre —Y yo soy un Oráculo- dice Kayla de repente. La miro con ojos como platos, en serio es un oráculo? Y cuando pensaba que no me podían sorprender más, coge Natalie y suelta otra bomba. — Y yo una elfa.- dice también Natalie. No me lo podía creer, mis amigas eran como las películas que veíamos y yo ni me lo imaginaba, quien podría pensar que la magia si existía? Tenía muchas preguntas, pero en ese momento entro mi madre y nos corto el royo. —Cariño ya viene el médico a mirarte y enseguida nos darán el alta.- dice mi madre, después de entrar por la puerta y dejar unas botellas pequeñas de agua en la mesita. Entonces al momento entra el doctor con una enfermera. —Buenos días, vamos a revisar a la paciente, podrían salir un momento por favor? — dice la enfermera mirando a mis amigas. Acto seguido se levantan, abren la puerta y se van. Yo me empiezo a poner nerviosa, porque tengo ganas de irme ya de aquí y también tengo miedo de que me digan que algo va mal.


 

El doctor empieza a auscultarme, a mirarme la tensión….


—Bueno, señorita Turner, parece estar todo bien, le doy el alta, le he recetado estas pastillas para el dolor de cabeza, tomase-las durante 4 días y vuelva si nota que no le cesa los dolores o siente cualquier síntoma raro, ya se puede ir a casa, que se mejore —Dice el doctor después de revisarme. Que alegría ya puedo volver a mi casa! Quiero pensar que todo esto solo fue una pesadilla, pero se que no es así.


 

—Muchas gracias doctor— dice mi madre agradecida. Sale el doctor y la enfermera de la habitación y entran corriendo mis amigas para saber como estoy.


 

—Rubí que te ha dicho el medico???—Dicen mis amigas casi a la vez, a mi me entra la risa, que haría yo sin ellas, son las mejores.


 

—Tranquilas chicas!!!! El doctor a dicho que esta bien, le ha mandado unas pastillas para el dolor de cabeza y ya se puede ir a casa a descansar. — dice mi madre para tranquilizarlas.


 

— Que bien!!!! —dice Amy entusiasmada. Mis tres amigas se ponen muy contentas y me abrazan a la vez, después se marchan a casa a ducharse y descansar. Mientras yo me dispongo a ducharme y vestirme, me calzo, me peino como puedo y salgo con mi madre del hospital.


 

Cuando llegamos a casa ya es casi de noche y estoy molida, me voy hacia mi habitación, cuando mi madre me llama.


 

— ¿Que pasa mama? Estoy cansada.— digo mientras bostezo.


 

— Cariño, siéntate, tengo que hablar contigo.— dice mi madre muy seria. Cuando se pone tan seria da un poco de miedo y mas sabiendo de lo que quiere hablar, porque me lo imagino. Me siento y me preparo a lo que viene ahora.


 

— Necesito que me digas, que te paso la noche del accidente, por favor. — Dice mirándome a los ojos. No me gusta mentir a mi madre, pero como le digo, lo que me dijo Cameron esa noche? No se como hacerlo.


 

— Rubí, tranquila me puedes contar lo que sea— Dice con voz tranquilizadora. Me empiezo a emocionar y le cuento con lagrimas en los ojos.


 

— Pues el día de la discoteca me encontré con Cameron Castle, fui hasta donde estaba furiosa y me dijo unas cosas…. — digo con voz temblorosa. No puedo mas y me pongo a llorar, entonces mi madre me abraza.


 

—Tranquila cariño, me imagino lo que te dijo— dice con mucha seguridad.


 

— No mama, ni te imaginas lo que me dijo— digo con voz triste.


 

—Seguro que te dijo, que tu padre murió porque pensaba que ibas tu en el coche con el. — dice muy enfadada. Yo me quedo en shock, como sabe ella eso? Que mas cosas sabrá? Entonces me empieza a pitar otra vez la cabeza, pero ahora el dolor es mucho menos intenso por los fármacos y vuelvo a escuchar unos susurros, levanto la vista y miro a mi madre, ahora la oigo mucho mas claro, esta pensando que ahora me va a contar toda la verdad de mi, sobre mi legado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.